Por Julieta Fenández

“La pandemia ha evidenciado las mejores virtudes y las peores miserias de la gente”. Esta frase recurrente puede aplicar a cualquier hecho y por supuesto a una campaña electoral. Mientras el oficialismo se anima a “meterse al barro” de los cuestionamientos a la oposición alegando que no están colaborando, cabe preguntarse: ¿Qué rol podría tener el arco opositor en un contexto sanitario muy complejo y a pocas semanas del 27 de septiembre?
“Las decisiones competen a quien ejerce el gobierno de la ciudad. La oposición ocupará el lugar que quiera ocupar pero evidentemente no están ayudando”, dijo Marcelo Bressán (secretario de Políticas Sociales) a FM Gospel. “Nos cuestionan pero ni siquiera leen nuestros proyectos”, advertía el concejal de Respeto, Franco Altamirano el mes pasado y agregaba: “Deben referirse al radicalismo, porque nosotros nunca dejamos de ir a los barrios”. Las diferencias se recrudecen a medida que nos acercamos a la fecha clave (que aún está en duda por la situación sanitaria que atraviesa la zona).
En este sentido, Roger Fabre, politólogo y coordinador de Córdoba para la Red Mundial de Jóvenes Políticos, analizó el rol de la oposición local a pocas semanas del 27 de septiembre: “Bressan tiene razón al decir que el oficialismo tiene una responsabilidad mayor, pero dicha responsabilidad se podría haber ampliado convocando a la oposición a participar, ya sea en espacios donde se pueda debatir sobre las medidas sanitarias que se están tomando o se van a tomar, o directamente salir al campo de acción, por ejemplo: a hacer controles en los accesos a la ciudad. Creo que el oficialismo no tuvo esa voluntad política”.
Estar a disposición
“Estamos a disposición”. Tanto oficialistas como opositores han pronunciado esta frase en los últimos meses pero desde una mirada pragmática: ¿A quién le conviene trabajar en conjunto en este escenario? ¿Es una frase políticamente correcta cuyos efectos no se vuelcan en la práctica?
“No hay que generalizar”, dice el politólogo al asegurar que hay sectores de la oposición que se han puesto a disposición del intendente y se han contactado de manera directa con él. Algo similar planteaba la concejala de Respeto, Patricia Muñoz, cuando en sus redes sociales publicó fotografías trabajando en conjunto con el área de Desarrollo Social de la Municipalidad o cuando su compañero de bancada, Franco Altamirano, advertía que había que hablar de “oposiciones” y no pensar solo en Juntos por Río Cuarto al hablar de oposición: “Hay candidatos que han dispuesto sus mínimos recursos y herramientas para colaborar pero no hay voluntad del Municipio de realmente convocarlos para trabajar en conjunto”, indica Fabre.
En términos de conveniencia, el integrante de la Red Mundial de Jóvenes Políticos, considera que a la primera oposición le conviene que las diferencias con el oficialismo se recrudezcan: “Esto se puso de manifiesto con la participación de Abrile en la marcha ‘anti-cuarentena’. Busca representar a esos sectores. La grieta no dejó de estar. Durante unos tres meses disminuyeron las tensiones porque no estaba próximo el proceso electoral. Esto se vio también a nivel nacional con la buena imagen que tenía el presidente Alberto Fernández al haber tomado las medidas necesarias a tiempo, inclusive de parte del electorado macrista. Con el correr del tiempo, al subir la curva de contagios y por la situación económica, la oposición instaló conceptos como ‘la cuarentena más larga del mundo’ y se ‘fogoneó’ nuevamente la grieta”, considera el analista.
Aunque no sea lo más “políticamente correcto”, siempre alguien se ve beneficiado en este tipo de escenarios. Según Fabre, esta falta de voluntad política de convocar a la oposición para trabajar en conjunto, beneficia a las fuerzas que están dentro de la clásica polarización: “A Juntos por Río Cuarto le conviene que esas diferencias se recrudezcan. No les preocupa si no los llama Llamosas. Quizás hasta se beneficien y hacen campaña con la pandemia que es algo muy perverso y se cruzan ciertos límites. En este aspecto, se sigue fogoneando la grieta, ambos “extremos” se ven beneficiados e invisibilizan al resto, a los más moderados”, advierte el licenciado.
Responsabilidades
Los gobiernos locales enfrentan el gran desafío de poner la cara ante las consecuencias que deja la pandemia en materia sanitaria, económica y social. Son las primeras puertas que toca el ciudadano cuando necesita respuestas de parte del Estado. “Los funcionarios son funcionarios de lunes a lunes pero los esfuerzos, en este contexto, nunca son suficientes. Hubiese sido un gesto muy bueno convocar al resto de las fuerzas. ¿Es sencillo hacerlo? No cuando hay tantos candidatos con posturas políticas tan distintas y vemos que algunos de ellos asisten a marchas anti-cuarentena o panfletean cuando no están dadas las condiciones. Es muy difícil para el oficialismo hacer ese esfuerzo pero lo tienen que hacer”, opina el analista consultado.
Por otro lado, el “protocolo selfie” ha dado mucho de qué hablar en las últimas semanas. La necesidad del oficialismo de contrarrestar los dichos del radicalismo sobre la falta de controles en los accesos a la ciudad, llevó a una exposición masiva de fotografías en las redes sociales: “Hacer controles es mucho más que estar 10 minutos en uno de los ingresos y sacarse una selfie”, expresó en su momento el concejal de Cambiemos, Martín Carranza.
“Sacarse selfies en algo tan serio como el control a un ingreso no me parece adecuado. No es lo mismo que esta en la barra de un boliche. Es una responsabilidad muy grande y es la misma ciudadanía la que puede advertir lo que se hace mal”, señala el politólogo, quien además, considera que la primera oposición no estuvo a la altura de las circunstancias: “Parece que quieren ganar a toda costa. En un contexto normal, no sé si hubiésemos visto lo que vimos. Está claro que el oficialismo ha recibido un impacto negativo a partir de la pandemia y la falta de liderazgo que se percibe y por eso creo que un buen ejemplo de trabajo conjunto con la oposición se vio en los años posteriores al 2001 aquí en la ciudad. Creo que había una oposición más responsable”.
Mezquindades
En un escenario casi utópico, los representantes de las distintas fuerzas políticas participarían de los controles en los accesos, de las actividades de promoción y concientización y de la generación de políticas públicas en materia económica y social. Pero las mezquindades políticas siempre son más fuertes: “Cuando uno ve a los funcionarios llevando adelante las tareas de concientización, están haciendo su trabajo pero claramente también están haciendo política en un año electoral. Si los demás espacios participaran, se diversificaría la interpretación que la gente puede hacer de quienes están colaborando. Sería muy bueno que eso pasara. Sería un gesto muy grande y de mucha altura. Irían los que estén realmente dispuestos a acompañar y el día de mañana se podría hacer un balance interesante y hacer hincapié en que se pudieron lograr consensos en cuestiones que eran de interés para todos los vecinos: controlar y generar conciencia en medio de una pandemia”, reflexiona el joven politólogo quien a la hora de responder si este escenario sería distinto si no hubiera elecciones, sostiene que “nunca se deja de hacer campaña”.
Mañana empezaría el período formal de campaña, según lo expuesto por la Junta Electoral Municipal. El intendente Juan Manuel Llamosas anunció que no hará un lanzamiento y sus acciones en ese sentido se comenzarán a ver desde septiembre. Eduardo Scoppa, de Riocuartenses por la Ciudad, señaló que esperarán las disposiciones del COE central en cuanto al protocolo de campaña que aguarda aprobación. Lucía de Carlos señaló que contrastarán lo que sea necesario con el oficialismo o radicalismo pero proponiendo alternativas. Gabriel Abrile de Juntos por Río Cuarto indicó que comenzarán una fase más propositiva de campaña y que ya se habría desgastado la etapa más “confrontativa”. Lo cierto es que las mezquindades políticas y los distintos intereses no se tomaron vacaciones con la pandemia, aunque así lo hayan aparentado hace unos meses.