Por Yanina Passero
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Forma parte del folklore de las visitas del presidente Mauricio Macri a la provincia la escasa anticipación con que sus alfiles confirman el desembarco. Es de esperarse que las autoridades locales tengan que hacer malabares para recibir al líder de Cambiemos o, caso contrario, continuar sin culpa con las agendas previstas.
Ayer, Macri se debe haber sentido como su par Emmanuel Macron en su arribo al país para la cumbre del G20. Tuvo mejor suerte porque no lo estaba esperando un operador de pista sino el presidente provisorio de la Legislatura, Oscar González. El gobernador Juan Schiaretti comunicó momentos antes del inicio de la gira que no podría acompañar al titular de la Casa Rosada en Fadea “por razones personales impostergables”.
Por la Municipalidad, fue el viceintendente Felipe Lábaque quien dio la bienvenida a Macri, junto al secretario de Modernización, Marcelo Cossar, y otros funcionarios. La segunda autoridad de la ciudad ya está acostumbrada a este tipo de recepciones porque las giras presidenciales suelen coincidir con compromisos del intendente Ramón Mestre en el exterior. Esta vez, no fue la excepción. El radical viajó ayer a Bolivia para entregar la presidencia de Mercociudades en la XXIII Cumbre de La Paz.
Ya en Fadea, Macri eligió mostrarse optimista. De hecho, en los mentideros del PJ y Cambiemos aseguraban que, en esta oportunidad, se vio al mandatario más relajado. “La cumbre del G20 le levantó el autoestima”, comentaban algunos dirigentes que cubrieron las dos escalas de la gira.
En el acto de presentación de tres nuevos aviones Pampa III, Macri pidió “que el ejemplo de Fadea ilumine a todos los argentinos”. A renglón seguido, proyectó para 2023 que el 50% de la producción será colocada en la Fuerza Aérea, y el 50% restante, “para el mundo”.
“Cada vez tenemos que superarnos más y crecer en la autoestima, y eso es sentir orgullo por su trabajo, por ser protagonista y con ese orgullo educar a nuestros hijos para que ellos también tomen la posta de esta Argentina que quiere ser parte del mundo”, remarcó. Seguidamente reprochó: “Se gastó de más, se despilfarró, en una Argentina que todos sabemos no nos sobra nada, Fadea solamente en 2015 nos costó $1.400 millones y 10 diez aviones Pampa que se perdió la Fuerza Aérea, los pilotos y que perdimos todos los argentinos”.
“Hoy estamos en otra realidad, por eso hay tanta alegría, tanto orgullo, porque esta fábrica se vuelve a despertar, empieza a caminar como toda la Argentina hacia el futuro”, ratificó Macri cada uno de los postulados que componen su paradigma del cambio.
La lluvia contribuyó a trastocar los tiempos de la gira que prometía anuncios en la segunda escala, Villa Carlos Paz. Allí, el gobernador Schiaretti se hizo presente para recibir al Presidente y participar de una reunión de trabajo con empresarios gastronómicos y hoteleros. El intendente local, Esteban Avilés, hubiera engordado la lista de los faltazos de no ser que decidió ausentarse del evento más importante de cada año: la presentación de la temporada en Buenos Aires.
Macri cerró su actividad sin anuncios grandilocuentes, dejando un discurso que recita de memoria, blindado de cualquier interpretación política. Como sus últimas giras, cabe preguntarse cuáles son los motivos reales de la visita de ayer porque sus movimientos suelen ser inentendibles para el mundo político tradicional. Probablemente, busque reconectar con un electorado que supo seducir con las melodías del cambio, más aún conociéndose la fecha de la elección provincial. Macri no puede permitirse una derrota, menos con Schiaretti dispuesto a ganar pequeñas batallas.
Un ejemplo reciente lo ofrece la alianza del peronismo (de la que participó el Gobernador) y que logró la salida del radical Mario Negri del Consejo de la Magistratura. Aunque la prueba más actual puede fecharse el 5 de diciembre, ayer. En la ciudad que no recibía a un presidente hace una década, Schiaretti jugó en iguales términos que con el radical Mestre, con la firma del convenio por subsidios del transporte y cloacas para Villa El Libertador. Sacó ventaja.
“Hablé con el intendente Avilés para decirle que la Provincia lo va a ayudar a hacer las cloacas, porque las cloacas son urgentes en la zona de la ciudad que faltan, que es en la zona pegada al lago, al río. La ciudad va a hacer una parte, que ha empezado, y la Provincia, con un crédito que se comprometió a otorgarnos la Agencia Francesa de Desarrollo, también va a construir parte de las cloacas para terminar con el anillo 1 y el anillo 2”, confirmó Schiaretti la inversión por $350 millones.
“Vamos a avanzar sobre la red domiciliaria en los casos que haya necesidades urgentes como, por ejemplo, en Villa El Libertador, en ciudad de Córdoba, donde se están hundiendo las casas y como ocurre en Villa Carlos Paz, porque nosotros tenemos que cuidar a la perla de las sierras cordobesas para no contaminar el lago y que podamos brindarles mejor servicio a los turistas”, remató, lavando la visita presidencial.