Intendentes piden nueva categoría: “zonas amarillas”

El criterio de división entre zonas rojas y zonas blancas aplicado por el COE para permitir o no la apertura de la cuarentena, provocó la reacción de algunos jefes comunales del interior. Municipios y comunas que no tienen registrados casos de Covid-19, piden ser reconsiderados.

Por Yanina Soria
ysoria@diarioalfil.com.ar

La decisión sanitaria y política de abrir progresivamente la cuarentena en la provincia de Córdoba después de cinco semanas de absoluto confinamiento, provocó reacciones dispares entre los intendentes y jefes comunales que tanto la esperaban.
Es que al ser “focalizada” regirán distintas modalidades de flexibilización en un mismo territorio; y a rigor de verdad, en muchos casos, el funcionamiento antagónico entre poblaciones que podrán ir retomando su ritmo de vida normal y aquellas que deberán seguir paralizadas, se dará en jurisdicciones apenas separadas por una calle.
El criterio epidemiológico aplicado por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) para permitir el funcionamiento parcial de ciudades y comunas que no tengan registros positivos de Covid-19 y que estén fuera de las zonas rojas, es tan complejo como los mismos escenarios que se abren.
Ocurre que no todas las localidades de los departamentos hoy categorizados como blancos -limpios de coronavirus- podrán comenzar a dinamizar sus economías; mientras que tampoco significa que en las zonas rojas no haya poblaciones que efectivamente puedan volver a funcionar.
Por caso, el departamento Río Segundo no tiene hasta aquí casos positivos de Covid-19; sin embargo, dos de sus poblaciones como Pilar y la ciudad de Río Segundo, quedaron dentro de la traza definida como el Gran Córdoba. Por ende, no podrán comenzar a flexibilizar el comercio, la obra privada ni las profesiones liberales siendo que, por ejemplo, Laguna Larga, a escasos kilómetros de Pilar, pudo levantar parcialmente la cuarentena.
De igual manera, hay departamentos pintados de rojos en el mapa sanitario que maneja el COE, como el populoso Colón donde varias localidades del norte sin infectados entre sus vecinos, están autorizadas para abrir el confinamiento. Entre ellas, Agua de Oro o El Manzano.
A estas particularidades hay que sumarle lo ocurrido con la ciudad de Jesús María que, en principio había sido declara blanca, y luego pasó a integrar la zona roja donde ya estaba Colonia Caroya.
Este complejo tablero que componen los municipios del interior, derivó en pedidos concretos de nuevas excepciones por parte de intendentes y jefes comunales que consideran que sus municipios resultaron perjudicados con las disposiciones generales aplicadas por el organismo que centraliza todas las acciones frente a la pandemia.
Por caso, ayer los jefes políticos de Jesús María, Luis Picat; Colonia Caroya, Gustavo Brandán; y de Sinsacate, Carlos Cipriam; le solicitaron al COE central una recategorización. Proponen una medida intermedia entre las zonas rojas y las blancas, que les permita autorizar -por ejemplo- la obra privada.
“Fundamentamos el pedido en que esta zona tiene la complejidad un hospital referente y puede comportarse como un semáforo de blanco a rojo, por lo cual sería una alternativa de poner un color amarillo. Resaltamos el comportamiento de los vecinos de cada ciudad que está siendo ejemplar en adoptar todos un protocolo de cuidado y distanciamiento. Seguiremos con los controles fronterizos al cual pertenece este COE, con un tránsito interno y entre ciudades pertenecientes a la región norte”, dice la nota.
Según señaló Picat a Alfil, “tuvimos buena recepción por parte del COE que nos pidió un tiempo para estudiar y darnos una respuesta”.
En esa misma línea se manifestaron jefes comunales de otros sectores de la provincia cuyas localidades no tienen registro de Covid-19 en este momento pero que, por las particularidades descriptas más arriba, quedaron afuera de las excepciones que alcanzan a otras 370 localidades.
Las administraciones de Pilar, Río Segundo, Río Ceballos, Unquillo, Malvinas Argentinas, Monte Cristo y Villa General Belgrano, entre otras. En el caso de esta última de Calamuchita, es la única del departamento que quedó con restricciones, el intendente Oscar Santarelli reclama la apertura aludiendo que los dos casos de coronavirus que tenían en su población, fueron dados de alta. Existen otras realidades, como la que plantea el intendente municipal de San Basilio, Rubén Moine, cuya localidad quedó dentro de la zona roja porque dos ciudadanos con domicilio allí dieron positivo pero, en la práctica, según dice, residen desde hace años en Córdoba Capital.
Así, existe un largo listado de municipios que esperan ser reconsiderados por el COE. En todos los casis hay una sola preocupación detrás de esos pedidos: comenzar a dinamizar sus economías locales.