Por Bettina Marengo
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El Frente de Todos quiere mejorar en Córdoba y crecer para octubre al menos cinco puntos sobre el 30,39% que obtuvo en las Paso del domingo. Y llegar a los tres diputados nacionales, objetivo que quedó a poco más de un punto, por los siete puntos de corte que sufrió la lista que encabeza Eduardo Fernández. El segundo distrito electoral del país fue el que más votos porcentuales le dio al presidente Mauricio Macri, aunque el Frente de Todos logró achicar a 18 puntos una diferencia que llegó a ser de 43 en el ballotage de noviembre de 2015. En estas primarias, la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner duplicó con holgura el resultado de Daniel Scioli de las PASO 2015 (14,5%) y mejoró en once puntos el registro de la primera vuelta de octubre, cuando el peronismo provincial tuvo a Sergio Massa como propio candidato presidencial. En cuanto a la lista de diputados que encabeza Eduardo Fernández, fue votada por el 23,22%, lo que significan casi 156 mil sufragios menos que el tramo presidencial.
Por estas horas, en el comando nacional y en el cordobés del Frente de Todos se abocan a la tarea de analizar política y territorialmente los votos obtenidos el domingo, su origen y el comportamiento de los cortes de boleta. Esa información es clave, dicen los responsables, para establecer una estrategia electoral que permita alcanzar o superar los 35 puntos. Un número que, al inicio del proceso electoral, el candidato presidencial y el senador peronista Carlos Caserio consideraron un horizonte ideal para el distrito más anti K del país. En general, la idea es que el resultado de las PASO constituye el nuevo piso en Córdoba del peronismo nacional representado en la fórmula F-F, pero que es repetible el 37% que Cristina Kirchner logró en las presidenciales de 2011 (fue la única vez que ganó en Córdoba).
Dada la holgura del resultado nacional por el aporte de la provincia de Buenos Aires y de Santa Fe, por ejemplo, Córdoba perdió la centralidad numérica que tenía a priori: los puntos obtenidos acá ya no son tan indispensables para el tramo presidencial como se pensaba. Pero la intención es sumar diputados nacionales y terminar de perforar la pared de cristal del antikirchnerismo cordobés.
Hay datos sobre los que se pondrá especial atención. En la ciudad de Córdoba, donde vota casi el 40% del padrón, la distancia a favor de Macri fue mucho más alta que la provincial: 50,48% contra el 26,13%. Son casi 25 puntos porcentuales entre el primero y el segundo, siete más que en todo el distrito. En el tramo diputados nacionales, la elección en Capital estuvo en su piso de 20 puntos y en algunas seccionales de clase media acomodada el Frente de Todos quedó en tercer lugar, detrás de Hacemos por Córdoba.
Este fenónemo de aparentemente irreductible antikirchernismo de “la docta” será clave para definir, por ejemplo, si Cristina viaja o no a presentar su libro en la ciudad antes de las elecciones de octubre. O si conviene, como hasta ahora, que sea Alberto F. la única cara del peronismo K que vean los cordobeses.
Quién los puso
Desde el peronismo, consideran que al menos diez de los treinta puntos obtenidos el domingo fue aporte del PJ y su estructura, porque el techo del “kirchnerismo típico” está cerca de los 20 puntos y ya lo habría tocado. Así se lo comentó a este diario una fuente segura. En ese caso, cualquier crecimiento vendría del lado peronista.
Con el contundente triunfo nacional de Alberto Fernández sobre Macri, que deja al actual presidente en situación irremontable, creen que muchos intendentes y dirigentes del PJ cordobés se sacarán el bozal político impuesto por el Centro Cívico y blanquearán su militancia y su preferencia por el candidato del PJ nacional. En esa línea, se especula que el gobernador Juan Schiaretti flexibilizará su posición hacia abajo, para con la estructura partidaria, aunque no abiertamente. La mitad del electorado cordobés votó a Macri y ese electorado también es del gobernador, un dato clave para el futuro político del schiarettismo de cara a 2023. Pero la dirigencia del PJ que apoya a Alberto F y en este punto se referencia en Caserio (que es casi toda) entiende que la buena performance de la lista corta de Hacemos por Córdoba (sacó casi 17% y estaría reteniendo las dos bancas que el gobernador se juega) dejó demostrado que el partido no descuidó los votos ni la apuesta de Schiaretti. Esto, sumado a la necesidad que tendrá el jefe de El Panal de mostrar acercamiento con quien seguramente será el próximo jefe de Estado nacional, le darían a la dirigencia PJ condiciones más favorable que las previas a las primarias para militar la fórmula F-F. Ayer, Caserio, uno de los grandes ganadores de la jornada, no fue al bunker local ni viajó a Buenos Aires, a acompañar el festejo nacional. Siguió los resultados desde su casa de Villa Carlos Paz.
Es esperable que en las próximas semanas se produzcan saltos de tranquera más visibles y menos culposos que los que se vieron hasta ahora, con muchos intendentes blanqueando su posición, avizoró la fuente citada arriba.
“Si aportamos diez puntos en las condiciones difíciles en las que militamos, con menos presión es mucho lo que se puede crecer. No es lo mismo que un intendente diga o no diga cuál es su preferencia”, sostuvo.
En el albertismo nacional no hablan aún de autoría política de los votos, enfrascados en contar y analizar votos. Sí aclaran que quieren trabajar para crecer en Córdoba y acercarla al comportamiento de la Región Centro. Para eso, en forma incipiente, piensan en “conversar con todos los sectores”, sobre todo en aquellos vinculados territorialmente a lugares donde más lejos quedó el Frente de Todos.