De cada $10 de ajuste fiscal, $8 son por suba de impuestos o menos inversión

El gasto en subsidios económicos (especialmente en energía y transporte) habrá pasado de 4,9% del PIB en 2014 a 1,7% en 2019.

Un 80% del ajuste fiscal previsto en el proyecto de presupuesto para 2019, es explicado por suba de impuestos o menor gasto de capital. De esa forma el Ejecutivo –con el acuerdo de algunos gobernadores en diferentes puntos- estableció una reducción del gasto de unos $300.000 millones respecto de este año. De esa manera cumpliría la promesa del déficit cero que firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el proyecto se prevé que el PIB tenga una caída del 2,4% en 2018 y del 0,5% en 2019, para crecer desde 2020 alrededor del 3%. El consumo privado sería el más castigado este año (-3,4%), mientras que lo sería la inversión en 2019 (-9,7%). Desde 2020, se espera un modelo con alto crecimiento de la inversión y las exportaciones. El consumo público, en cambio, decrecería hasta 2020, y desde entonces se mostraría sin crecimiento. La inflación (promedio anual), resultaría del 34,8% en 2019 (23% si se la mide punta a punta en diciembre), y bajaría a 18% en 2020, y alcanzaría un dígito recién en 2022. El tipo de cambio resultaría de $40,1 por dólar en 2019, y $44,3 en 2020.
Un trabajo de los economistas del Ieral Marcelo Capello, Vanessa Toselli y Agustín Cugno analiza que el ajuste fiscal, equivalente a 2,6 puntos del PIB para llegar a un equilibrio primario en 2019, se basa en mayor medida en una suba de tributos (explica 50% del ajuste), luego en una caída del gasto de capital nacional (23%), en el traspaso de gastos en subsidios a las provincias (15%), en menor gasto de capital en provincias (8%), y finalmente en un menor gasto corriente nacional (4%).
Así, después de tres años de reducción en la presión tributaria nacional en 2019 se producirá un cambio de tendencia y se tendrá la mayor presión tributaria de los últimos años.  Los principales cambios tributarios anunciados y en discusión son la eliminación de exenciones impositivas (en Ganancias); en el Impuesto al Cheque podría quedar en suspenso el aumento del pago a cuenta de Ganancias. Actualmente las empresas pueden tomar un 34% del tributo en ese concepto, pero el año que viene debía aumentar hasta el 50% para llegar gradualmente al 100%, según estaba previsto en la reforma tributaria.
La reducción que las provincias debían aplicar a partir del año que viene en Sellos se suspende (implicaba pasar de una alícuota del 0,75% al 0,5%). Así fue ratificado en la última reunión con gobernadores. No figura nada de esto en el proyecto de Presupuesto 2019 porque se trata de un tema estrictamente de índole provincial, pero es una concesión otorgada por el Gobierno, sin que implique un incumplimiento del Pacto Fiscal.
También se da marcha atrás con la decisión de permitirles a las empresas actualizar sus balances por inflación para reducir el pago de Ganancias. En Bienes Personales podría gravarse con una alícuota del 1%anual a quienes poseen bienes (ya sea cuentas o inmuebles) en el exterior. En Ingresos Brutos se mantendría la rebaja comprometida. Para contribuciones patronales se discutió si el año entrante seguiría adelante la suba del mínimo no imponible para las contribuciones patronales.  En las retenciones sigue la modalidad que se aplica desde hace unas semanas.
El Ieral concluye que en 2019 podrá recuperarse un resultado corriente positivo, luego de 5 años en negativo; los Derechos de Exportación, netos de reintegros, volverán a los niveles de 2007 o 2012 (alrededor de 2,1% del PIB); el gasto primario habrá descendido cerca de cuatro puntos del PIB entre 2015 y 2019, pero aún se ubicaría 5 puntos del Producto arriba del nivel que mostraba en 2007.
Cerca de la mitad del ahorro fiscal que se produciría en 2019, se trata de menor gasto de capital. “Este último se trata de otro factor de ajuste que deberá resultar transitorio, justificado sólo en la emergencia”.
El gasto en subsidios económicos (especialmente en energía y transporte) habrá pasado de 4,9% del PIB en 2014 a 1,7% en 2019. Si bien no cambiará, en el Sector Público Nacional, el peso del gasto salarial entre 2018 y 2019, sí se está produciendo una importante caída en esa partida en 2018, equivalente a 0,3% del PIB.” Esto muestra que, si bien la discusión por el ajuste fiscal se  concentró especialmente en el presupuesto para 2019, se está produciendo en 2018 un ajuste en el gasto corriente, menos debatido, especialmente en materia salarial (algo similar ocurre este año en la mayoría de las provincias)”.