Apuesta K: parte de PJ Córdoba militará (en sigilo) por F-F

Por Yanina Soria
ysoria@diarioalfil.com.ar

F-FAunque el gobernador cordobés Juan Schiaretti esté, momentáneamente, fuera de juego producto de un receso que se tomó durante 10 días, la partida ajedrecística nacional sigue adelante. Y con jugadas de riesgo de uno y otro lado del tablero.

Lógico, las que corren son horas decisivas para el cierre de las alianzas en primera instancia y luego, para la confección de las listas. Las negociaciones entre los distintos sectores están al rojo vivo.

Aunque el arco político peronista tuvo tiempo de digerir ya la bomba lanzada por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner semanas atrás cuando decidió descender en la fórmula presidencial y acompañar a Alberto Fernández, siguen las réplicas.

Al corrimiento de una gran porción de gobernadores PJ que parecían estar afiliados a Alternativa Federal (AF) y que ahora se sacan fotos con el PJ-K, se le sumó la amenaza de fuga de uno de sus socios fundadores: Sergio Massa.

Esto agravaría aún más el cuadro de posición de los “alternativos” que perderían al hombre de mayor peso político en provincia de Buenos Aires, distrito clave en el mapa electoral nacional. Además, tampoco cuentan, por ahora, con otro jugador de envergadura como es el ex ministro Roberto Lavagna quien, tras una reunión con el gobernador Schiaretti, pegó el portazo, incluso con duras críticas hacia el cordobés.

Aunque con ese canal AF no dé por cerrada la negociación, la realidad es que el PJ Federal está quedando en una posición de debilidad frente al volumen político que está tomando el espacio que impulsa a Los Fernández.

Desde ese sector, están llamando a la unidad usando como principal señuelo esta nueva versión de un “cristinismo no tan cristinista”, o un “kirchnerismo en su faceta más light”.

Muchos gobernadores ya mordieron allí mientras que otros pocos, como el mandatario mediterráneo, siguen resistiendo.

Por ahora, el único candidato firme de AF es el salteño Juan Manuel Urtubey a quien las encuestas no lo ubican en zona de competencia expectable. Schiaretti, el mandatario con mayor poder territorial de los peronistas, antes de partir rumbo a Italia donde descansa con su esposa, la diputada y legisladora electa Alejandra Vigo, dejó en claro que no se moverá un centímetro de lo ya dicho: ningún acuerdo con la ex presidenta.

Sin embargo, dentro del cristinismo duro y del PJ Nacional no pierden las esperanzas. Todo lo contrario, la apuesta K es que –si finalmente no hay entendimiento a nivel de las cúpulas- las bases y la militancia del peronismo cordobés terminará inclinándose por la lista de Los Fernández.

Esta apreciación tiene poco de especulación y mucho de lo que ya está marcando el termómetro en los mentideros justicialistas  de Córdoba. Aunque nadie saldrá a contradecir la estrategia nacional llevada adelante por el gobernador, la realidad es que su posición en el tablero central genera ciertas dudas y provoca tensiones internas.

Naturalmente, después de revalidar su liderazgo político con el 57% de los votos provinciales el pasado 12 de mayo, ningún funcionario, dirigente o militante cuestionará a viva voz a Schiaretti ni tampoco nadie sacará los pies del plato.  Sería un acto de suicidio político en este momento.

Lo que eso no significa que ya comiencen a escucharse las primeras objeciones que podrían transformarse en breve, en un trabajo sigiloso y subterráneo de muchos por la lista de los Fernández. En el kirchnerismo cuentan a dirigentes como el recientemente repatriado al PJ oficial, Eduardo Accastello, siguiendo esa línea. O a la propia Natalia de la Sota considerando el trabajo de unidad que había intentado comenzar a tejer su padre, el ex gobernador, cuando la muerte los sorprendió en septiembre pasado. O también el propio Fabián Francioni, un ex K paladar negro, que acaba de ser elegido intendente por Hacemos por Córdoba en la ciudad de Leones.  Entre muchos otros.

“El problema de la unidad de todo el peronismo está arriba y no abajo”, aseguran desde el ecosistema K. Por lo que no dudan que las presiones de las bases, de alguna u otra manera, se harán sentir.

En el territorio, tanto capitalino como en el interior provincial, son muchos los que preferirían que el PJ Córdoba terminara inclinando la balanza hacia el sector de Alberto Fernández. Muchos leen que mantener un espacio que impulsará un candidato nacional con poca expectativa electoral, es favorecer al macrismo,y alimentar una postulación casi testimonial en el juego de la polaridad planteada. Además, argumentan que una magra cosecha electoral de AF terminará exponiendo a Schiaretti aunque no sea candidato, dado su alto perfil como armador que adquirió durante estos meses.

La ex Unión por Córdoba pone en juego dos bancas de diputados en estas elecciones, una apuesta de bajo riesgo pero que no estaría garantizada si la lista local termina yendo con Urtubey, como todo indica, en un escenario donde gran parte del justicialismo nacional quedará concentrado en la otra vereda. Esto alimenta, a su vez, los rumores de que el PJ Córdoba podría terminar bajando su boleta; algo que por ahora es desmentido enérgicamente por las primeras líneas del partido.