
Desde hace más de tres semanas, el Pabellón Argentina se encuentra clausurado y ocupado por una treintena de militantes de izquierda, quienes iniciaron la toma bajo el paraguas del reclamo salarial docente. A pesar de que los gremios de profesores ya acordaron con el Gobierno nacional, los ocupantes se niegan a liberar el edificio público.
Lo prolongado de la medida de fuerza ha despertado una fuerte presión social para que se desocupe el principal edificio de Ciudad Universitaria, pero ni desde la justicia federal ni desde las autoridades de la UNC parece emanar una solución.
La fiscal Graciela López de Filoñuk y el juez federal Miguel Vaca Narvajase anoticiaron de oficio y dialogan con los “ocupas”, pero no han tomado ninguna resolución al respecto. Esperan por el contrario que sean las autoridades de la Casa de Trejo quienes les pidan accionar. El oficialismo universitario, en tanto, se encuentran bajo el escrutinio constante de la oposición kirchnerista, que expectante aguarda cualquier error para denunciar violencia y represión.
Las palabras que ayer pronunció el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, Alejandro Finocchiaro, son ilustrativas de las expresiones que rodean a la Casa de Trejo: “(las autoridades universitarias) tienen todas las herramientas para hacer cesar este hecho”.
Medida post-conflicto
La toma del Pabellón Argentina comenzó en la noche del 28 de agosto, cuando ya había cuatro unidades académicas ocupadas: Artes, Filosofía y Humanidades, Psicología y Arquitectura. En los días posteriores se sumaron Ciencias de la Comunicación y Ciencias Sociales.
Las seis centrales docentes (Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, UDA y Ctera) negociaban en aquel entonces con el Gobierno nacional, que no había todavía depuesto el techo del 15 por ciento a la negociación paritaria, y una buena parte de los profesores estaban realizando un paro de actividades por tiempo indeterminado.
Hoy, todo ello es historia pasada. No sólo hubo un acuerdo salarial entre gremios y Gobierno por incrementos salariales de alrededor del 25 por ciento, sino que el proyecto de presupuesto nacional presentado por el Ejecutivo al Congreso contempla más del 90 por ciento de los requerimientos de las universidades.
Por ello, las 15 Facultades y los dos colegios preuniversitarios de la UNC ya están dictando clases. Sólo dos edificios (uno de Artes y otro de Filosofía) se encuentran todavía ocupados, pero sin impedir el funcionamiento general de sus respectivas unidades académicas.
El Pabellón Argentina permanece como el último bastión de la militancia radicalizada de izquierda, liderada por los tradicionales partidos trotskistas (Partido Obrero y MST, principalmente). Para justificar la continuidad de la toma, los ocupantes enarbolan un pliego con casi dos decenas de reivindicaciones varias, y exigen que la universidad las acepte sin miramientos para habilitar el uso del edificio.
La semana pasada, los 15 decanos y los dos directores de preuniversitarios decidieron establecer un diálogo directo con los ocupantes, tarea que le encomendaron al vicerrector Pedro Yanzi Ferreira, los decanos JhonBoretto (Ciencias Económicas), Mirta Iriondo (Famaf) y Ana Mohaded (Artes), y el director del Manuel Belgrano, Francisco “Paco” Ferreyra. Decididos a continuar su protesta, los ocupantes del Pabellón rechazaron a la delegación de autoridades, fijando condiciones inaceptables para estos.
Sentada de la FUC: “no a la toma”
La Federación Universitaria de Córdoba (FUC) convocó a una sentada pacífica frente al Pabellón Argentina con la consigna “para defender la educación pública, queremos una universidad abierta ¡no a la toma!”. La actividad será a las 12 horas, y está dirigida a estudiantes, docentes, no docentes, graduados y público en general.
El presidente de la FUC, Samir Mohuanna, explicó que con la actividad “se busca poner de manifiesto que los universitarios rechazamos esta ocupación, que no contribuye a la defensa de la educación pública y, por el contrario, está afectando a miles de personas”.
“Estamos cansados de que una minoría sin ningún tipo de representación atropelle a los miles de trabajadores y estudiantes que necesitan hacer uso del Pabellón Argentina”, expresó Mohuanna, quien opinó que “los que participan de la toma están actuando autoritariamente, perjudicando a toda la comunidad universitaria”.
Representantes del oficialismo universitario se plegaron a la actividad propuesta por la FUC, así como dirigentes de la Gremial San Martín, otro de los gremios universitarios.