El faltazo de Macri y el riesgo de que pasen cosas

Ayer el presidente no asistió al acto del Día de la Bandera en Rosario porque no estaban dadas las condiciones de seguridad. Por miedo a que pasen cosas, las cosas le van a terminar pasando.

Por Javier Boher
javiboher@gmail.com

Hace ya más de 100 años que es costumbre que en nuestro país se jure la bandera el día del fallecimiento de Manuel Belgrano. Millones de argentinos de cuarto grado han prometido lealtad a esos colores a lo largo del tiempo.
Este miércoles el presidente decidió faltar a la promesa que cada año hacen cientos de niños en el Monumento a la Bandera de la ciudad de Rosario. Parece que así como la provincia de Córdoba es el terruño de Cambiemos, la ciudad santafesina sólo le trae malos ratos. El bastión del socialismo languideciente lo ha dejado expuesto más de una vez.
En 2016, en su primer día de la bandera en funciones, puso a los asistentes a gritar que sí se puede, transformando un acto institucional en uno político. Por supuesto que cuando se tienen las ínfulas de que se viene a salvar la patria uno puede excederse en las formas, pero no fue nada que no hubiésemos visto antes.
Como corresponde a una coalición que se precia de republicana y respetuosa por las instituciones, el entorno presidencial pidió las debidas disculpas. Ese retroceso, aunque valioso en un punto, se terminó haciendo una costumbre. Después de muchos pedidos de disculpas, finalmente dejaron de intentar.
En un mundo de hipersensibilidad, la corrección política empezó a atarle las manos al gobierno.
Esta vez desde presidencia anunciaron que Macri no viajaría a Rosario porque no estaban dadas las condiciones de seguridad. Para el presidente. En su país. Donde gobierna como la máxima autoridad, siendo jefe de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas. Ciertamente saben cómo llevarle tranquilidad a la gente.
La decisión del entorno presidencial es un precedente grave en muchos sentidos. Su faltazo a un acto por la posibilidad de escraches es una muestra absoluta de debilidad, especialmente cuando hace menos de un mes fue a sentarse a la Catedral de Buenos Aires a que lo rete un cura. Si baja la cabeza o evita exponer sus convicciones, todo lo que se referencia en su figura se empieza a tambalear.
Si no es por la presencia de una oposición política dura e ideologizada, tal vez sea porque Rosario es una ciudad asolada por el narcotráfico, con la tasa de homicidios más alta del país. ¿Son esas bandas paraestatales las que asustan a sus asesores?.
Hace ya un tiempo que el gobierno ha decidido ceder la agenda a la oposición, un error grande si consideramos que la oposición es -hasta ahora- una aspiración más que una realidad. La falta de iniciativa (que sólo se ha visto en la jugada de la legalización del aborto) es una recurrencia que se ha convertido en un problema.
El último domingo, en la entrevista que le concedió a Jorge Lanata, el presidente aseguró que “veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas”. Aunque usó la frase para referirse a la situación económica, a juzgar por la debilidad que exhibe el gobierno en su faceta política, esas “cosas” golpearon en la base de sustentación, haciéndolos perder el equilibrio.
La corrección política y el miedo a ofender parecen haberse convertido en los rasgos característicos del entorno de Macri. Aunque gran parte de su electorado espera que el peronismo no regrese, muchos también consideran que harían bien en mostrar un poco de la voracidad y la osadía que suelen exhibir los que gobiernan bajo los ropajes del justicialismo.
Con el correr del tiempo, Macri fue cediendo espacios discursivos, replegándose en una estrategia de no ofender y de evitar quedar envuelto en escraches o agresiones. A juzgar por la evolución de su imagen, la jugada no estaría rindiendo sus frutos.
Tras haber hilvanado años de victorias electorales, esta catarata de acciones titubeantes puede convertirse en un nuevo rasgo de gobierno que lo aleje de sus votantes, los que después de tanto acompañar quizás terminen por decirle que “veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas”.