Carro provoca efervescencia K: va contra la vieja guardia

Por Yanina Soria
ysoria@diarioalfil.com.ar

Los errores del gobierno de Mauricio Macri y la situación económica que atraviesa el país, mantienen entretenido al kirchnerismo nacional.
Por ahora, quienes tributan a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) hacen foco en construir una política de contraposición a la gestión macrista, más que en el armado interno con mira a la carrera electoral que se abre el año que viene. Está claro que el destino del cristinismo quedará atado–absolutamente- a lo que decida hacer la actual senadora, la dirigente mejor posicionada dentro de la oposición.
Mientras tanto, la sucursal cordobesa sigue libanizada. El espacio K en suelo mediterráneo no es más que la suma de tribus cada una respondiendo a su propio cacique. Así fue desde siempre. El kirchnerismo cordobés nunca demostró capacidad para construir un frente sólido y mucho menos, moldear un conductor capaz de darle continuidad en el tiempo al proyecto.
Por eso, frente a varios comicios, surgieron ensayos, algunos con más éxitos que otros. Aún así y sin Cristina jugando en este territorio, la lista que representó a Unidad Ciudadana el año pasado, logró alzarse con un 10 por ciento de los votos, ubicándose como la tercera fuerza en el podio de una provincia con un marcado gen anti-K. Ese resultado envalentonó al espacio y le dio aire al dirigente gremial Pablo Carro que encabezó la lista.
Desde entonces, el ex titular de Adiuc busca ocupar la jefatura bacante del espacio, una aspiración ampliamente resistida por el resto de las tribus.
A criterio de quienes hoy componen el complejo entramado del Frente Córdoba Ciudadana (FCC), Carro no legitima como conductor natural y, aclaran, el cauda de votos obtenido en el 2017, son de CFK. Es más, internamente, en Córdoba se lo critica por jugar solo y moverse de manera individual.
Le achacan no acompañar ni ser parte de las protestas sociales callejeras mientras le recuerdan que su figura no aglutina ni sintetiza a la amplia paletadel Frente.
Sin embargo, el parlamentario sigue con su hoja de ruta dispuesto a capitalizarse políticamente sobre todo porque corre con una ventaja respecto a otros referentes cordobeses: en el 2019, será el único que seguirá ocupando un cargo electivo mientras que al resto se le terminará su mandato. Ese es el caso de los diputados nacionales como Gabriela Estévez y Juan Manuel Pereyra y de los legisladores provinciales que ingresaron en el 2015 en la boleta que encabezaba el ex candidato a gobernador, Eduardo Accastello, entre ellos, Carmen Nebreda y Martín Fresneda.
Carro no arriesgará en ese sentido y buscará ponerse como el gran elector.
Hace algunos días, el dirigente sindical encabezó un encuentro frente a los suyos en el Centro Cultural Tinku de barrio Alta Córdoba cuyo discurso, luego, trascendió públicamente. En el audio que comenzó a dar vueltas entre als filas K, se lo escucha cargar contra la vieja guardia K, provocando la efervescencia interna.
“Yo quiero que el año que viene en las lista estén esos compañeros (de la milintancia), y no los candidatos de siempre. Porque van a volver los que no pudieron ser candidatos cuando fui yo. Están mordiéndose los codos ahora porque no se animaban a chocar con un 3% que era lo que decían que iba suceder y no querían comerse el garrón. Porque ellos quieren ser candidatos en las buenas y no en las malas. Yo, no los quiero de vuelta”, dijo abriendo fuego interno.
Además, Carro definió que el FCC es un frente electoral resultado del acuerdo de los partidos que suscribieron para que se pueda presentar la lista el año pasado, y no un proyecto político. “Hoy, tenemos un problema y es que no hay conducción. Yo dije al asumir que necesitamos un ámbito donde discutir.
Nuestra fuerza política es muy dependiente de Buenos Aires, hoy hay muchos jugadores que no quieren que esto crezca y se desarrolle. Nosotros tenemos que darle color local con militancia, así vamos sobrepasar a esos dirigentes que tienen poca voluntad para construir”, agregó.
El diputado nacional también le dedicó un párrafo al 10 por ciento cosechado con su candidatura y aseguró que es un piso “para nada despreciable” a la hora de pensar un acuerdo electoral para ganar el año que viene. Ahí se refirió a los dos caciques del peronismo provincial, al gobernador Juan Schiaretti y al ex mandatario, José Manuel de la Sota quien ya mantuvo reuniones con dirigentes K en Buenos Aires, e incluso se habla de un encuentro con la propia CFK.
“¿Lo ponemos a De La Sota para que no esté Macri? Creo que no cambiaríamos nada. Ahí no hay un peronismo autentico ni revolucionario, hay un peronismo conservador. Pero yo hago una distinción: De la Sota me parece un peronista conservador de mínima; Schiaretti un funcionario del Banco Mundial, ni peronista parece. De la Sota tiene una genética peronista que a Schiaretti no se lo veo”, se lo escucha decir.
El análisis y los dichos de Carro agitaron las aguas internas dentro de un espacio que aún no tiene en claro cómo ni con quién jugará el año que viene. Sin embargo, sobre lo que sí parece haber un consenso generalizado es sobre que el último diputado en asumir por el kirchnerismo, no es el resumen de todas las expresiones que hoy cohabitan en el frente local.