Por Yanina Passero
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Los diputados nacionales Mario Negri (UCR) y Héctor Baldassi (PRO) ostentan inmejorables vínculos con los popes de Cambiemos y buena ubicación en el ranking de los encuestadores. La búsqueda de la bendición del presidente Mauricio Macri para pelear por la gobernación provincial en 2019 marcó el norte de sus acciones políticas. La balanza parecía inclinarse hacia los integrantes “modelo” de la coalición creada por los discípulos del gurú Jaime Durán Barba.
Mientras, el radical Ramón Mestre, de relaciones pendulares con Marcos Peña y Rogelio Frigerio, fustigó contra la injerencia porteña amparándose en la genérica “idiosincrasia” de los cambiemitas locales. A diferencia de 2017, la rebeldía del responsable del Palacio 6 de Julio representaba una seria amenaza para la salud de la entente. Los fantasmas de la Lista 3 se esfumaron apenas fue oficializada la interna abierta y cruzada de precandidatos radicales, macristas, lilitos y juecistas, horas después que el gobernador Juan Schiaretti adelantara la competencia para el 12 de mayo.
El 24 de febrero será la fecha límite para buscar consensos y, si no se producen, los interesados tendrán un round previo en las urnas. Mestre no obtuvo un triunfo total porque su idea original implicaba internas por espacio, pero la decisión formal obligará a Negri, su rival directo, a implicarse en la negociación, o bien, motorizar sus cuadros para pulsear con el titular del partido. Cierto es que el responsable del interbloque Cambiemos en Diputados calificó de “disparate” la interna boina blanca que el mestrismo promovía, inicialmente, para diciembre. Se desprende su desaprobación a este tipo de mecanismos.
Con el “dedo de Macri” en el bolsillo de su saco, Baldassi no tendrá más remedio que depositar su confianza en la estructura del PRO Córdoba. Cayó su máster plan, el de siempre, lograr la fácil bendición del jefe de Estado.
Antes que se conociera el acuerdo suscripto por los presidentes partidarios –Mestre (UCR), Darío Capitani (PRO), Ernesto Martínez (Frente Cívico) y Gregorio Hernández Maqueda (CC-ARI)- el ex compañero de fórmula de Oscar Aguad aseguró ayer en una entrevista a radio Punto a Punto que “no hay tiempo para internas” y pidió “madurez”. Su pedido se hizo realidad (el de la madurez) con la reacción rápida de las autoridades partidarias conocida la cita electoral provincial.
Está previsto que el ministro del Interior de la Nación, Frigerio, llegue a Córdoba en los próximos días para bendecir el acuerdo de los cuatro. El camino que emprendieron los socios locales de la coalición no tiene vuelta atrás. Decíamos, Baldassi tendrá que acostarse sobre el partido en el que nunca se sintió cómodo y, pese a que todo indica que la interna sólo beneficiará a la UCR, el macrismo tratará de dar pelea para que sea el hombre del PRO quien gane el escaparate de la boleta.
Afirman que el macrismo tiene buenas chanches de torcer las hipótesis hegemónica que alimenta la pérdida del pase VIP de Baldassi a los renglones más codiciados de las papeletas, tal como dispuso Macri. Es comprensible, que el espacio que lidera Capitani asuma el operativo engorde de su apuesta, de cara a lo que se viene.
En concreto, días antes que Mestre protagonice su acto lanzamiento en la Sociedad Belgrano el 18 de diciembre, Capitani anticipó a Alfil que Baldassi tendrá el suyo.
El cumplimiento de la liturgia preelectoral se complementaría con la desdramatización del presunto aislamiento de la Nación en los asuntos internos que lideró Mestre. Capitani aseguró a Alfil que si insistieron con la interna es “porque Baldassi tiene potencial”, incluso en un esquema de selección interna como el que se propuso ayer. También, da por descontado que Peña y sus adláteres apoyarán la campaña de instalación del famoso.
Para el también precandidato a la intendencia de Villa María, la internas no la dirimirán los afiliados de la UCR contra los del PRO, donde la desventaja asoma harto evidente. La condición de compulsa abierta entusiasma a los miembros del partido amarillo porque la UCR sólo ha convocado, en promedio, un 10% de extrapartidarios en sus convocatorias. Lograr un buen nivel de convocatoria será el gran desafío.