Pausa radical en el conflicto por vice negrista

Patricia De Ferrari, que había sido suspendida en su cargo, podrá recuperar la silla (ahora digital) en el Comité Central

Por Alejandro Moreno

Las esquirlas de la bomba que estalló en la Unión Cívica Radical el año pasado, cuando Ramón Mestre y Mario Negri fueron candidatos por separado, siguen lastimando. La situación de los radicales que ocupan bancas por fuera de la representación oficial es motivo de discusión, y el caso de la negrista Patricia De Ferrari es el que más lejos ha llegado.
De Ferrari fue suspendida en diciembre del año pasado de la vicepresidencia 1° del Comité Central por haber sido candidata a legisladora por la alianza Juntos por el Cambio – que oficialmente no formó la UCR aunque el candidato a gobernador haya sido Negri- y no integrarse al bloque partidario. La sanción fue impulsada por el mestrismo, que quería evitar que la dirigente de Laboulaye quedara a cargo de la presidencia del partido cuando Mestre se ausentara.
De Ferrari recurrió a la Justicia Federal para que le devuelvan el cargo, y Ricardo Bustos Fierro falló que el organismo partidario que, eventualmente, podría aplicar esa sanción es el Tribunal de Conducta, pero no el Comité Central.
Con el fallo en la mano, la negrista exigió su retorno, lo cual fue discutido en la última reunión del Comité Central, realizada naturalmente por videoconferencia.
El Comité, con mayoría mestrista, aceptó que De Ferrari ocupe otra vez la vicepresidencia 1°, por lo que para el próximo encuentro le enviarían el password para ingresar al Zoom, lo que equivale a recibir las llaves de la Casa Radical Digital.

Cómo sigue

De todos modos, el conflicto no está cerrado. El expediente fue remitido al Tribunal de Conducta, que preside el mestrista Pablo Farías, para que allí se analice si corresponde aplicar una sanción a la legisladora por ir por fuera de la lista de su partido en las elecciones del 12 de mayo de 2019 y, luego, por incorporarse a la bancada Juntos por el Cambio.
El Tribunal de Conducta tiene varias carpetas con denuncias contra los candidatos de Juntos por el Cambio, las que podrían activarse, o no, según evolucione el actual proceso interno. Los afiliados radicales fueron convocados a votar por autoridades partidarias para el domingo 6 de diciembre, siempre que la cuarentena no se prolongue hasta entonces, y las negociaciones y los conflictos irán in crescendo a medida que pasen las semanas.
El negrismo forma parte de la Liga Sumar junto con el deloredismo, el angelocismo y el ex mestrismo, en oposición al grupo Confluencia que lidera el presidente del Comité Central. Además, existe la Liga Progresista que reúne al intendente de Bell Ville, Carlos Briner, al nicolacismo, y a las dos vertientes del alfonsinismo provincial.

Afiliaciones

En la última reunión también se discutió por el control del proceso electoral interno. El Congreso, presidido por Rodrigo de Loredo, resolvió otorgarle a la Junta Electoral (donde hay una nueva mayoría no mestrista) la facultad de recibir las fichas de afiliados, tarea que antes solo realizaba la Secretaría Electoral del Comité (cabe recordar, que preside Mestre).
El duelo por la primacía terminó pacíficamente, porque desde el mestrismo se recordó que los representantes legales del partido frente a la Justicia Federal son los apoderados, por lo que la recepción de fichas por la Junta Electoral no cambia lo sustancial.
La discusión es llamativa porque, en el fondo, sugiere que cada parte desconfía de la transparencia con que la otra podría manejar el proceso de afiliación, que obviamente es clave para una elección interna cerrada para renovar las autoridades partidarias. De cualquier manera, la confección del padrón queda, en última instancia, en manos de la Justicia Federal.