Por Yanina Passero
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Los macristas cordobeses encendieron su GPS en búsqueda de un nuevo rumbo político. No todos, por supuesto, hay algunos referentes que militan activamente la campaña del “Sí, se puede” y es probable que se sumen después a las conversaciones que anticipan el reacomodamiento del escenario, si es que el presidente Mauricio Macri no consigue su milagro electoral el 27 de octubre logrando colarse en el balotaje.
Esperarán al día siguiente para sopesar el poder de Macri, cómo quedaron parados Horacio Rodríguez Larreta en ciudad de Buenos Aires y María Eugenia Vidal en provincia. Del triángulo amarillo se verá después la posición del jefe de gabinete, Marcos Peña. Se asistirá, también, a la reconfiguración de la alianza Juntos por el Cambio.
En el PRO de Córdoba siguen mostrándose activos en la campaña por la reelección pero en los márgenes barajan escenarios posibles. Si hay algo que es vox populi en la vieja casona de la Ucedé es que varios referentes ya tomaron la decisión de jugar en las filas de Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados vetado por Peña y de diálogo fluido con el tigrense Sergio Massa y el albertismo.
Monzó estrechó lazos con el PRO local a través de su delegado, Nicolás Massot. Javier Pretto, Darío Capitani, Gabriel Frizza, Oscar Tamis, Soher el Sukaria y Laura Rodríguez Machado, formaban esa mesa chica del espacio que quedó inmerso en la interna nacional con Peña. Las mujeres lograron mantenerse alejadas de esos intríngulis –remarcan desde sus entornos- pero hoy juegan en línea directa con la Casa Rosada.
Recientemente, Monzó les acercó una propuesta a esos pioneros del Pro local que, como él, quedaron afuera del armado: si Macri no gana, les propuso armar en Córdoba el Partido del Diálogo. Se trata de un sello bonaerense del ex intendente de Carlos Tejedor. Prácticamente, les ofreció hacer lo mismo que hicieron con Recrear de Raúl Albarracín cuando Macri quiso fundar el macrismo cordobés. En sede partidaria reconocen que esa oferta existió pero que no están en condiciones de dejar de ser “PRO” hasta que el horizonte se aclare.
Incluso, deslizan que el presidente provisional de la Legislatura, Oscar González, les propuso a los legisladores amarillos trabajar en tándem en la Legislatura que viene, pero también en el Congreso. Al fin y al cabo, como Monzó, proponen ser una “oposición moderada” si es que Fernández se convierte en el próximo presidente, como todo parece indicar que sucederá.
Ahora bien, limitados por el acuerdo vigente con Macri y por sus circunstancias no pueden salir a reconocer abiertamente los sondeos. Pero desmienten pactos con Hacemos por Córdoba, tal como ya se había publicado en este medio en la edición del 19 de septiembre, apenas comenzó a sonar en los mentideros de la política que se producirían pases de amarillos al peronismo cordobés. Incluso, apenas el diputado Pretto quedó afuera de la lista de legisladores provinciales se supo que desde El Panal se lo invitó a regresar a la coalición que lo hizo intendente de La Carlota e integrante de la Unicameral.
Algunos califican las versiones como “operaciones” producto de la interna cambiemita.
Como sea, las “conversaciones” son una explicitación de la intención política: los macristas cordobeses ya bucean en otros campos. Pero no pueden admitirlo con libertad porque, reconocen, deben ordenarse varios factores: 1) la evolución de la mesa de trabajo que lideran Monzó y Rodríguez Larreta, entre otros dirigentes del PRO; 2) el resultado del 27 de octubre; 3) suponiendo la derrota, el capital político que conserve Macri y, en definitiva, Peña; 4) la reconfiguración de la alianza que comparten con radicales y lilitos.
Después de octubre se sabrá si dejarán el PRO para reconvertirse en una nueva propuesta o mantendrán su identidad actual para tejer nuevas alianzas locales y nacionales. Las opciones marcan que el resultado –para algunos- ya estaría cerrado.