Cristina bajo amenaza

Otra vez las fuerzas oscuras tratando de dañar a Cristina de Kirchner. Esta denuncia de intento de envenenamiento se suma a los numerosos episodios que la han acompañado todos estos años.

Por Javier Boher
javiboher@gmail.com

Carlos Beraldi abogado de Cristina Fernández de Kirchner.

El mundo es un lugar peligroso. Puede ser por una calle oscura en una ciudad, un conductor borracho en una ruta o una instalación eléctrica defectuosa. Nunca sabemos qué puede ocurrirnos mientras transcurre nuestro día.
Algunas veces, sin embargo, las personas pueden tener la sincera certeza de que la muerte les sigue los pasos, esperando la oportunidad para hacer de las suyas. Si a eso le ponen el rostro de aquellos a los que no quieren, esa sensación se transforma en paranoia lisa y llana. Salvo que todo sea una puesta en escena, debe ser bastante difícil vivir bajo esa condición.
El abogado de Cristina de Kirchner dio a conocer una preocupante noticia. En duros términos aseguró que en el allanamiento plantaron una sustancia tóxica para matar a la ex presidenta. La Policía Federal habría intentado envenenar a la viuda de Néstor. Desgarrador.
Nuestra compañera revolucionaria estaría bajo la mira de una macabra organización que atenta contra su integridad física, en una reinterpretación de la conocida historia de Fidel Castro y los intentos de la CIA. Se sabe que a los que se atreven a soñar con un mundo mejor los suelen perseguir por sus ideales.
Sin embargo, no es la primera vez que le pasa. Cuando en 2016 el juez Ercolini la citó a indagatoria, la ex mandataria rechazó el ofrecimiento de algo para beber y llevó su propia agua, consciente de que la mano negra está esperando el momento para dar el zarpazo. Estaba prevenida por sus antecedentes.
En aquel lejano 2011 de la reelección con el 54%, la epidemia de cáncer alcanzó a Chávez, Lugo, Lula y Cristina, en lo que muchos consideraron un ataque del imperio. ¿No es mucha coincidencia que les pase a todos juntos?. Por supuesto que sí, evidencia suficiente de que otra vez estaban los intereses de los poderosos tratando de cortar la maravillosa primavera progresista.
Ese progreso infinito que propusieron traer a nuestro suelo latinoamericano se empezó a completar con la llegada de un jesuita argentino al papado. En una cumbre que en 2014 tuvo con Francisco, Cristina reveló que había sido amenazada por ISIS, la terrible organización terrorista que por aquel entonces estaba empezando a figurar en las primeras planas de los diarios más importantes del planeta.
Por su centralidad y gravitación en la política mundial, conocida lideresa de los pueblos libres embanderados en la gesta católica, el grupo terrorista de raíz islámica la sumaba a sus objetivos con unas amenazas bastante extrañas. Pobre su alma, vivir bajo el miedo permanente.
A esta altura las situaciones extremas por las que ha pasado Cristina de Kirchner habrían demolido a más de un mortal, pero ella logra soportarlas estoicamente para seguir luchando por el bienestar de su pueblo. Esos intentos sostenidos para poner en riesgo su vida demuestran lo importante que es como bandera en la defensa de los derechos de los desposeídos.
Con toda esa evidencia acumulada, las opciones al analizar el caso son tres. La primera, menos probable, es que efectivamente haya alguien detrás de ella. Fuera de Bonadio, parece que no hay nadie tan interesado en alcanzarla. La segunda, que sea todo una puesta en escena para desinformar y cambiar el foco de la discusión. La tercera, que la expresidenta efectivamente tiene un trastorno paranoide.
Si es la primera, sus 40 custodios evitarán que le pase algo, pero no eliminan el riesgo. Si es la segunda, el humo se disipará y la discusión volverá al mismo lugar, poniéndola en el ojo de la tormenta judicial. Si es el tercero, la cosa cambia bastante. ¿Alguien se la puede imaginar siendo declarada inimputable en algún proceso judicial?
A esta altura, casi que le conviene.