Alberto Fernández anunciará hoy quienes integrarán la primera línea de su gobierno y si bien se cayeron las expectativas de que asuma un ministro cordobés, la definición del Gabinete abrirá otras puertas a albertistas y cristinistas de esta provincia. Aunque la discusión por los cargos nacionales en reparticiones con asiento en Córdoba fue paralela al alumbramiento del gabinete nacional, los referentes del Frente de Todos y del PJ albertista entienden que recién luego del 10 de diciembre comenzará a blanquearse cómo baja el poder político (en forma de cargos) a las provincias.
Se trata de una grilla compleja donde el albertismo tiene que conjugar varios intereses y estrategias políticas, y no solo el “pago” a quienes referentes en la campaña. Una de las variables, pese a la distancia, es la relación con el gobierno provincial, que no quiere que la Casa Rosada le arme un “gobierno paralelo” en Córdoba. Muchos dirigentes viajaron a Buenos Aires a sondear la escena y volvieron con las manos vacías.
Caído su ingreso al Gabinete de Alberto Fernández, Carlos Caserio es uno de los albertistas que puja por encumbrar a los suyos en las segundas líneas del gabinete nacional y en las reparticiones nacionales con oficinas en Córdoba.
El senador cordobés lució serio el miércoles en la primera reunión del megabloque del Frente de Todos en la cámara alta, donde se quedaría para presidir una comisión estratégica para Córdoba (y para todos los distritos) como es Presupuesto y Hacienda. Esa habría sido la propuesta de la futura vicepresidenta Cristina Kirchner cuando se reunieron a solas hace diez días: aseguró que valoraba su experiencia, le propuso que sea uno de los cuatro o cinco senadores que manejarán la cámara, y le sugirió que haga juego para su provincia desde allí.
Luego del encuentro que por primera vez encabezó CFK, al que se sumaron los senadores Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saa, Caserio sostuvo en declaraciones a periodistas que la presidenta del Senado “nos pidió que el bloque resuelva, se reúna y tengamos nuestros propio debate”, en relación a las comisiones.
En ese marco, cerca del punillense aseguran que recién la semana que viene habrá novedades sobre lugares para los peronistas cordobeses que trabajaron en la campaña presidencial de Alberto Fernández, varios de los cuales temen ser ninguneados o castigados por el schiarettismo.
Lo mismo dicen del lado de la jefa de La Cámpora en Córdoba, la diputada nacional Gabriela Estévez: luego de la oficialización del gabinete se empezarán a despejar las incógnitas más locales. Estévez quedó bien posicionada en el reparto de poder que se dio a nivel nacional entre cristinistas y albertistas puros en el Congreso y el Ejecutivo, y de hecho ayer se la vio sentada en Diputados cerca de su referente inmediato, Máximo Kirchner, el nuevo presidente del megabloque oficialista en la cámara baja. Aunque la dirigente mantiene silencio, las versiones indican que tendrá peso en la disposición de los lugares. ¿Un antecedente? La diputada Luana Volnovich, también de la organización que responde a Cristina Kirchner, quedaría a cargo del PAMI nacional, y son varios los camporistas que se disponen a ejercer cargos ejecutivos en diversas áreas.
La reserva también ganó el espacio de Natalia de la Sota, legisladora provincial que jugó fuerte y cerca de Alberto, pero con quien no volvió a reunirse personalmente desde antes de las elecciones del 27 de octubre. Aunque se supone que la hija del fallecido José Manuel de la Sota será una de las que tenga juego en el reparto de los lugares.
Tras el gabinete, esperan se despejen cargos en Córdoba
Alberto Fernandez anuncia hoy quienes serán los funcionarios de la primera línea de su gobierno. La semana próxima podrían comenzar las definiciones sobre los lugares que reclaman en la provincia albertistas, cristinitas y peronistas cercanos.