Por Alejandro Moreno
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Los presidentes de los comités departamentales de la Unión Cívica Radical informaron ayer al Comité Central, que lidera Ramón Mestre, del estado de situación del armado partidario y de la construcción de la alianza Cambiemos en sus territorios. En la reunión, se escucharon muchas quejas radicales hacia el PRO.
Los radicales suelen hacer un culto de la impuntualidad. Dicen que es un homenaje a la desobediencia de los radicales que combatían “el régimen falaz y descreído” en los inicios del siglo 20, a propósito de un temporal cambio del huso horario, pero probablemente sea una excusa para llegar tarde. De una forma u otra, la apretada agenda del intendente de Córdoba, Ramón Mestre, ahora presidente de la UCR provincial, parece que obligará a los miembros del Comité a ser puntuales. Mestre llegó ayer a horario para iniciar la reunión del Comité Central con los presidentes de los comités departamentales. A las 15.30, Mestre insistió con la necesidad, que nadie discutió, de consolidar la alianza Cambiemos, aunque él subraya que debe hacerse “a la cordobesa”, esto es con nuevos socios.
Luego fue el turno de los presidentes departamentales, quienes ofrecieron un panorama del armado partidario en sus terruños. En la UCR le otorgan un altísimo valor a la estructura tradicional del partido y quieren tener un hombre propio en cada pueblo; aunque los tiempos han cambiado, no les falta razón a los radicales, porque ese extenso aparato les permitió sobrevivir a tiempos difíciles.
De modo que se conversó sobre los actos de asunciones en los departamentos, en las ciudades y en las comunas; y se estableció que allí donde hay dificultades internas que no permitieron la renovación de las autoridades se forme algo así como juntas promotoras. Pero, en definitiva, el partido debe estar activo e intenso en toda Córdoba con los ojos puestos en el 2019, cuando se renovarán las autoridades provinciales y las locales. Nadie discutió esto.
Menos cómodo resultó hablar de los aliados. Presidentes de varios departamentos protestaron porque los macristas no tienen, afirmaron, un comportamiento exactamente gregario.
Algunos señalaron que cuestionan en público a los intendentes radicales, lo cual podría erosionar su imagen y las posibilidades electorales. Después de todo, bastante disimulan muchos en la UCR sus críticas a la Casa Rosada como para soportar la imprudencia macrista en sus territorios.
Otros jefes departamentales apuntaron que los macristas tienen una fuerte interna, lo que vuelve difícil el diálogo con ellos, al no quedar claro con quién deben sentarse a negociar. Curiosísimo escuchar a un radical lamentarse por la interna de los otros, pero la verdad es que el PRO atraviesa un momento difícil, con bandos en pugna.
De la reunión surgió que la UCR debe levantar candidatos a intendentes y a jefes comunales en todas las ciudades y pueblos de la provincia de Córdoba. También, que las candidaturas a legisladores departamentales deben ser para los radicales, por el mayor impacto regional que tienen.
Justo el PRO está en la misma tarea de posicionar a los suyos, por lo que se avecina un lógico choque de intereses dentro de la alianza.
Reunión
La vicepresidente 1° del Comité, la negrista Patricia De Ferrari, le pidió al presidente Mestre una reunión para acordar la forma de trabajo. De Ferrari alteró a los mestristas la semana pasada cuando se quejó, al igual que el vice 2°, el deloredista Mauricio Cravero, de que se enteraron por Alfil de que Marcelo Conrero había sido elegido para coordinar los equipos técnicos de la UCR. Además, sacaron ambos vices, por su cuenta, un comunicado defendiendo a la UNC frente a la toma del Pabellón Argentina.
La reunión fue concedida, y se verá si el encuentro achica las diferencias que asomaron rápidamente entre las principales autoridades del Comité Central.