Desde que Unión por Córdoba descartó por completo que Olga Riutort pueda ser su candidata a la intendencia capitalina, la dirigente de Fuerza de la Gente se convirtió en un activo líbero en el escenario provincial. Con peso propio en la principal ciudad de la provincia, Riutort es ganó atractividad para potenciales candidatos a gobernador que necesiten hacer pie en el departamento Capital.
El progresismo cordobés es el sector que más nota ha tomado de ello, y algunos sectores comenzaron meses atrás un proceso de acercamiento hacia la sanjuanina. Mientras algunos ya declararon su preferencia por Riutort como candidata a intendenta, caso de Libres del Sur, otros todavía prefieren conversar sin condicionamientos, como el Partido Socialista.
La semana pasada, el dirigente nacional y precandidato a la presidencia de Libres del Sur, Humberto Tumini, estuvo en Córdoba y la ocasión sirvió para sentar en una misma mesa a representantes del socialismo y el olguismo.
Mientras tanto, un núcleo “progre” a nivel provincial con el intendente de Carlos Paz, Esteban Avilés, parece comenzar a tomar forma. El alcalde serrano se mostró junto a su colega riotercerense, el radical Alberto Martino, y al presidente provincial del Partido Socialista, Matías Chamorro.
La consolidación del espectro progresista como opción electoral, así sea sólo en términos legislativos, puede depender directamente de la estrategia que el espacio aborde en la ciudad de Córdoba, debido a la simultaneidad de los comicios provinciales y municipales. Es por ello que los gestos de diálogo con Riutort tenderán a acrecentarse en las semanas venideras, considerándola una de las opciones más “rentables” en términos electorales.
Simultaneidad y acuerdos
El intendente capitalino y aspirante a la Gobernación, Ramón Mestre, jugó una importante carta al decidir, el mes pasado, que los comicios para elegir a su sucesor se realizarían el mismo día que la elección provincial. De esa manera, el boina blanca condicionó a sus correligionarios, pero al mismo tiempo al resto de los candidatos provinciales con los que podría competir, si resulta ungido como candidato de Cambiemos.
El peronismo optó en dicho momento por la opción que ya venía considerando: que el ex intendente de San Francisco, Martín Llaryora, haga uso de su nuevo domicilio para competir por el sillón principal del Palacio 6 de Julio.
La simultaneidad y la imposibilidad de encabezar la boleta municipal del peronismo dejaron a Riutort parada frente a una encrucijada. Si se confirmase la utilización de una sola boleta única para elegir autoridades provinciales y municipales, deberá optar entre competir con los primeros cuatro tramos de su fila vacíos (gobernador, legisladores por distrito único, legislador por Capital, y tribunos de cuentas) o adherir necesariamente a un esquema provincial.
El espectro progresista aparece como una alternativa a priori seductora para el olguismo. Entre otras razones, sus dirigentes no cuentan con una imagen negativa que podría acarrearle costos, no cuentan con un dirigente de peso en la Capital que le compita, y el dialogo entre PJ y progresismo a nivel nacional podría naturalizar una eventual réplica cordobesa, aunque excluya a Schiaretti.
A los “progres”, el pasado peronista de Riutort no los asusta. Pesa más la posibilidad de acumular votos capitalinos a los que, de otra manera, difícilmente podrían conquistar. Si bien dicha alianza no para a un candidato provincial progresista entre los principales disputantes de la Gobernación, sí le facilita al espacio la posibilidad de colar representantes en la Legislatura Unicameral, donde hoy están ausentes.
La visita de Tumini sirvió de puente para sentar en la misma mesa al olguismo junto con el socialismo, actor indispensable en el esquema progresista. Sin embargo, las conversaciones deberán tomar un ritmo más álgido en las semanas venideras si se busca concluir el periodo vacacional con decisiones en firme.