Por Gabriel Marclé
El Covid-19 continúa golpeando a la región con decenas de contagios por día. Para tener un parámetro, un tercio del total de casos riocuartenses se registraron en la última semana, números que describen un escenario imprevisto, al menos desde las proyecciones realizadas a comienzos de agosto. Las cifras obligan a replantear la estrategia de abordaje, especialmente porque la expansión del virus se extendió a sectores donde antes no circulaba. Las autoridades sanitarias siguen enfocadas en las reuniones sociales, pero la actualidad los encuentra preocupados por la llegada de contagios al ámbito laboral.
“Estamos viendo un aumento de casos en las áreas laborales, sobre todo en las zonas de descanso. Vamos a tener que ajustar las medidas en negocios y fábricas”, afirmó el infectólogo Lucas Stefanini, integrante del COE Regional al referirse a los casos que pueden darse por contactos en tiempo de ocio. El asesor emitió un diagnóstico que ya venía advirtiéndose desde hace días. En su última edición, Alfil hizo referencia a la situación que se vive en restaurantes y bares de la ciudad, con cierres preventivos por la aparición de positivos.
Stefanini indicó que “en el contexto de una fase 4, con una flexibilización muy grande, la posibilidad de ingreso del virus era obvia” y agregó que en este contexto “las transmisiones son mucho más frecuentes”. El testimonio del infectólogo va a contramano de los sectores que evitan discutir la probabilidad de una “marcha atrás”, lo que podría traducirse en mayores restricciones para la actividad en la zona. Hasta el momento, no hay indicios que lo confirmen.

Sorprendió a más de uno la aparición del mapa epidemiológico de Río Cuarto, el cual reflejaba el total de casos que se registraron en la ciudad. Los puntos rojos señalaban los contagios y cubren gran parte del territorio, con una fuerte concentración en la zona centro. No hay manera de esquivarle a la sensación de peligro que generan estos datos, menos cuando esa realidad queda de frente a los ojos de la ciudadanía.
El estado de la crisis lleva a preguntarse por qué todavía no se habla de “circulación comunitaria”, como si se tratara de una mala palabra. Las autoridades aseguran que se está haciendo todo lo posible y así lo muestran día a día, disponiendo cada vez de más recursos para darle pelea al virus. Está claro que la intención es no aterrorizar a la población y elevar al máximo el nivel de paranoia, pero ¿por qué cuesta tanto hablar de “brote” o “transmisión comunitaria”? Claro está que este crecimiento de contagios no se habría producido si el virus no circulara en la zona.
Oscar Atienza, médico cirujano y docente universitario, declaró que “no hay dudas de la circulación comunitaria en Río Cuarto”. Durante una entrevista realizada por FM Libre, el doctor dijo lo que ya es sabido por todo el COE y las autoridades sanitarias. Sin embargo, el mensaje no baja con claridad al resto de la ciudadanía. Si se busca generar un plan mayor de conciencia y compromiso, podrían comenzar por describir el escenario tal como se presenta.
Tampoco se habla de zonas rojas, al menos no de forma oficial. La última vez que se escuchó una expresión similar fue cuando se instaló un cordón sanitario en barrio Santa Rosa. La aparición de un solo caso ameritaba la declaración de peligro de contagio extremo. En este escenario, si Río Cuarto se pintara de rojo, la vuelta a “fase 1” es una posibilisas.
El doctor Atienza también se refirió a esta situación. “Yo nunca creí en las zonas blancas, el virus circula, bastaba encontrar un caso positivo con síntomas, pero el 80% es asintomático: hay gente que circula y no sabe que está infectada”, dijo el médico y agregó que la medida para frenar la suba de infectados es “reducir la circulación de gente a un 30%”.
El Ejecutivo municipal y el COE Regional se están ocupando del control, pero parece que el virus se mueve más rápido. El “bicho” pasa inadvertido porque gran parte de la población se resiste a cumplir con las medidas preventivas y se revela a las restricciones. La responsabilidad social sigue en crisis y la distracción o desobediencia de uno puede convertirse en el padecer de muchos. Lo grave es que gran parte de la comunidad sanitaria, soldados en la primera línea de batalla, coinciden en que “lo peor aún no ha llegado”.
Con la suba de casos, volvieron las sesiones online
El Concejo llevó a cabo una sesión virtual para dar tratamiento a proyectos pendientes. En las comisiones se inicia el debate por una nueva extensión de las facultades del intendente.
Los últimos cinco meses del legislativo local fueron más que atípicos. Aún así, los concejales pudieron dar continuidad a las sesiones ordinarias, con algunas falencias en el funcionamiento de comisiones. Ayer, Concejo Deliberante llevó a cabo una nueva sesión y una vez en forma virtual. El escenario epidemiológico en la ciudad lleva a que los encuentros mantengan el distanciamiento.
Antes que se dieran los 300 casos en dos semanas, los concejales asistían al recinto cumpliendo con las medidas preventivas. Pero la suba repentina de contagios elevó la preocupación de las autoridades, quienes definieron volver al trabajo de manera virtual. Sin ausentes, los ediles dieron curso a una sesión en la cual se aprobaron tres ordenanzas vinculadas a la problemática del maltrato animal en la ciudad.
Los chispazos quedaron fuera de la sesión de la fecha. Sin embargo, la oposición cuestionó la vuelta a la virtualidad. “Por un lado dicen que hay que votar en las elecciones y por el otro no quieren sesionar en el Concejo”, comentó un integrante de la bancada de Cambiemos.
Pero el principal foco de conflicto todavía aguarda por salir a la escena. En la semana, el oficialismo ingresó a comisión un proyecto a través del cual buscarán renovar la extensión de las facultades del intendente, algo que ya se había aprobado en abril pero que necesitará de una nueva instancia ante la eventual postergación del proceso electoral de septiembre. La extensión habilitaría al intendente para realizar modificaciones en las partidas y realizar modificaciones tributarias que fueron anunciadas días atrás.
Esto generó cierta polémica en el costado opositor, que no acompañaría el pedido. “El contexto es distinto, el Concejo está abierto y podemos debatir en la sesión. Que mande los proyectos al Concejo, nosotros queremos tratarlos. ¿Para qué está el Concejo abierto?”, expresaron desde Cambiemos.
Por su parte, un legislador del peronismo expresó: “Las facultades fueron aprobadas en abril por unanimidad. Si ahora se diferencian es por electoralismo”.