Para empresarios cordobeses, Guzmán es «sensato» pero dudan en lo político

Desde la Bolsa de Comercio indicaron que para lograr una reestructuración exitosa de la deuda, se necesita voluntad y capacidad de pago a futuro, que será posible en la medida que prosiga el ordenamiento de las cuentas públicas y se estabilice la economía. En el fin de semana llegó lo previsible: vuelta de la doble indemnización; ajuste de retenciones y admisión del regreso del "dólar turista".

Por Gabriela Origlia

Los empresarios cordobeses están expectantes, igual que todos en el país, sobre los próximos pasos de la administración de Alberto Fernández. El presidente de la Bolsa de Comercio, Manuel Tagle, admitió que aunque predominan las dudas y la incertidumbre la presentación del ministro Martín Guzmán les dio algo de tranquilidad por su “sensatez”. “Es como si hubiera aportado realismo, una suerte de recapacitación de la estrategia política de la campaña”, apuntó. La mayor inquietud viene por el lado político, respecto del grado de incidencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner el rumbo de las decisiones.

De todos modos, no planteó -todavía- si lo que viene será una suerte de “kirchnerismo moderado” porque no hay detalles de qué medidas tomarán para lograr los objetivos planteados. Por ahora, durante el fin de semana, se anunciaron el regreso de la doble indemnización por 180 días (criticada por todo el empresariado), una «actualización» de las retenciones (los cambios podrían seguir) y se admitió que habrá un «dólar turista» (con un plus de 30%) y un posible ajuste de impuestos.

En su presentación Guzmán afirmó que no habrá ajuste fiscal en 2020, pero que buscará instalar un sendero hacia el superávit con «deuda modificada», algo que implícitamente dejó la puerta abierta a nuevos impuestos en la Argentina y a una futura renegociación de la deuda. Indicó que buscará frenar la caída de la caída del PBI, por lo que requerirán «aire» fiscal en un contexto de limitaciones. Sin embargo, aclaró que no habrá emisión monetaria descontrolada, porque «sería desestabilizante» en el marco de su programa integral.

Lucas Navarro, director del Instituto de Economía de la Bolsa, analizó la evolución de la emisión monetaria en los últimos meses. La base monetaria entre julio y diciembre, estimó, creció 15% y proyectó que no debería incrementarse más del 40% en la nueva etapa para no impactar en la inflación. “Los precios subieron 55% este año con una emisión que creció un tercio de eso, perola clave fue la escasa demanda de pesos. No es que sin emisión la inflación crece igual, como plantean algunos”, añadió.

Respecto de la renegociación de deuda, repasó que el aumento fue de US$80.000 millones; el 43% es con privados. Los meses más críticos en vencimientos en 2020 son mayo y junio. El 86% de la deuda está emitida bajo ley argentina, que es la que será reestructurada. “El mayor problema no es el tamaño de la deuda, sino cómo refinanciarla”, describió.

Navarro entiende que es posible que los US$5040 millones bajo ley extranjera se paguen usando reservas netas del Banco Central (hay unos US$10.000 millones). Lo que entraría en renegociación son US$12.850 millones bajo ley argentina. “Una reestructuración sin suspensión de pagos no tiene un impacto negativo en el PBI. Un default implica caídas fuertes y un período de recuperación más largo”, señaló y planteó que de lograrse ese esquema los capitales ingresan rápidamente con una reestructuración estricta, pero “se tomarían varios años en volver en caso contrario”.

“Para lograr una reestructuración exitosa de la deuda, se necesita voluntad y capacidad de pago a futuro, que será posible en la medida que prosiga el ordenamiento de las cuentas públicas y se estabilice la economía”, indicó Navarro. Para la Bolsa los desafíos son controlar inflación, con disciplina monetaria y manteniendo el equilibrio fiscal, como condición para la recuperación de la actividad; reducir presión impositiva en nación y provincias confirmando el consenso fiscal, y avanzar con reformas en el ámbito previsional y laboral. “En función de lo anterior se podrá lograr una reestructuración exitosa de la deuda”, destacan.

Respecto del pacto fiscal ya hay señales de que quedaría en la nada en 2020. Los gobernadores ya advirtieron que no pueden seguir bajando impuestos. El consenso firmado en noviembre de 2017, prevé acciones hasta 2022. Ya este año se abrió un paréntesis con una adenda para Sellos provinciales y Bienes Personales de la Nación. Sobre las reformas laboral y previsional, ya desde el Gobierno advirtieron que no avanzarán en ese sentido.