Por Yanina Soria
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Por ahora, el escenario electoral no puede ser mejor para el peronismo cordobés. A menos de tres meses de los comicios provinciales y municipales, sus principales adversarios no definieron aún quién los representará en la compulsa en la que pretenden arrebatarle el poder a Unión por Córdoba (UPC) y retener la Municipalidad capitalina. Y por lo complejo que asoma el tablero interno de Cambiemos, ya ni siquiera hay certezas de que la interna se vaya a concretar y la posibilidad de una fractura local ya se baraja en la mesa del despacho principal de la Casa Rosada. Este plus de tiempo que le regalan los aliados al ofi cialismo provincial está siendo exprimido por el PJ para dilatar ciertas decisiones, avanzar con otras negociaciones y afi na estrategias. Por otro lado, le permite que el aspirante municipal aún no ofi cializado, Martín Llaryora, haga campaña camufl ada por su rol de diputado nacional y vicegobernador en uso de licencia, sin dar lugar a impugnaciones de la oposición.
En el peronismo aseguran que sin el traje de candidato puesto aún oficialmente, el sanfrancisqueño viene creciendo en las encuestas y hay mucha expectativa en torno al posible desembarco del PJ en el Palacio 6 de Julio. Desde el llaryorismo señalan que si bien el legislador nacional se impone en todos los escenarios, una dupla con Olga Riutort le permitiría llegar más cómodo al municipio. Por eso, tal como adelantó Alfil, las negociaciones con la ex concejala no sólo siguen en pie sino que, al menos por estas horas, van por la senda del entendimiento. Aún no hubo acuerdo, y hoy la expectativa de un sector de UPC es poder sellar la unidad con la dirigente capitalina. La posibilidad real de convertirse en gobierno municipal es el factor aglutinante que, a diferencia de elecciones anteriores, provoca un cerrado encolum – namiento de toda la dirigencia y militancia detrás de la figura del ex intendente de la ciudad cabecera del departamento San Justo.
Hoy, en los mítines del PJ no se discute por cuatro o cinco lugares en el Concejo Deliberante como ocurrió hasta el 2015, sino que se acaricia el poder municipal, es decir, la posibilidad real de contar con una estructura de, al menos, 400 cargos políticos. La combustión necesaria para activar cualquier maquinaria electoral. Mientras tanto, Llaryora se mueve y recorre la ciudad escoltado por la plana mayor del PJ Capital y cosecha nuevas adhesiones. Además de conversar con los distintos sectores del peronismo, en esos nuevos acercamientos, aparecen dos nombres que se des – tacan por su peso político dentro de la estructura del kirchnerismo cordobés. Uno es el del legislador provincial y ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; y el otro, el ex rector de la UNC, Francisco Tamarit.
Trascendió que ambos dirigentes estarían cerca de Llaryora y con predisposición para acompañar su candidatura de cara al 12 de mayo. En el caso de Fresneda, es de público conocimiento que, si bien sigue dentro del espacio que tributa a la ex presidenta y la reconoce como conductora, no participa más de las reuniones de Unidad Ciudadana. Y por ende, se infiere que tampoco acompañará la candidatura de Pablo Carro como aspirante a gobernador de Córdoba. El ex funcionario nacional es uno de los dirigentes K que públicamente viene trabajando por la unidad del peronismo en Córdoba y ya dijo que seguirá articulando en ese sentido ahora rumbo a octubre.
Hace algunos días, en una de sus últimas declaraciones públicas realizadas al programa Jaque a la Noticia de Canal C, ratificó esa postura y aunque sin nombrar a Llaryora dijo que de cara a la intendencia capitalina “lo más probable es que acompañe a un candidato peronista”. De igual manera, el ex rector de la UNC, mentor de Pablo Carro no sólo como secretario general de Adiuc sino como dirigente K, es otro de los referentes políticos de corte cristinista que podría sumarse al espacio de Llaryora. Desde el entorno del diputado nacional se muestran dispuestos y abiertos a incorporar nuevas expresiones políticos y dirigentes que puedan aportar al proyecto político para la ciudad, desde la experiencia y trayectoria.