Schiaretti y Llaryora aceleran la renegociación de sus deudas

Por Gabriela Origlia 

La administración de Juan Schiaretti tiene dos vencimientos de intereses de deuda más hasta fin de año y espera poderlos incluir en el reperfilamiento. El monto global a renegociar por la Provincia son US$1685 millones y el mayor peso está en 2021 cuando vencen US$ 751 millones. La estrategia cordobesa hasta ahora se diferenció de la de Nación y de la de otras jurisdicciones, viene cumpliendo con los compromisos. El acuerdo alcanzado entre la Argentina y los grupos más importantes de bonistas fija un piso para los canjes que tienen por delante los gobernadores.

Después de un 2021 pesado para Córdoba, hay un alivio en los próximos dos años y en 2024 se acumulan vencimientos por US$ 510 millones; la conducta de cumplimiento le permitió a la Provincia emitir deuda a tasas por debajo del resto de sus pares. La apuesta es que ahora los acreedores también mantengan esa distinción; si bien hay previsión presupuestaria para los próximos pagos, el objetivo es también reperfilarlos. En 2025 y 2026 vuelve a bajar la carga por la deuda y otra vez sube en 2027, cuando hay otros US$ 450 millones.

También el intendente Martín Llaryora debe resolver un canje; la ciudad de Córdoba es la única del país que emitió bonos bajo legislación Nueva York; fueron US$150 millones en 2016 durante la gestión de Ramón Mestre. Este viernes presentará la primera propuesta a los acreedores para conseguir más plazos y una reducción del cupón que es de 7,85%.

El viernes es el turno de Buenos Aires; el gobernador Axel Kicillof extendió por quinta vez el plazo del canje para renegociar la deuda emitida bajo legislación extranjera. «En este periodo continuaremos manteniendo conversaciones con los acreedores, a quienes les reiteramos el compromiso con las deudas asumidas, pero siempre bajo un esquema de repago que resulten sostenibles en el tiempo», indicaron desde la Provincia. La deuda a reestructurar es de U$S 7148 millones. Si la mayor jurisdicción argentina arregla, es un escollo menos para el resto.

A partir de la oferta bonaerense, que los especialistas esperan que esté por encima de la de Nación, comenzarán a manejarse con más elementos el resto de las provincias. Ahí se verá hasta qué valor de oferta pueden moverse y hacer sustentables su cuentas.

Mendoza lleva hace tiempo una negociación y aunque mejoró la oferta para reperfilar sus títulos de deuda por US$590 millones y extendió el plazo de negociación sumó sólo al 60% de los acreedores y necesita el 75% para cerrar. La jurisdicción vino tratando de convencer a los bonistas en paralelo a que el ministro Martín Guzmán hacía lo propio a nivel nacional y esa incertidumbre la empujó a subir la propuesta pero sin poder terminar de acordar.

Río Negro entró en default y sigue en conversaciones para tratar de llegar a un acuerdo por U$S 300 millones que tienen vencimiento 2025; en la Provincia esperan que en las próximas semanas se facilite el diálogo por el acuerdo de Nación. La Rioja contrató al Bank of America para el asesoramiento en el canje; desde febrero viene postergando el pago de US$14 millones. También tienen vencimientos próximos Entre Ríos, Santa Fe y Chubut (US$800 millones en dos bonos con respaldo de regalías hidrocarburíferas). En Salta la Legislatura autorizó al Ejecutivo a renegociar los US$388 millones.

El caso de Chubut tiene en común con Neuquén y Tierra del Fuego que todos emitieron deuda con garantía de un fideicomiso compuesto por regalías hidrocarburíferas; todas ahora buscas reperfilar. Jujuy consiguió US$210 millones poniendo como garantía fondos de energías renovables. Los analistas esperan que con Nación a punto de firmar el acuerdo, las provincias podrán empezar a acelerar sus procesos con la posibilidad de conseguir mejores tasas y plazos.

De todos modos, está claro que los acreedores distinguen a unas administraciones de otras. No serán las mismas las exigencias para La Rioja –que viene incumpliendo desde febrero- que para las patagónicas que tienen garantía de regalías o para Córdoba y CABA, con una estructura productiva más vigorosa.