Por Yanina Soria
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Como parte del proceso de recuperación que atraviesa el peronismo cordobés tras la pérdida de su líder, el ex gobernador José Manuel de la Sota, desde hace algunas semanas el partido resolvió bajar al territorio con el propósito de escuchar y contener a la dirigencia y militancia con miras al 2019.
Los tiempos se aceleraron y por directiva del gobernador y ahora único jefe político, el PJ Córdoba debió poner en marcha una agenda de actividades por el interior provincial en el marco de una estrategia más amplia que apunta a retener, por sexta vez consecutiva, el poder provincial. No hay dudas de que el plan A es la reelección de Juan Schiaretti y con ese objetivo trabajan a fondo.
Si bien la muerte repentina y sorpresiva del ex mandatario fue un cachetazo para el justicialismo cordobés en su conjunto, la reacción ante la tragedia fue casi inmediata. El peronismo se vio obligado a parar y recalcular, y aún en plenas horas de dolor, inició una fase de revisión y reflexión interna que rápidamente dio paso a acciones concretas. La primera, un llamado a la unidad.
Schiaretti leyó que si no salía a contener y abrazar a todos los sectores del PJ, y a bajar un mensaje claro sobre cuál sería el rumbo ahora, el oficialismo corría riesgo. Por eso, además de abrir la puerta del partido a todos los justicialistas que quisieran sumarse “sin condicionamientos”, e incorporar a dirigentes históricos nuevamente a la mesa chica, salió a reclutar al delasotismo.
“O la muerte del `Gallego` nos hace más fuerte, o Cambiemos nos pasa por encima”, sintetizó un alto funcionario durante la misa homenaje que tuvo lugar hace unos días en la capital cordobesa.
Hubo un momento que tras lo sucedido, el peronismo se sintió débil. Sin embargo, en una especie de resiliencia política rápidamente pudo acomodar el cuerpo frente a la situación y hoy, dicen puertas adentro, por fin el PJ inició un proceso de unidad real.
Claro, entre los más escépticos, están aquellos que consideran que la armonía interna tiene fecha de vencimiento. El armado de las listas para el 2019 será la prueba de fuego que deberán pasar para sentenciar que realmente el justicialismo logró encausarse en un solo camino.
Hay mucha expectativa respecto al reparto de los lugares y sobre cómo los administrará el único cacique que quedó sentado ahora en la mesa donde antes decidían dos.
Lo cierto es que hasta que llegue la etapa de definiciones, el llamado para todos es trabajar detrás del proyecto provincial de Unión por Córdoba, que –por primera vez en muchos años- contempla la decisión política de jugar fuerte también en la Capital.
El oficialismo cordobés buscará sacarle ventaja a la situación interna por la que atraviesa Cambiemos. Mientras el PJ ya puso a rodar su hoja de ruta con el objetivo de convertir a Schiaretti nuevamente en gobernador en el `19, los aliados aún no pueden si quiera ponerse de acuerdo en cuáles serán las reglas de juego generales para definir sus competidores.
El peronismo se divierte con la pulseada Mario Negri vs. Ramón Mestre y aguarda aún con mayor expectativa el desgaste de energía que le supondrá, intentar arribar a un entendimiento con el resto de los socios.
Mientras el PJ destaca como un combo poderoso a su favor, la buena imagen que conserva el gobernador y el alto grado de aceptación que tiene su gestión, reconoce también que el macrismo sigue siendo fuerte en la provincia por lo que los peronistas no pueden distraerse.
Por eso, el presidente del partido, Carlos Caserio, anunció ya una ronda de plenarios departamentales para despabilar y activar a la dirigencia y militancia con miras al año electoral que se viene.
Esta gira por el interior del mapa provincial arrancó con un encuentro en el sur provincial con sede en la localidad de Vicuña Mackenna, donde se dieron cita los principales caciques territoriales con autoridades partidarias y militantes.
Mañana será el turno del este cordobés, donde el peronismo espera reforzar su presencia. En el supersábado peronista que reúne a los departamentos Marcos Juárez, San Martín y Unión, esta vez no estará Caserio (que cumplirá agenda en Buenos Aires) pero se espera el desembarco de Carlos Massei, Carlos Gutiérrez, Martín Gill, Sergio Busso, Eduardo Accastello, Daniel Passerini, entre muchos otros dirigentes.