En una nueva señal hacia los mercados, el Gobierno nacional anunció que al menos hasta fin de año el Tesoro ya no volverá a solicitar asistencias del Banco Central en forma de Adelantos Transitorios. “Se apunta a renovar la totalidad de los vencimientos de capital e intereses y obtener financiamiento neto de mercado por hasta un 10% respecto al total de vencimientos de dicho período», dijo Economía en un comunicado.
Agregó que el financiamiento extra obtenido se usará para «seguir reduciendo el nivel de asistencia del Banco Central» al Tesoro. La cartera que conduce Martín Guzmán señala que «la paulatina y tenue recuperación de la actividad económica ha repercutido de manera positiva en la recaudación impositiva y genera mayor certidumbre en el sendero fiscal hacia fin de año».
Explicó que este año la gestión fiscal fue afectada por los «severos impactos» de la pandemia que, frente a la imposibilidad de acceder a financiamiento en el mercado de capitales, generaron contracción de ingresos públicos, necesidades de gastos y aumento de requerimientos de asistencia al Banco Central.
Tras anunciar que no pedirá más asistencia al Banco Central, Economía dijo que esta adecuación de las políticas presupuestarias, que supone continuar protegiendo a los sectores de la sociedad que “permanecen en estado de vulnerabilidad, permite avanzar en la agenda de normalización del financiamiento del sector público».
«De este modo, se contribuye a crear un puente de previsibilidad entre la ejecución presupuestaria del corriente año y el presupuesto 2021, que contempla una considerable reducción de las necesidades de financiamiento y del crédito del Banco Central al gobierno», agregó Economía.
También hay versiones de que Guzmán analiza quitar el impuesto del 35% sobre la compra de dólar ahorro para achicar la brecha. A mayor brecha, más difícil es frenar la sangría de Reservas y contener las presiones cambiarias. A la vez, más brecha es más volatilidad e incertidumbre sobre el futuro de la economía y menos consumo e inversión. La consultora Ecolatina afirma que será “casi imposible” reactivar la economía con una brecha de tres dígitos, y lo mismo ocurre en el intento de bajar esa brecha “sin pagar algún costo”.
Las Reservas de libre disponibilidad perforaron US$5.400 millones en la última semana, alcanzando un mínimo desde comienzos de 2016. Descontando los US$ 4.000 millones de oro y los US$ 2.400 millones de DEG´s encajados en el FMI, las preocupaciones se vuelven todavía más urgentes, obligando a la autoridad monetaria a usar otras fuentes.
En ese marco, Ecolatina entiende que no es descabellado pensar en una devaluación del tipo de cambio oficial en los próximos meses. Aunque reconoce que se aceleraría la inflación y profundizaría todos los problemas que arrastra la economía, señala que si no aparece una fuente adicional de dólares para “quemar” en el mercado o la demanda de divisas no se relaja rápidamente -dos cosas que parecen poco probables-, un salto del tipo de cambio será inevitable.
Insiste en que una corrección del dólar oficial sin un plan que genere confianza es más parte del problema que de la solución. No obstante, si nada cambia es un desenlace que se terminará imponiendo, casi de manera inexorable. Otra opción sería un nuevo endurecimiento del cepo, en la búsqueda por achicar todavía más la demanda de dólares en el mercado oficial.
La exitosa subasta de instrumentos atados a la cotización del dólar oficial busca hacer del defecto virtud. Las colocaciones de títulos dollar linked casi duplicaron a la de los que ajustan por inflación, señalando que el mercado no espera un desdoblamiento cambiario -que abarque alguna operación comercial- ni que una parte significativa de las importaciones de bienes se realicen con dólares propios, es decir, que el tipo de cambio paralelo determine costos de reposición. En cualquiera de estos casos, la inflación se aceleraría, pero el tipo de cambio oficial no aumentaría. En cambio, el buen resultado marca que una parte importante del mercado aguarda un movimiento del dólar oficial.
Por otro lado, los recientes y sucesivos aumentos de la tasa de pases pasivos del Banco Central intentan apuntalar las colocaciones en pesos de las entidades financieras y que una parte de esta mejora se traslade al rendimiento de los plazos fijos, algo que todavía no se observó. Aunque esta decisión llega tarde y en dosis muy acotadas, al menos va en la dirección correcta.
Para Ecolatina el mercado cambiario se encuentra al filo de la navaja: si la demanda de divisas no cede en el corto plazo, un salto del dólar podría ser tan costoso como inevitable. Luego de la reestructuración de la deuda, el gobierno sacrificó demasiadas reservas en un contexto de elevada liquidez, apostando a una mejora de la confianza casi “mágica”, que lamentablemente no llegó. En octubre, licitaciones del Tesoro y aumento de la tasa de interés de pases mediante, se adoptaron algunas medidas que buscaban achicar el exceso de oferta de pesos actual. “Estos cambios llegaron tarde y en magnitudes acotadas. El tiempo corre y el poder de fuego del Banco Central sigue agotándose. No hay razones para devaluar; tampoco reservas para contener una corrida”, agrega.