Más casos de covid-19 complican el calendario electoral

La ciudad pasó de estar cien días invicta a pasar una semana de contagios y sospechas. La Municipalidad prioriza la cuestión sanitaria con un ojo puesto en las elecciones, pero el panorama epidemiológico pone en duda la posibilidad de ir a las urnas en septiembre.

Por Gabriel Marclé

casosLas últimas horas de la gestión municipal parecen estar cargadas de dudas, pero mayormente de preocupaciones. La burbuja que recubría el territorio riocuartense comienza a desvanecerse con la aparición de nuevos casos. La ciudad pasó de lograr el invicto de cien días sin casos a registrar no menos de cinco positivos en menos de una semana. En medio de un escenario de complicaciones, ¿qué depara el futuro electoral de la ciudad?

Lejos ya quedó la situación de barrio Santa Rosa, cuando la ciudadanía pensaba en la llegada de un nuevo caso de Coronavirus como si se tratara de una excepcionalidad. El paso de los días demostró que la “nueva normalidad” contemplará la aparición de más casos, tal como lo venía advirtiendo la Municipalidad desde hace ya unas semanas.

El “aprender a convivir con el virus” lanzado por Llamosas a mediados de la semana pasada permite comprender el nivel de gravedad que afronta la crisis sanitaria, la cual termina por arrinconar a las localidades del sur provincial. Las autoridades del Gobierno local, el COE Regional y la pata provincial del Centro Cívico, reafirmaron su compromiso con el combate del virus. “Es necesario impedir su avance”, imploraban los especialistas del centro de operaciones regional.

El aumento de restricciones y los alarmantes discursos oficiales no fueron suficientes para frenar el inminente avance del virus. A muchos les parecía un milagro que Río Cuarto llegara a fines de julio manteniendo los casos que se registraron hacia el comienzo de la pandemia. Pero los más sensatos ya advertían en junio que “el pico” que afectaría a la provincia podía llegar a la ciudad en agosto. Tan errados no estaban.

Durante la jornada del domingo, el COE Regional confirmó tres nuevos contagios, los cuales se produjeron en contactos directos con el  notificado el viernes pasado. A su vez, reportó otro positivo que permanece aislado.

Nuevo panorama

El escenario empezó a mutar desde el lunes pasado, incluso después de los blooper comunicacionales a comienzos de julio. La “controlada” situación del Santa Rosa sirvió para llevar un atisbo de tranquilidad que rápidamente se difuminó con la aparición de un nuevo caso en Las Higueras. La alerta generada por ese contagio llegó a la ciudad, ya que la transmisión del covid-19 provino de un riocuartense que dio positivo en Córdoba y que, días atrás, había mantenido contacto con gente de la ciudad.

Tanto el intendente de Las Higueras, Alberto Escudero, como el intendente Llamosas, se mostraron todavía más activos en las acciones de control y prevención. Pero el ruido sobre la llegada de más casos comenzó a hacerse más fuerte, con una ciudadanía que comenzaba a expresar sus sospechas respecto a los datos oficiales.

El viernes pasado, otro golpe: un hombre de 39 años fue confirmado como el tercer contagio en menos de una semana. El ciudadano se aisló tras presentar síntomas leves y se realizó un hisopado que volvió como positivo. A raíz de esta circunstancia, veinte contactos estrechos y ocho compañeros de trabajo debieron ser aislados. Finalmente, tres de estos hisopados habrían vuelto con resultado positivo.

Una vez más, surgieron voces que cuestionaban por qué el caso no se difundió apenas se tomó conocimiento del mismo. Y también las dudas, ya que en ningún momento se informó cómo habría contraído el virus.

Como si fuera poco, por segundo día consecutivo, Río Cuarto informaba sobre un nuevo contagio. El sábado por la mañana, el COE Regional brindaba detalles sobre el positivo de un joven estudiante que reside en Río Cuarto, pero habría contraído el covid-19 en Vicuña Mackenna, localidad de donde es oriundo.

El temor creció por la situación que se daba a 100 kilómetros de la ciudad: Mackenna superó la decena de casos en pocos días, con contagios que fueron verificados durante controles médicos en sanatorios privados de Río Cuarto.

Desde hace días se informa sobre casos en localidades del departamento Río Cuarto. A Mackenna se suma San Basilio. Pero también en Roque Sáenz Peña y Juárez Celman, los pacientes son trasladados a Río Cuarto para dar un mejor tratamiento hospitalario. Es decir, por más que la burocracia numérica y geográfica de los registros oficiales diga lo contrario, el virus en la ciudad parece estar más presente que nunca.

El problema se torna más preocupante, pero la desobediencia se hace notoria. A pesar de las advertencias, la movilidad urbana se asemejaba a la de los tiempos sin casos. Las plazas y centros de esparcimiento no escatimaban en cantidad de gente al aire libre, con diferentes controles que buscaban desconcentrar la actividad e impedir el acceso a las zonas precintadas.

¿Y las elecciones?

El mensaje del Ejecutivo resulta un tanto ambiguo: si bien Llamosas dice que “estamos en el momento más crítico” de la pandemia, las acciones de su Gobierno hacen ver que el interés por el proceso electoral venidero es muy alto. Aunque la prioridad sea la sanitaria, el ojo puesto en las urnas pone en duda la naturaleza de sus acciones.

Al mismo tiempo que se vislumbraba la aparición de más contagios, el oficialismo anunciaba que se estaba trabajando con la Junta Electoral para lograr que los ciudadanos puedan votar en los establecimientos más cercanos a su domicilio, con el fin de evitar una mayor circulación. A eso se suma la campaña que, intencionadamente, pondera el compromiso de las autoridades en las actividades preventivas al mismo tiempo que destaca los logros de la gestión en los últimos cuatro años.

Hasta el momento las elecciones se hacen el 27 de septiembre y las alternativas que se barajan apuntan a reducir los riesgos de contagio. Pero el escenario actual propone dificultades que difícilmente permitan un curso normal. De otra manera, se debería imaginar la provisión de trajes especiales hazmat para cada uno de los votantes, por más exagerada que suene la propuesta. Las medidas sanitarias deberán extremarse al máximo y, aun así, algunos especialistas destacan que no se garantizaría una elección totalmente libre de covid-19.

A raíz de estas circunstancias, una página de Facebook propuso posponer las elecciones una vez más bajo el lema “si no hay vacuna al 27/9, yo no voto”. Se sospecha que un grupo político de la oposición se oculta detrás de la campaña, pero la idea del video difundido por esta página resuena en ámbitos que van por fuera de la política.

La planificación de los comicios sigue a todo ritmo, tratando de correr más rápido que el virus y chequeando los informes oficiales cada diez minutos. “Las elecciones se van a hacer”, manifiestan una y otra vez desde el oficialismo, aunque siguen aflorando las dudas respecto al “¿cuándo?”. Es que el freno al avance del virus no solo llegará con los controles, sino con el aporte de la ciudadanía.

El llamado a la “responsabilidad social” busca reducir los riesgos que se pueden tener de cara a las postergadas elecciones, con un Gobierno que pasó la mayor cantidad de sus mandatos prorrogados haciendo malabares entre la crisis sanitaria y la campaña política. Sin embargo, este parece ser el momento clave, el punto que marcará la diferencia y que puede poner en riesgo lo conseguido hasta el momento.