Belgrano y el descenso, ¿Pase de factura a Pérez?

No son pocos los que piensan que la presencia del ex presidente del “Pirata” Armando Pérez al frente de la Comisión Normalizadora de AFA dejó como saldo muchos enemigos para el club, que hoy se ve traducido en arbitrajes polémicos. ¿Revancha de la nueva cúpula del fútbol argentino?

Por Federico Jelic

La pelota le llega a Joquín Novillo en el área, después de que la peine Anthony Uribe, y es gol de Belgrano, pero el juez de línea ya había invalidado la jugada por posición prohibida. Jugada similar en Tucumán ante San Martín, final clave por no descender. Esta vez cambió el ejecutor, fue Diego Mendoza quien la empujó la pelota a la red, aunque ya había el árbitro cobrado off side, en una jugada más que polémica. Ya son varios momentos donde los de Alberdi se sienten perjudicados con los fallos arbitrales, justo en el peor contexto, donde la institución se juega su permanencia en Primera División.
Esto no viene de ahora, incluso la temporada pasada ya se arrastraba ese karma, donde la mayoría entendía que era necesario reclamar los arbitrajes en voz alta, como si hubiera una cuestión personal, un plan sistemático, una conspiración, con la finalidad de mandar a Belgrano a la B Nacional. ¿Será cierto? Siempre cando los resultados no aparecen, los hinchas más fanáticos no dudan en encontrar respuestas a un complot organizado desde AFA, con el mero objetivo de castigar y pasarle factura al ex presidente de Belgrano, Armando Pérez.
¿Por qué razones? Fundamentalmente por su paso como máxima autoridad de la Comisión Normalizadora en la casa madre del fútbol Argentino, allá por 2016, cuando se hizo efectiva la intervención en un estado de acefalia preocupante. Más allá de algunos alcances de esa gestión, parece que trajo otro tipo de consecuencias, con las que en Belgrano tienen que lidiar partido a partido. ¿Es creíble o no? ¿O es todo responsabilidad de la comisión directiva, los jugadores, con negligencias en el armado del plantel?

De Alberdi a AFA
Cumpliendo funciones y mandato en Belgrano, Armando Pérez desembarcó oficialmente en AFA como rector del Comité Normalizador, con la venia del presidente Mauricio Macri y una supuesta sugerencia del mandamás de FIFA, Giani Infantino. El empate bochornoso en 38 votos con 75 asambleístas en las elecciones en AFA, más la poca preocupación del, en ese entonces, máxima autoridad, Luis Segura, propiciaron la intervención, después de lo que fue también la dolorosa final perdida en la Copa América Centenario a manos de Chile, en New Jersey.
El hombre fuerte de los cosméticos gozaba de una buena imagen en su labor en el despacho principal del “Pirata” y su perfil parecía ser el indicado para ese momento, por la austera administración sin deudas realizada en su club y con logros evidentes. De todas maneras, una vez que convocó a comicios para que fuera ungido Claudio Tapia en 2017 (sin necesidad de urnas), todo fue una pesadilla de ahí en adelante.
Y durante esos casi ocho meses de gestión, Pérez no siempre pasó buenos momentos. Y no tienen que ver pasos en falso, porque logró acomodar las finanzas y deudas, sino porque formó enemigos en aquellos sectores del “grondonismo residual”. El ya fallecido presidente de AFA Julio Grondona sabía mantener a rajatabla sus acólitos seguidores, con miedo, prebendas para los condescendientes y abuso de poder contra los díscolos. Llegaba la hora de devolver a AFA todo lo que esta le había dado a los clubes, más otros convenios leoninos, propiciando que desde el bloque de “Ascenso Unido” se armara la resistencia. Claro que se sumaron el titular de Boca Juniors Daniel Angelici y su séquito y otros frentes que al final nunca pudieron armar una lista y competir contra Tapia, pero que tampoco se ubicaron junto a Pérez. El “Chiqui” quedó como único postulante, a pura política en la calle y en los clubes, y por eso hoy conduce los destinos del fútbol argentino.
El tema es que desde el sillón de AFA, Pérez no tuvo el mismo control en Belgrano, desatendió sus intereses y por eso su sucesor, Jorge Franceschi, quien sigue siendo de su línea y a la vez discípulo político, padece las hostiles críticas de sus opositores por no tener vuelo propio. Pertenecer al riñón de Pérez es su pecado, como si fuera fácil darle la espalda a su padre dentro de la vida dirigencial. Hoy, con la magra campaña deportiva, la miseria sale a flote y tanto Pérez como Franceschi están pagando los platos rotos.
Son frecuentes las quejas de los hinchas sobre los arbitrajes en los últimos partidos, y no dudan en emparentar la situación con una revancha o pase de factura a Pérez por su paso belicoso por momentos en el Comité Regularizador. Nadie imaginó que esa breve etapa podría traerle tantas consecuencias políticas a Belgrano, pero claro está, no es el único motivo.
Por eso esta vez hay cuestionamientos contra el manager Juan Carlos Olave, quien no logra tener escudo a pesar de ser un ídolo de la institución. Tampoco hay contemplaciones con Franceschi y los miembros de la agrupación “Amás Belgrano”, que hoy también conforman la comisión directiva. Desde un sector de ese núcleo, entienden que están ligando “de arriba” todos los cuestionamientos, ya que la mayor parte de las decisiones fueron tomadas, deportivas e institucionalmente, por Pérez, devenido a Director Ejecutivo de la entidad “celeste”.
¿Qué pasó entonces? Entre un Franceschi que nunca supo cortar el cordón umbilical con Pérez y una nueva dirigencia que no pudo demostrar mucha idoneidad a la hora de conformar el plantel o buscar los refuerzos, se llega a una instancia sin inocentes y donde todos figuran como responsables en el juicio final de los hinchas y socios de Belgrano. Error que ni la nueva tribuna “Tomás Cuellar” en la calle Hualfin, otrora orgullo de todos, pudo tapar.
La oposición toma nota y castiga, con el socio Godofredo Lazcano Colodrero a la cabeza y con el nuevo grupo político “Belgrano es de todos”, que vuelve a la carga solicitando respuestas a la comisión directiva sobre algunas inquietudes con acciones institucionales y transferencias de jugadores. El mal momento deportivo despierta enemigos internos y externos, algo que la comisión ya lo imaginaba, justo a un año de la renovación de autoridades en 2020.
Mientras tanto, Pérez hace declaraciones públicas en favor de las Sociedades Anónimas, como para seguir sumando contrincantes en el mismo seno de la cúpula directiva y de los hinchas en general. En definitiva el panorama puede cambiar solamente con la salvación del equipo del descenso a la B Nacional. Todo lo otro se volverá a discutir, reformular y mucho más si hay bonanza con los resultados. Perder la categoría será la peor mancha política para esta comisión directiva. Mientras tanto, como argumento de defensa, los hinchas y socios reafirman que todo el castigo empezó cuando Pérez dejó la Comisión Normalizadora, con un desquite desde AFA que tuvo impacto e hizo mella en lo deportivo.