Daniele, jubilado

Hoy, con el primer aniversario de Beatriz Biolatto frente a la Secretaría General del Suoem, termina el año de tutela sindical que la ley acuerda para los empleados que cumplieran funciones gremiales y que bloqueaba la jubilación del “agente Daniele”. Desde la Municipalidad afirman que es el último día del cacique del gremio como empleado municipal.

Por Felipe Osman

Hoy, hace un año, Rubén Daniele dejaba el cargo de secretario general del Suoem y traspasaba el poder (formal) del cargo a su pareja, Beatriz Biolatto. Así, el cacique de los municipales esperaba inaugurar un “sistema de postas” para que Biolatto le cuidara el asiento hasta que su situación laboral se despejara en la Justicia. Esto resultaba necesario, ya que su aptitud para competir entonces por un nuevo mandato -el décimo segundo-había sido puesta en entredicho por un decreto del intendente, que ponía al “agente Daniele” en estado jubilatorio.
Por ese entonces el plan del gremialista era recuperar la Secretaría General adelantando las elecciones, haciendo renunciar a la mayor parte de la Asamblea Directiva del Suoem y dejando acéfala la conducción que el mismo había ungido, motorizando la candidatura de Biolatto.
El primer paso de este intrincado y caprichoso plan resultó: Biolatto fue electa como secretaria general por más del 90 por ciento de los votos. El segundo, también. La Justicia falló a su favor, e interpretó que Daniele no podía ser jubilado por el intendente sin previo consentimiento, ya que la Ley de Asociaciones Sindicales le otorgaba tutela gremial por un año. Durante ese tiempo, jubilar al líder del Suoem implicaba “cambiar” la situación de un empleado que desarrollaba tareas gremiales y esto estaba prohibido, o así lo entendieron los tribunales.
Pero aún no encontrándose firme este fallo, Daniele –apretado por los tiempos- activo la tercera fase de su plan, y pidió a la conducción del gremio que renunciara a tales funciones. Así, esperaba precipitar una elección anticipada que lo devolviera a su trono. El problema llegó desde Buenos Aires. El Ministerio de Trabajo de la Nación envió una resolución para que el Suoem se abstuviera de realizar la Asamblea General convocada para definir la Junta Electoral que fiscalizaría los comicios, y ese fue el fin de las enrevesadas elucubraciones de Daniele para recuperar la Secretaría General.
Con el premio mayor fuera de alcance, el cacique del sindicato moderó muchísimo sus expectativas, y redujo su cruzada por el gremio a una pulseada personal con el intendente. Daniele dijo, después de recibir el decreto que lo ponía en estado jubilatorio, que sería él quien despidiera a Ramón Mestre del Palacio 6 de Julio. Se sobreentiende que se refería a hacerlo en calidad de secretario general del Suoem pero, no logrando esto, al menos espera (o esperaba) hacerlo como empleado municipal.
Pero vencido el período de gracia que le concedía la ley ya nada obstaría a que Daniele quede, a partir de esta tarde, totalmente desvinculado de la Municipalidad y pase quedar, definitivamente jubilado.
Sin embargo, la infinita argucia del gremialista y sus laderos ha buscado una nueva hendija por la cual escaparle a la pasividad. Desde el gremio designaron a Daniele como integrante de la Comisión Salarial, esperando que esta designación reactive la tutela sindical que ofrece la ley. Así, el histórica capo de la lista Verde se podría dar el gustito de despedir a Mestre de la Municipalidad, cuando el intendente termine su mandato en diciembre.
Sin embargo, desde la Municipalidad aseguraron que aunque se respetará la tutela gremial de todos los empleados que integraron la vencedora lista Verde en los últimos comicios, Daniele no formó parte entonces de la lista y no quedaría, por lo tanto, al amparo de la Ley de Asociaciones Sindicales.
Debe darse (casi) por descontado, sin embargo, que el gremialista volverá a recurrir cualquier decisión de la Municipalidad ante las barandillas judiciales a las que, desde hace tiempo, ha trasladado su escueta actividad gremial.