Votar por celular para saber si ir o no a votar

Por Guillermo Geremia
guillermogeremia@yahoo.com.ar

La proximidad de las elecciones empieza a activar las usinas de ideas de los partidos y frentes que compiten por los cargos de los tres poderes del Estado de Río Cuarto. Los impulsa seguramente una razonable intención sanitaria con más de 130 casos acumulados en la ciudad pero también los tienta la especulación electoral, cada cual atiende su juego. Mientras el Frente de Izquierda Unida reclama una consulta digital para que los electores se expresen sobre si quieren o no ir a votar, el Partido Justicialista no duda en acusar a los adversarios políticos de poner obstáculos para “no ir a votar” el 27 de setiembre.

“Hay cierto temor. La población preocupada tiene que tener la oportunidad de expresarse y hay que evaluar si hemos de avanzar o no para las elecciones de septiembre. Desde el FIT nos preguntamos cuánto va a caer la participación si se da en septiembre y que mecanismos prevé la Municipalidad para garantizar la población que se lleve adelante el calendario electoral”, planteo públicamente Guadalupe Fantin, candidata a Intendenta por el Frente de Izquierda. Propuso instrumentar un mecanismo de consulta que permita saber qué piensa la población respecto de la fecha de las elecciones. Y convocar a la UNRC para que con sus investigadores en temas de ingeniería y telecomunicaciones garanticen un voto de manera no presencial que permita a mucha gente poder participar.

Hacer votar a los riocuartenses para saber qué opinan con ir a votar el 27 de setiembre. Parece una tautología pero no lo es. “¿Por qué no se votó a fines del mes de marzo donde había apenas 10 casos de coronavirus y por qué ahora que tenemos 130 hay que ir a votar rapidísimo?, se pregunta Damián Antúnez, candidato a concejal del Frente de Izquierda. El docente universitario cree que estamos en una situación de excepción sanitaria y hay que tenerlo en cuenta.  “Nos parece que la Junta no ha estado a la altura de las circunstancias. Es un apuro político de parte del oficialismo”.

A 38 días de las urnas, buena parte de las especulaciones electorales son producto del comportamiento dubitativo de la Junta Electoral Municipal. Los partidos le reclaman un protocolo de campaña que todavía no salió a la luz. Los jueces electorales se han limitado a aumentar la cantidad de mesas, el número de lugares de sufragio y a convocar a ciudadanos que quieran ser “colaboradores rentados” en los cuidados que requerirá el desarrollo de los comicios.

“Es totalmente innecesario realizar una consulta para saber si la gente quiere ir a votar, los partidos políticos tenemos que ser garantes de la confianza. Si no tenemos nosotros confianza en lo que hemos hecho no le podemos exigir a la gente, tenemos que confiar que hicimos un protocolo para votar no para no votar, no es el 19 de marzo esto, que no había nada”, asegura Hugo Abraham, apoderado del Partido Justicialista. “Ahora todo el mundo funciona con protocolo, como puede ser que en el Banco de la Nación esta mañana (por ayer) había una cuadra y media de cola para cobrar una IFE y ponen obstáculos para hacer la elección. El que no quiere votar que no vote”, aseguró el verborrágico abogado en declaraciones a Alfil Río Cuarto.

La encrucijada no es sencilla porque ir a las urnas como si no pasara nada no se corresponde con el compromiso de una clase dirigente que debe todo el tiempo estar atento a quienes le cedieron su representatividad. Pero establecer la voluntad de sufragar a través de una informal consulta a través de las redes sociales es claramente debilitar el voto, el principalmente instrumento que empodera al ciudadano en una democracia. Nadie puede garantizar que los mecanismos de votación vía digital estén exentos del riesgo de manipulación de sus resultados, por más que haya investigadores universitarios dándole garantías al soporte. Hay sobrados ejemplo en el mundo de cómo se influyó en voluntades manipulando la big data, imaginemos lo que podría ocurrir con una votación electrónica no presencial.

La presentación realizada por la Izquierda ante la Junta Electoral no recibió argumentos claros de parte de los jueces para negar el pedido, según el parecer de quienes realizan la solicitud. Los apoderados del frente que lleva como candidata a Guadalupe Fantín se fueron con la idea de que para la Junta no hay necesidad de postergar las elecciones. Además en consultas realizadas con especialista de la universidad pública se podría realizar un relevamiento en tiempo y forma, con un presupuesto razonable. Si institucionalmente se reclama,  la UNRC tendría recursos técnicos para ejecutarlo. Se trata de un muestreo representativo y no de una votación masiva el recurso evaluado.

“Acaso no estamos acostumbrados que las elecciones a intendente, el promedio normal de participación no pasa del 60 al 62% en épocas de gloria donde no hay ni siquiera resfrío y ahora nos estamos preocupando por la legitimidad cuando Arturo Ilia fue presidente con el 18% y Kirchner con el 23%, por favor dejen de chicanear”, expresó Abraham. “La campaña empezó y las fuerzas electorales no sabemos qué se puede o no hacer. Eso también habla del escenario especulativo en el que estamos y de la inestabilidad que existe, porque no sabemos cuándo va a ser el pico de contagio”, reprocha Fantin a los jueces electorales.

La elección sólo será suspendida si la situación sanitaria se desmadra. Desde el Palacio de Mójica  quieren que se vote el 27 de setiembre. “Debemos acostumbrarnos a convivir con el covid-19”, aseguran desde el intendente hasta el último de los militantes. Salvo el Frente de Izquierda y el partido que lleva a Eduardo Scoppa, que desde un primer momento pidió que las urnas pasaran para el 2022, el resto de los partidos prefieren apelar a una respuesta salomónica y postergada. Solamente si la situación sanitaria se desmadra los riocuartenses no iremos a votar en la primera semana de la primavera. “Si tienen que suspenderse, se suspenderá  las elecciones pero no le metamos nosotros más incertidumbre”, le reclamó el oficialismo a los opositores en la última reunión de apoderados que hubo en la Junta Electoral.

“Parece que los argumentos que valían para no votar en marzo ahora no valen. Hoy hay más razones para no votar que en marzo”, insiste Antúnez desde la lógica principista desde el Frente de Izquierda. “No hay lugar para picardías; si es que realmente somos responsables del proceso de renovación institucional, empecemos a trabajar en serio y demos en Río Cuarto una discusión de que el voto sea voluntario y terminemos con el voto obligatorio, será un debate que tiene que venir pero mientras tanto no pongamos nosotros condicionantes, tratemos de hablar de los derechos y no de las obligaciones de los vecinos que tienes a elegir quién quiere que los gobierne”, concluyo el apoderado de Llamosas.

Entre hacer lo que se debe y hacer lo que se quiere hay una roseta de coronavirus condicionante. El proceso electoral está lanzado ya a una velocidad que tomó un impulso difícil de volver atrás, salvo que la crisis sanitaria nos encierre otra vez a todos en casa. Sólo en esas condiciones las urnas deberán esperar hasta noviembre. Así son las cosas.