Por Alejandro Moreno
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El radicalismo en la Legislatura podría comenzar a expresar un síndrome parecido al de la izquierda, que en el período anterior -y probablemente le ocurra en este también- presentaba proyectos similares pero a través de dos bloques distintos y rivales.
Por la división en las elecciones de mayo pasado, los radicales llegaron a la Cámara en dos bancadas: UCR y Córdoba Cambia (la alianza entre disidentes y macristas; el lilismo juega solo y el juecismo se quedó afuera).
Tras el discurso del gobernador Juan Schiaretti el sábado pasado, pronunciado para dar inicio a las sesiones ordinarias de la Legislatura, los radicales del bloque Córdoba Cambia anunciaron que pedirán “el congelamiento de la tarifa de la luz por, al menos, 180 días”, es decir por el lapso que se presume que cubrirá la emergencia económica según las estimaciones de la Casa Rosada.
El presidente del bloque de legisladores radi-macristas, Orlando Arduh, fue el encargado de dar el aviso, que habrá de completarse con un proyecto de ley esta misma semana.
Lo curioso es que hace unos días los legisladores del bloque de la Unión Cívica Radical (cuyo titular es Antonio Rins) propusieron al gobernador Schiaretti, en una conferencia de prensa, un paquete de medidas anti crisis que, entre otras cosas, incluye la suspensión de cualquier aumento en las tarifas de los servicios públicos.
La conversión de esas ideas en un proyecto dependía de lo que dijera Schiaretti el sábado pasado, de acuerdo con lo manifestado en aquella ocasión, en la Casa Radical, por los legisladores de la UCR, Dante Rossi, Verónica Garade Panetta y Marisa Carrillo. Ayer, desde el bloque de la UCR aseguraron que también esta semana desembocarán en las oficinas legislativas con los proyectos en la mano.
La candidatura a gobernador de Mario Negri por fuera de la Unión Cívica Radical cordobesa (aunque él recuerda siempre que estuvo amparado por el Comité Nacional de su partido), y la postulación oficial de Ramón Mestre, provocó una división que no pudo cerrarse antes del inicio de la nueva Legislatura.
La grieta radical se profundizará en los próximos meses porque en agosto deben renovarse las autoridades partidarias, y el grupo no mestrista, que busca cohesionar el propio Negri, tratará de sacar del sillón a Mestre, el actual presidente del Comité Central de la Provincia.
La tensión en la Casa Radical ya se manifestó a fines del año pasado, cuando la vicepresidente 1° del Comité Central, la negrista Patricia De Ferrari, fue suspendida en ese cargo por integrar como legisladora el bloque Córdoba Cambia. En el Tribunal de Conducta de la UCR se analizan sanciones para los que fueron candidatos por fuera del partido, lo cual crisparía aún más los ánimos.
Mestre y el discurso
Ramón Mestre criticó el discurso del gobernador Schiaretti en la Legislatura. “Seguí atentamente el discurso del gobernador. Definitivamente, fue un discurso más, en veintiún años de gobierno”, remarcó.
El radical consideró que Schiaretti no enfrenta los verdaderos inconvenientes que presenta la provincia: “lo noté lejos de la realidad y sin respuestas a los viejos problemas de Córdoba”.
“Después de escucharlo, más que nunca, el desafío es trabajar fuerte por una alternativa”, remató. Mestre quiere volver a ser candidato a gobernador en 2023, y ya trabaja por ganarse el título de retador del peronismo, que manda en Córdoba desde 1999.