Acompañamiento oficial y temor por desbordes

Cuando Hugo Juri tuvo expresiones públicas de respeto y solidaridad moral con los reclamos de los gremios universitarios, fundamentalmente del docente, tal vez no se imaginó la movida que se iba a generar en la UNC en torno a estas protestas. Debía hacerlo ante la oferta de un aumento salarial del 5% a cuenta, vergonzosa en medio de un contexto inflacionario que tiene como último dato un corrimiento record de los precios al consumidor en el mes en curso que podría pisar un 4%. Pero el actual rector, político prudente si los hay, ve una escalada que puede escaparse de las manos. Va in crescendo, como preveía este diario, y el arco político completo acompaña, aunque con la ultra izquierda universitaria ya tomó tres unidades académicas y realizó una sonora protesta, el jueves en Derecho, mientras sus parientes ideológicos, la izquierda moderada (La Bisagra, Sur y La Mella), oficialismo en algunas Facultades se ve arrastrada por la furia trotskista.
Javier Blanco, firme y sereno
Las tres tomas se concretaron, previsiblemente, en el área de las Humanidades: desde hace casi dos semanas en Artes, y el viernes en Filosofía y Psicología. En esta última, el Decanato está conducido por Patricia Altamirano y la agrupación Sur reconoce a su decana como referente del sector. Es casi un dilema para el oficialismo que se mueve con comprensible incomodidad. En una comunicación publicada en Facebook, la Facultad informó que se suspenden las actividades académicas programadas hasta que se levante la medida. Fue después de una asamblea del Centro de Estudiantes convocada por la agrupación que lo conduce, la agrupación “amiga” La Bisagra. La suspensión de las “actividades académicas programadas” es una decisión redundante porque mal podrían comenzar las clases sin profesores. El trotskismo -como sucede casi siempre- va a una velocidad mayor que la cadencia que pretende imprimirle el gremio docente, la Adiuc, hoy conducido por un dirigente firme pero moderado, como Javier Blanco. Moderado pero insospechado en un sindicato que llegó a ser clasista, con David Dib y Eduardo Maturano, y trampolín para Pablo Carro, hoy en una banca en el Congreso Nacional y con proyectos de crecimiento aún insospechados. La protesta en Derecho fue un poco más confusa, quizás porque aún esta Facultad está en pleno proceso de trasvasamiento pos yancismo. Hubo asambleas informativas, desalojo, amenazas de bombas y otras lindezas. Esto se va a aclarar seguramente en los próximos días.
Marcha con todos, también K
La marcha del miércoles fue de todos, de adentro y también de afuera de la UNC. Empecemos por las rarezas: participó el ex decano de Derecho, Pedro Yanzi Ferreira (!) junto a casi todos los decanos, y hasta tuvo cobertura K, con la presencia de Carmen Nebreda y el diputado provincial Franco Saillén, hijo Saillén del más famoso ,Mauricio, secretario general del Surrbac. El mestrismo no quiso estar ausente y asistieron dos miembros del gabinete municipal: Marcelo Cossar (Comunicación) y Danile Sacchi (Educación). El conflicto ha salido claramente de la Ciudad Universitaria y cruza casi todo el espectro político de la UNC. Pocos hubieran imaginado tanta adhesión aunque esto no necesariamente debe traducirse en resultados. Esto no se alcanza en la calle. Hoy a las 18 se verá para qué alcanza, cuando reciba a las seis centrales de los docentes universitarios de todo el país (son cinco centrales propiamente pero el gobierno de Cristina Kirchner logro colar una pata K agregando a Cterea por su presencia en colegios preuniversitarios de algunas universidades públicas), el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro. La pretensión de mínima sería igualar el acuerdo alcanzado por los no docentes, que consiste en un 15% con alcance hasta el 1 de septiembre, pero inmediata reapertura de paritarias para el último cuatrimestre del año.