Por Salvador Santos
El debate sobre el aborto produjo alineamientos transversales en la escena política de Córdoba. La semana pasada, hubo diferencias entre los miembros de todos los bloques políticos que representan a la provincia en la cámara baja.
A pesar de la mayoría que consiguió la posición contraria a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, hubo señales políticas que permiten especular en relación a las decisiones de los tres senadores cordobeses.
En primer lugar, todos los referentes políticos reconocen que es virtualmente imposible detener la aprobación del proyecto en el Senado. La presión social que generó la media sanción prácticamente descarta una decisión en sentido diametralmente contrario, analizan.
Apenas conocido el resultado de la votación en diputados, los máximos referentes de las bancadas de senadores adelantaron su predisposición a acompañar la decisión de los diputados.
“Habrá un efecto imparable y la ley va a salir del Senado. Tengo confianza en que la ley va a salir”, sostuvo el titular del interbloque Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto. Por su parte, el jefe del interbloque de Cambiemos, el radical Luis Naidenoff, afirmó que “El Senado tiene que hacerse cargo de la demanda ciudadana y legislar realidades”.
De hecho, los principales referentes de los bloques anunciaron que el próximo martes mantendrán una reunión para acordar el funcionamiento de las comisiones. La intención es que la discusión se produzca en un período que no exceda de las tres semanas. Si esto es así, la sesión definitiva tendría lugar durante julio.
Los tres senadores cordobeses mantienen, por ahora, posiciones ambiguas. Carlos Caserio (Partido Justicialista), Laura Rodríguez Machado (PRO-Cambiemos) y Ernesto Martínez (Frente Cívico-Cambiemos) no adelantaron su postura y afirmaron que el debate decidirá su voto definitivo.
En realidad, los tres representantes de la provincia en la cámara alta evalúan la situación política y las necesidades de sus bancadas. La decisión de los senadores no solo depende de la postura personal sobre el tema. La mensura de los tiempos depende de las estrategias que cada bancada despliegue en relación a la extensión del debate.
Carlos Caserio afronta una disyuntiva importante. Su partido de origen, el justicialismo cordobés que además preside, no aportó ningún voto positivo en la sesión de la semana pasada. Sus representantes optaron en forma mayoritaria por rechazar la iniciativa.
Sin embargo, la sorpresiva actitud de Alejandra Vigo que anunció su abstención en pleno debate fue considerada un gesto que facilitó el triunfo de la posición favorable a la despenalización. Su condición de pareja y principal espada del gobernador Juan Schiaretti en la cámara baja hace pensar en un aval del oficialismo cordobés al proyecto.
Además, la posición de Miguel Ángel Pichetto en el sentido de dar sanción definitiva a la iniciativa aprobada en diputados también influye en el cordobés. Caserio es segundo al mando del interbloque Argentina Federal que preside el rionegrino y, hasta el momento, viene votando en consonancia con él.
Además, el peronismo federal tiene interés en que el tema se cierre rápidamente para poder retomar una agenda opositora al gobierno nacional.
Por su parte, Laura Rodríguez Machado también se encuentra entre dos aguas. Dentro de Cambiemos, el PRO cordobés tuvo una posición homogénea en contra de la legalización del aborto. Todos sus diputados votaron en contra.
Sin embargo, Humberto Schiavoni, senador misionero y presidente del PRO nacional se manifestó a favor del proyecto desde el primer momento. “Hay muchísimas mujeres que se mueren por abortos clandestinos, todas pobres. Vemos que Misiones es la primera provincia en maternidad adolescente” afirmó sin ambages.
La senadora macrista cordobesa es cercana a Schiavoni y es su segunda en la conducción del partido a nivel nacional. Por ahora, afirmó que “lo discutiremos primero dentro del bloque del PRO y luego con el resto de los colegas del interbloque de Cambiemos”.
En cuanto a Ernesto Martínez, la situación es similar. Si bien su posición histórica es contraria a la legalización, él anunció que su postura definitiva se conocerá cuando concluya el debate en comisión. “Voy a decidir mi posición luego de estudiar el proyecto votado en Diputados. Mi postura se condice con la doctrina de la Corte en el caso FAL de 2012” afirmó el representante del juecismo.
Todo parece indicar que en el voto de los senadores cordobeses tendrá más influencia la ponderación de la coyuntura política que el apego a principios dogmáticos.