Por Yanina Passero
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Durante la campaña electoral nacional fueron los primeros del arco político cordobés es expresar su enérgico apoyo a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández. Corrían los días de la prescindencia del gobernador Juan Schiaretti que, a decir verdad, no cambió con el regreso del kirchnerismo al poder central. Con las banderas antimacristas en alto, el legislador de Hacemos por Córdoba y representante sindical de los empleados públicos, José Pihen, se sumó al pelotón de intendentes y dirigentes que buscaron el voto para el Frente de Todos y la boleta corta de diputados.
Con el antecedente, era lógico esperar que la expectativa salarial para este año estuviera en sintonía con la bajada de línea del presidente de la Nación. Cabe recordar que desaconsejó la aplicación de la cláusula gatillo para desalentar el espiral inflacionario. Pihen reconoció a Alfil que tomarán las pautas sugeridas por Fernández y comunicadas en las entrevistas que mantuvo con sindicalistas en la Casa Rosada. En la práctica, un trato con sumas fijas de dinero ingresa en el campo de lo aceptable para el titular del SEP. La UEPC se había mostrado en contra de desacoplar los salarios de los índices de inflación. Sin embargo, el líder de los docentes, Juan Monserrat, reconoció a Cadena 3 que no pueden permanecer ajenos a las decisiones que toma el Ejecutivo nacional en la materia; pero pidió una política de precios claras. “No vale la pena aumentar si van a subir los precios, las tarifas y los servicios. El salario aumenta cuando es en términos reales. Se demostró que la canasta de alimentos y los servicios e impuestos municipales y provinciales están por arriba de los aumentos salariales (…) Seguir la cláusula gatillo sin decir nada de los otros precios es un contrasentido”, declaró Monserrat a la emisora.
Pihen y Monserrat han dado señales de que serán orgánicos con la propuesta de Fernández para las paritarias inminentes. Una buena noticia para Schiaretti que levantó la cláusula gatillo del acuerdo que venció este mes y a la que no quiere regresar.
Las sumas fijas fueron tradicionalmente criticadas por los sindicalistas y aceptadas a regañadientes. En concreto, favorecen el achatamiento de la escala salarial, pero mejora el poder adquisitivo de los escalafones más bajos. Por eso se explica el visto bueno de Pihen a esta modalidad de acuerdos y la resistencia ya expresada por el titular del personal jerárquico del Estado, Domingo Ovando. Con las condiciones explicitadas, Pihen anticipó que esta semana serán convocados por Julio César Comello, a cargo de la Secretaría General, bajo la órbita de Rivero. Esperan que las discusiones no se extiendan más de tres días para que el aumento de febrero pueda cargarse en las planillas para la liquidación.
Si efectivamente se lograr tumbar la suma fija en el Panal, la vara quedará alta para el intendente Martín Llaryora. Sus alfiles ya informaron que será una paritaria ajustada a la realidad del municipio, pero el gremio dará pelea y aquí no cuenta su devoción kirchneristas.
En concreto, el secretario de Gobierno del Palacio 6 de Julio, Miguel Siciliano, presentó un panorama negro, en vísperas de la pulseada salarial. “La Municipalidad está detonada, debe más de 27 mil millones”, aseguró.
La voluntad es seguir la línea trazada por el poder central. Todo un experimento con el gremio que logró uno de los mejores acuerdos el año pasado.