Gremialismo calca el teorema de Baglini en Córdoba

Decía el ex legislador: a mayor distancia del poder, más radicales se vuelven las protestas. Durante el paro, Pihen teledirigió sus críticas contra el Gobierno de Macri, mientras el gremialismo k y la izquierda apuntaron también contra el peronismo federal.

Por Felipe Osman

Gremialismo
José “Pepe” Pihen, titular de la CGT Regional Córdoba, durante la vigilia del paro. Foto: Gabriel Alvelo
Foto: Gabriel Alvelo

La CGT Regional Córdoba se movilizó este lunes a medianoche en la vigilia del paro. En la ocasión su titular, José “Pepe” Pihen, ofreció algunas declaraciones dirigidas directamente contra la política económica de Mauricio Macri. Éstas, junto al acto que el lunes celebró la CGT Rodríguez Peña y las manifestaciones que ayer realizó la izquierda, completaron el espectro de posiciones en las que se configura el gremialismo local.
Al momento de tomar la palabra, Pihen diferenció su reclamo del de la central conducida por Mauricio Saillen.
En primer lugar, porque apuntó exclusivamente contra Mauricio Macri, sin aludir a la Administración provincial que encarna el gobernador Juan Schiaretti, hoy, máximo referente del peronismo federal entre los gobernadores. La central comandada por Saillen (Surrbac) y Gabriel Suárez (Luz y Fuerza Córdoba), en cambio, enrostró a Schiaretti su apoyo al Gobierno nacional y, puntualmente, al presupuesto 2019, en el acto que celebró el pasado lunes junto a las 62 organizaciones peronistas, las CTA y diversos movimientos sociales.
En segundo lugar, hizo expresa referencia a la necesidad de encontrar una solución política a los problemas económicos del país, refrendando el discurso que brindó durante la movilización del 7 de septiembre.
Entonces, el secretario general de la CGT Chacabuco había dicho, “Nadie tiene duda de que el cambio sólo puede venir de la política y nosotros estamos dispuestos a aportar para que desde la política aparezca una alternativa que el año que viene vuelva a poner en el gobierno de nuestra patria”.
En la vigilia Pihen reiteró, “sólo desde la política puede venir un cambio” y manifestó que su CGT apoyará a “aquella expresión política amplia que se proponga ser una alternativa al actual gobierno de Cambiemos”.
La izquierda, por su parte, realizó en la madrugada de ayer un corte en el puente Centenario, y además de apuntar críticas contra el Gobierno nacional y el apoyo del peronismo federal al presupuesto 2019, reclamó por “el no pago de la deuda externa, la nacionalización del comercio exterior y de la banca, y el control obrero de las empresas de servicios públicos”.
En una misma jornada de paro, el gremialismo cordobés ofreció una confirmación de laboratorio del teorema de Baglini, aunque aplicado, en esta oportunidad, al sindicalismo, en lugar de referir a la clase política.
El legislador mendocino sostenía que el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder. Una variante de este razonamiento es que, mientras más lejos se está del poder, más radicalizadas se vuelven las protestas y, vale agregar, más extravagantes y difícilmente realizables las propuestas.
Pihen, legislador provincial de Unión por Córdoba, titular del SEP y secretario general de la CGT Regional Córdoba, no escatima críticas al manejo de la política económica que la administración del “mejor equipo de los últimos 50 años” viene haciendo, pero no por eso asimila a éste al peronismo federal, del que espera surja una alternativa de poder a Cambiemos, más allá de que circunstancialmente los gobernadores del peronismo no kirchnerista ofrezcan un mínimo apoyo a Macri, para preservar la institucionalidad del país y evitar un escenario incluso peor al actual.
Saillen, y principalmente Suárez, secretario general y ajunto, respectivamente, de la CGT Rodríguez Peña, no sólo apuntan contra Macri, sino también contra el Gobierno provincial. En su discurso, cuestionan el respaldo del peronismo federal al presupuesto 2019, una herramienta indispensable de la cual el Congreso “debe dotar” a la Casa Rosada, en palabras del propio Schiaretti. Sin embargo, no debe olvidarse el pulso que Suarez mantiene con la Provincia por el conflicto “Epec-Luz y Fuerza”, ni las desventuras de los dirigentes del Surrbac en la Justicia y su histórica filiación k.
La izquierda, con una responsabilidad infinitamente menor en los órganos y decisiones de gobierno, termina de ilustrar el espectro, sumando a las críticas a Cambiemos y el Peronismo propuestas muchísimo más radicalizadas. Consideración aparte de la justicia o no de sus ofertas, vale preguntarse, ¿con qué realismo son evaluadas?
Si por el razonamiento de Baglini nos guiamos, podría decirse que desde la comodidad que ofrece la lejanía del poder.