Por Federico Jelic
¡Qué hueso duro de roer demostró ser Andrés Fassi! Su posición transversal contra todas las resoluciones que toma AFA y la corporación de clubes metropolitanos parecen no tener fin, generando una novela sin precedentes. Con la misma tesitura casi de intransigencia pero con escrúpulos que alguna vez inició otro presidente de Talleres como Amadeo Nuccetelli allá por fines de los ’70 frente al orden establecido, Fassi no parece querer ceder ante las prebendas que ofrece el ente rector del fútbol argentino. Y relativiza cualquier determinación, incluso aquellas que lo benefician.
¿A qué se refiere esto? Una vez finalizada la sesión del Comité Ejecutivo donde da por culminados los torneos que oficializó a los clasificados a las copas internacionales, la lógica diplomática imaginaba que Talleres se mantendría ajeno a los comentarios, en virtud de que el criterio lo favorece para clasificar a la Copa Sudamericana, logro que la gestión de Fassi podría ostentar en cada propaganda. Pero su mirada en contra de la suspensión de los descensos por dos años y la necesidad de retomar la actividad cuanto antes para completar la Copa de la Superliga, luce inalterable. Como así su repudio a la chance del torneo de 30 equipos.
Talleres no se rinde en su batalla para cristalizar, según su lente, las acciones vetustas y viciadas de AFA. Por eso, consumada la aprobación del boletín 5768, no tardó en subrayar y endurecer su ideología. Esta acción, claro está, le generará algunas consecuencias políticas, mientras que, en nombre de la integración y la participación, hizo un descargo que no pasará inadvertido fácilmente.
Descargo “por el bien común”
Talleres presentó su proyecto con el nombre de “Pedido de revisión, consenso y participación”, donde al describir la situación, pone entre comillas para desacreditar las palabras en ella: donde las ideas fueron “debatidas” y “consensuadas”, como primer acto de ataque.
“(…) Indicamos que el boletín fue publicado luego de la expresiones periodísticas, previo a la reunión del Comité Ejecutivo”, continuó diciendo, como para sentar un contexto válido de circunstancia. “(…) Demuestra esta publicación de AFA, en la manera en que Superliga entiende, sostiene y ejecuta, la reclamada autonomía y la señalada defensa de los propios intereses de todos los clubes de Primera División (…) Expresamos que la mayoría de los clubes se anotició de estas resoluciones el día de su publicación y que no hubo debate, ni consenso”, describe, para agravar el panorama.
En rigor de darle más énfasis y desarrollo a su idea, se explayó la misiva con un contundente: “Expresamos que la mayoría de los clubes se anotició de estas resoluciones en el día de su publicación, y que no hubo ni debate ni consenso. Existió una resolución por la vía de la imposición, distante de ser una construcción colectiva que daña la legitimidad y seguridad jurídica de reglamentos y estatutos».
Y no frenó el fuego ni el direccionamiento del escrito: “Desde lo institucional, debemos trabajar colaborativamente en vínculos de confianza que integren a todos los involucrados en el fútbol asegurando orden y previsibilidad”. “(….) Desde lo económico, atender el saneamiento administrativo y visualizar un horizonte de crecimiento y sustentabilidad”, agregó.
Posteriormente apuntó a una victimización por ser un club indirectamente afiliado, casi al límite de la discriminación. “Sabemos lo que significa trabajar desde el interior y tenemos ideas para proponer en cuanto a la forma de competencia y alternativas para generar más ingresos”. Epa…
“AFA somos todos”, agregó consecuentemente a modo “populista” y luego lanzó una caricia para los hinchas de Talleres, sobre sus temores del desembarco de las Sociedades Anónimas: “Estamos convencidos que desde nuestras Asociaciones civiles la legalidad absoluta es el primer paso ineludible para que nuestras instituciones cumplan con su función social”. Chapeau.
“Las crisis nos obligan a asumir la situación con responsabilidad integral, para no solamente ver las urgencias inmediatas y los intereses particulares, sino ver más allá”… refrendó al borde de la provocación. Para cerrar, a modo de resumen solicita Talleres que “se revean las decisiones informadas” y que “se convoque a un Comité de la Superliga para una mesa de trabajo sobre estos temas”.
¿Cuál es la intención de Talleres con esta misiva? Seguir deliberando la posibilidad de completar las 10 fechas que restan del torneo de la Copa de la Superliga como indica el reglamento, por eso avanzó en la presentación del protocolo de sanidad que fue relativizado por el entorno de AFA. A pesar de que esta medida lo beneficia con un boleto internacional, la entidad de barrio Jardín se muestra reacia al accionar de AFA, lo que seguramente le seguirá generando descontentos de los encumbrados dirigentes de Buenos Aires. Fassi se fortalece desde lo político en un contexto truculento por presentar coherencia en sus argumentos. La máxima autoridad del fútbol vernáculo, Claudio Tapia, es consciente de que encontró un duro oponente en pos de imponer sus propósitos, aunque cuenta con “mayoría absoluta” para su aprobación con celeridad pasmosa, como la Suprema Corte de Justicia del Menemismo. La historia recién empieza.