Sondeo que enojó y puso contentos a todos por igual

Por Guillermo Geremía
guillermogeremia@yahoo.com.ar

“Yo creo que lo que perdió el intendente es la expectativa y ese factor de esperanza o proyección propositiva que tienen que tener los oficialismos para que continúen”. Con este argumento, el consultor riocuartense Cristian Buttié justificó por qué  el Intendente perdió aproximadamente diez puntos de intención de voto entre marzo y agosto. A días de las urnas que fueron postergadas por el coronavirus, los sondeos le otorgaban una diferencia de veinte puntos con su inmediato perseguidor. La crisis sanitaria ha provocado un desgaste significativo en los gobernantes generándole una serie de graves problemas que los sacaron de su zona de manejo previsible de los resortes del poder. Lo que parecía un trámite hace cinco meses atrás ahora es incertidumbre.

La pandemia lo hizo. “Dejó al desnudo muchas falencias que a Llamosas se las venían criticando por lo bajo. Que era buena persona, te entra por su bonhomía pero no tiene el liderazgo que han tenido otros intendentes”, asegura Buttié.  El ex asesor de un concejal del oficialismo parece provocar el ardor de una astilla del propio palo. “En este contexto los que no son líderes o los que terminan tomando decisiones yendo detrás de la zanahoria les terminan pasando factura, con la cuarentena paso esto”, asegura el especialista en encuestas que en el último tiempo ha logrado con su tarea desde Río Cuarto proyección nacional.

Tal lo anticipado en la sección “Enroque corto” por Alfil Río Cuarto, el muestreo de 600 casos con encuestadores domiciliarios realizado entre el 21 al 25 de agosto, determinó una intención de voto del 36,7% para Llamosas, 26,2% para Abrile y 15,5% para Carrizo. La cuarta fuerza son los indecisos con un 15,1%. “muchos votantes de Llamosas se convirtieron en indecisos, son propensos a votarlo a Llamosas siempre y cuando la situación se controle y el intendente genere nuevas expectativas”, analiza Buttié. En el Palacio de Mójica lo saben y como adelantamos en estas páginas ya están diseñando la estrategia para la tercera etapa de la campaña.

La encuesta fue finalizada antes que el intendente cambiara el discurso del oficialismo respecto de ir a las urnas en plena aceleración de la curva de contagios. Ese viraje en el discurso de Llamosas no está registrado en el sondeo. El estado de opinión pública registrado en esta fotografía de fines de agosto del inédito proceso institucional clausuró las muchas especulaciones electorales que había en torno del nuevo escenario. La decisión del intendente de, “a título personal”,  no ver conveniente ir a votar el 27 de setiembre le permitió sacarse presión de encima y dejar que sea un problema de la Junta Electoral Municipal. Difícilmente esta se separe de los que diga el COE Central, que a su vez depende de la gobernación de la Provincia, que a su vez monitorea políticamente lo que pasa en la capital alterna y que a su vez Llamosas sigue a pie juntillas. Los jueces electorales tendrían que romper ese círculo de decisiones y a la vez vencer la resistencia mayoritaria de una población que en lo que menos quiere pensar es en ir a votar.

Según la encuesta de Buttié, 1 de cada 3 consultados dijo que seguramente irá a votar si las elecciones se realizan en la primera semana de la primavera.  Otro tercio opinó que posiblemente lo haría. Mientras que un 22% aseguró que no le interesa ir a votar, estos son quienes militan la no votación.  Y hay un 13% que no sabe que va a hacer,  lo que se erige en un “no me interesa” encubierto.

“Cuando yo pregunto si va ir a votar el 27 de setiembre, un sector importante de los votos de Abrile son propensos a expresar su apatía con la gestión,  no yendo a votar y perjudicando al propio Abrile para expresar su enojo”, analiza Buttié quien se detiene particularmente a diseccionar cómo se comporta el voto cautivo de cada candidato. “Carrizo tiene un núcleo duro un poco más fidelizado y Llamosas un poco mayor aún. Contra  todo pronóstico, si participa menos gente, Llamosas puede ampliar la diferencia porque muchos votantes de Abrile -enojados con Llamosas- se quedan en la casa y no votan”, afirma.

La encuesta revela un nivel alto de imagen del intendente, pese a las adversidades pandémicas, superando el 60 por ciento, pero también acusa que bajó 20 puntos la idea de que Llamosas ganaba la elección más allá de a quienes le votasen. En marzo el 70 por ciento creía que el peronismo retenía la intendencia y ahora lo considera posible el 50 por ciento de los consultados. Los resultados de  la encuesta generaron crítica en oficialistas y opositores por igual. “Creo que son especulaciones que circulan. Operaciones que empiezan a hacerse. Esa diferencia de 10 puntos no es tal y lo saben. Creo que la pandemia ha acelerado el proceso en el cual la gente ha podido ver las falencias del gobierno. La cantidad de indecisos creo que tiene que ver con esas variables y el contexto”, aseguró en un debate radial en La Gospel, Yanina Moreno Zamanillo, candidata a concejala de Gabriel Abrile. En el mismo espacio periodístico, el edil oficialista y candidato a la reelección Armando Chiappe consideró: “creo que hay un apoyo muy importante, no sólo al intendente por el liderazgo ejercido, sino por todo lo hecho en sus 4 años de gobierno. Sobre los indecisos, hay gente que no dice lo que va a hacer”.

Paradójicamente, unos y otros depositan en los indecisos la inclinación en su favor de la balanza. “Hay que ponderar esos 15 puntos de indecisos  y ver cómo actúan”, admite el consultor político que puso sobre la mesa los números del único relevamiento oficializado antes de que la Junta Electoral tome la decisión de seguir rumbo a las urnas o postergarlas hasta noviembre. Generalmente, a un mes de votar el número de indecisos se ubica debajo de los dos dígitos.

Desde las tiendas de campaña de la alianza UCR/Pro aseguran tener números que los aproximan aún más a la performance del Intendente pero nadie se quiere hacer cargo de validar públicamente esas estadísticas. La postal de la elección congela en tiempo y espacio la opinión pública de una sociedad atribulada por un promedio de 40 casos de covid-19 en la última semana y casi 400 acumulados. Si ya de por sí las encuestas no eran el fiel reflejo de la posterior votación, su relativismo ha ido en crecimiento en esta excepcional situación de pandemia. Noviembre queda tan lejos con esta dinámica de acontecimientos que puede hacer parecer los resultados de la proyección electoral de hoy como vetustas piezas del pasado mañana mismo. Así son las cosas.