Aerolíneas, botón de muestra del “volver mejores”

Por Javier Boher
javiboher@gmail.com

El desembarco de La Cámpora en todos los lugares del Estado que manejan caja y poder muestra el repliegue táctico por el que han optado todos los peronistas que deben administrar el territorio. Eligen dejarlos hacer, convencidos de que no van a poder. Mientras tanto, los jóvenes de la organización liderada por Máximo Kirchner ponen a prueba su manual de acción política mimiografiado en los ‘70.

Esos jóvenes -que en gran medida desprecian al peronismo aunque se sientan los verdaderos intérpretes de su doctrina- han retornado al Estado con ganas de marcar que es su posesión. Quien puede lo más (dominar al peronismo) puede lo menos (devorarse al Estado).

Cuentan que en los pasillos de los ministerios por donde andan algunos referentes del peronismo ortodoxo, cuando hablan de La Cámpora se refieren a la misma como Sendero Luminoso, por el grupo terrorista que actuó en Perú durante alrededor de dos décadas. Hay que andar un rato orillando en el dogmatismo más severo para que te apoden de ese modo.

No hay muchas dudas respecto al por qué de ese nombre. Básicamente se debe a la visión lineal, unidimensional, acrítica y totalitaria del mundo que comparten sus miembros, que se sienten iluminados para decirle a los productores que deben ser solidarios, a los consumidores que hay que ejercer la empatía y a los opositores que ellos ya fracasaron, como si eso solo ya fuese motivo suficiente para invalidar cualquier observación que puedan hacer.

El kirchnerismo adolescente regresó triunfante en su propia versión plural de Luis XIV: “el Estado somos nosotros”. Su dominio es el mismo del Estado. Por eso se los pudo ver eufóricos recibiendo al nuevo responsable del grupo Aerolíneas, Luis Ceriani, que ya trabajó en la empresa en los años de Mariano Recalde (aquellos del famoso chárter pagado por la empresa para ir a ver a la selección a Uruguay).

También se pudo ver la euforia cuando pudieron despedirse del último responsable macrista de Aerolíneas, Luis Malvido. Lo escoltaron hasta la salida con bombos, banderas y cánticos, seguramente llenándole el alma de paz y tranquilidad por lo que le pueda pasar en un futuro. Ni hablar de los que todavía están adentro, que deberán esconder su condición política como pasaba con ciertas minorías bajo determinados regímenes.

Es en relación a esto que lo que se conoció el domingo toma especial relevancia. Se trata de un formulario de google que estaba circulando entre empleados de Aerolíneas Argentinas pidiendo que se identifique a los empleados que habían colaborado con la gestión macrista, la del “vaciamiento”, la curiosa forma de neolengua que utilizan para referirse al proceso de sanear las cuentas, aumentar la cantidad de rutas y de vuelos, mejorar las frecuencias y la calidad en general del servicio de la aerolínea de bandera.

A esa práctica fascista de dejar a alguien sin trabajo por haber entrado a una empresa pública mientras era gestionada por un gobierno determinado (ni siquiera por comulgar con las ideas de dicho gobierno) parece que no se la puede denominar como “lista negra”, como si también les correspondiera el monopolio de dicha expresión (que tanto les gustaba repetir cuando se dejaron caer los contratos en Télam, Fabricaciones Militares o el INTA).

El kirchnerismo en su fase “volvimos mejores” está recuperando el tiempo perdido, identificando a los que piensan distinto y haciéndoles sentir que eso es un error. El modelo es el de la izquierda autoritaria, que sólo permite la visión oficial de las cosas que impone el pensamiento único, y que ha tomado el poder de un peronismo que sólo resiste a esas tendencias liberticidas en distritos como Córdoba.

Hay que reconocer que no todo está perdido para esos empleados. Aunque sufran estrés, aunque sean víctimas del hostigamiento psicológico de los patoteros que se han hecho con el poder, aunque teman por su bienestar personal y familiar o se lamenten por ver peligrar su futuro en la compañía, no deberían tener de qué quejarse. Al menos por seis meses, si los dejan sin trabajo van a cobrar la doble indemnización. Si son tan negativos de ver el vaso medio vacío, problema de ellos.