Luis Juez pierde nueva oportunidad para callar

Durante su intendencia se hizo patente por primera vez el vínculo entre “empresarios de la noche” y la Dirección de Espectáculos Públicos.

Aunque aún no se conocen detalles acerca de la denuncia presentada por el ex secretario de Seguridad Diego Hak la semana pasada, en la que pidió que se investigue al actuar de una banda dedicada a extorsionar funcionarios públicos municipales desde 2003, y que también habría participado de la financiación de campañas políticas mediante aportes en ese tiempo. Luis Juez, siempre presto a participar en cualquier enredo mediático, ha salido a recoger el guante y responder a Hak.
“Es un despropósito. (A Hak) Le aconsejaría que busque otro argumento defensivo. Con los enemigos que junté, si yo hubiese tenido un problema, con los enemigos que junté, estaría en Alcatraz”, dijo el (increíblemente) titular del Instituto Nacional de Capacitación Política, que siempre, invariablemente, ha comulgado con el gobierno nacional de turno, ya sea el menemismo, del que fue funcionario durante la intervención de Salta, ya sea el kirchnerismo, integrando –junto a Binner y Sbatella, entro otros- la afamada “transversalidad” o, actualmente, enrolado en las filas de Cambiemos, a las que también, de vez en vez y para no perder la costumbre, las convida con un poco de su “fuego amigo”.
Habida cuenta de que las supuestas enemistades cosechadas por Luis Juez no son nacionales, debemos entender que alude al gobierno provincial de Unión por Córdoba, del que también fue parte, como Fiscal Anticorrupción de José Manuel de la Sota. De allí, se convirtió en el principal detractor de la supuesta corrupción, a la que vio principalmente encarnada en Olga Riutort, por entonces, primera dama provincial. En resumidas cuentas, sus acusaciones no sólo no fueron avaladas por la Justicia, sino que tampoco por el propio Juez, que se alió con Riutort para competir por las elecciones municipales de 2015, fórmula con la cual cosechó una derrota sin atenuantes: 16%.
Ahora bien, si el ex embajador advierte que ha juntado muchos enemigos, seguramente lo ha hecho por mérito propio. Alguien que ha recorrido de punta a punta todo es espectro ideológico, suscribiendo cuanta alianza le resultó momentáneamente conveniente, y ha pasado de una a otra incumpliendo todos los compromisos previos, debería saber que tal manera de actuar le auguraría otra cosa que enemistades.
Más adelante en esta suerte de defensa que el ex intendente ofreció ante las denuncias de Hak, dijo que “le soltaron la mano” y que “no quiero ser un superhéroe”, porque “a los cinco segundos te exponen”; pero “no tengo vinculación con la noche”. Y remarcó que, si buscan ‘ensuciarlo’, lo intenten “por otro lado”, porque “en mi vida fui a un baile de cuarteto”.
Sin demasiada destreza para expresarse, las declaraciones de Juez suelen ser un torbellino desordenado e inconexo de frases sueltas. Sin embargo, algunas aparecen como particularmente inconsistentes.
En el año 2003 abundaban las versiones que indicaban que un grupo de empresarios de la noche aporto 300.000 pesos (en dinero de esos tiempos) para financiar la campaña electoral que llevó a Luis Juez a la intendencia.
La “contraprestación” a pagar por estos aportes habría sido la “concesión” de la Dirección de Espectáculos Públicos, a cuyo titular, desde entonces, comenzó a llamársele el “intendente de la noche”.
Como última consideración podríamos decir que, si a alguien no le conviene destapar esta “caja de pandora”, es a Luis Juez.