Por Yanina Passero
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El concejal electo por Córdoba Cambia, Luis Juez, demostró su fastidio por las tensiones vividas durante la campaña. No esperó. Condicionó su apoyo al presidente Mauricio Macri al día siguiente del triunfo peronista en todo el territorio cordobés. Fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien lo contactó para descomprimir porque el presidente Mauricio Macri necesita mayores esfuerzos para lograr la reelección en octubre.
Es probable que el influyente asesor presidencial haya apelado a su prescindencia en los comicios de Córdoba para correrse de los desaires de otros integrantes de la plana mayor de Cambiemos. Si la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, o la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, ignoraron al ex senador sistemáticamente en el continuado de visitas, no habría sido por orden de Peña. Al fin y al cabo, es cierto, el tridente compuesto por Mario Negri, Héctor Baldassi y Juez tenía la bendición de la Casa Rosada, aunque después fue Peña quien resolvió replegar a la escudería nacional, incluso a su máximo referente , de la puja autóctona.
Juez moderó sus expresiones públicas, aunque sigue fustigando a sus socios en privado. El pasado viernes, los exponentes de Córdoba Cambia organizaron un acto para agradecer a la militancia el esfuerzo que sólo alcanzó para el segundo puesto en la Provincia y municipio. Juez se despachó en duros términos contra el diputado del PRO, Nicolás Massot, supuestamente porque el macrismo “jugó para atrás” en el tramo capitalino.
El radical Rodrigo de Loredo, candidato a intendente de Ramón Mestre, le pisó los talones y se ubicó en el tercer peldaño del podio. Juez pretende encontrar culpables para minimizar su derrota a manos del peronista Martín Llaryora. Es muy probable que sus dudas sean comprobables. El macrismo avisó que no movería sus cuadros por un dirigente delque desconfían y que, en plena campaña, los calificó de retrógrados. Sólo un ejemplo de varios.
Como sea, Juez también es otro de los que deslizó sus pretensiones para la lista de diputados. Recientemente, el ex embajador argentino en Ecuador, advirtió que el orden de los candidatos debe estar determinado por los resultados de la pulseada del 12 de mayo. En otras palabras, el líder del FC advierte que buscará una posición de privilegio por sobre el mestrismo, pese a que definió al Congreso como “una hamaca paraguaya”. Hasta el momento, parte de ala radical que responde al Intendente se encuentra haciendo lobby nacional por la diputada Olga Rista, a quien se le vence su mandato este año.
Pero las críticas abiertas a Massot no pueden leerse como una amonestación retroactiva. Cabe recordar que el macrismo tampoco pensó en Juez a la hora de proponer el método a aplicar para distribuir los espacios en la boleta. Desde estas páginas se publicó que el PRO espera que los candidatos se ordenen como en 2015. En aquel momento, encabezó la boleta el radical Negri y todo parece indicar que repetirá la misión en esta nueva oportunidad. En la Casa Rosada esperan rodear al presidente de nombres con peso propio.
El segundo lugar lo obtuvo el macrista Javier Pretto, interesado en repetir con Massot como principal fogonero. En el cuarto y quinto puesto se ubicaron Leonor Martínez Villada (Coalición Cívica) y el actual jefe de la bancada PRO en la Cámara de Diputados.
Esas cuentas no cierran a Juez con el agravante de que, en esta oportunidad, ni por asomo esperan repetir la cosecha de cuatro años atrás.