Por Alejandro Moreno
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El presidente Mauricio Macri convocó ayer a reunirse con él en la Casa Rosada a los principales referentes de la alianza Cambiemos de la provincia, a los que incentivó a golpear al gobernador Juan Schiaretti por la situación que padece la EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba). También se analizó la demanda de la Municipalidad de Córdoba contra la Provincia por los fondos coparticipables.
Los visitantes ayer en la Casa Rosada fueron los radicales Ramón Mestre y Mario Negri, y los macristas Héctor Baldassi y Nicolás Massot; todos ellos, no casualmente, están anotados en la carrera por la candidatura a gobernador de Cambiemos para el año que viene (algunos, con más firmeza que otros). Macri los esperó con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
En un clima distendido, Macri expresó su incomodidad con Schiaretti, de quien esperaba un apoyo en el Congreso a través de sus legisladores, más allá de las palabras, en el debate por la ley de tarifas. Frente a las versiones insistentes sobre un acuerdo fantasmal en el 2019, entre la Casa Rosada y el Panal, Macri calmó a sus contertulios al afirmar que para Cambiemos Córdoba es electoralmente imprescindible.
Negri expuso ante el presidente la crisis de EPEC, y en el intercambio de datos y opiniones Macri hizo llamar por teléfono al ministro de Energía, Juan José Aranguren. El funcionario afirmó a los cordobeses que la empresa mayorista Cammesa intimó a EPEC por falta de pago, dato que usarán ahora para limar al Panal.
EPEC está atravesando un momento muy complicado, con el sindicato de Luz y Fuerza cobrando vigor para enfrentarse con el gobierno, aunque lejos de la beligerencia que podría esperarse ante una administración de signo no peronista. Cuando Schiaretti envió a la Legislatura los proyectos, luego sancionados como leyes, para restarle privilegios exagerados a los empleados de EPEC, pareció leerse allí una estrategia del gobernador para ganar un enemigo con el que conseguiría enseguida el favor de una sociedad cansada de mantener excesos con sus impuestos. Pero el conflicto se va complicando, y a un endurecimiento de Luz y Fuerza puede sumarse que la oposición ganaría solidez para sus históricas críticas por lo que considera un mal manejo de la empresa. Enfrentarse a un sindicato del sector público es un riesgo enorme: puede dar grandes dividendos, pero si se prolonga podría convertirse en un bumerang para el gobierno.
Además de la situación de EPEC, en la charla en la Casa Rosada se habló de los fondos coparticipables, por los cuales Mestre llevó a la Provincia a la Justicia.
Macri planteó que debe llegarse al diálogo entre los municipios y la Provincia. Para ello, las municipalidades de Córdoba y de Oliva (el intendente de ésta es el macrista Oscar Tamis) deberían bajar el reclamo judicial, pero siempre que la Provincia haga lo mismo con la acción declarativa de certeza que presentó en Tribunales. Se trataría, entonces, de retroceder los pasos judiciales que ambas partes dieron para sentarse a hablar.
Lo que sigue es que desde la Municipalidad de Córdoba hagan saber al Panal la propuesta de deponer las armas judiciales, como paso previo al diálogo. Para los aliancistas, incluso eso podría ser un paso adelante, porque significaría de parte de la Provincia que hay algo que conversar sobre los fondos coparticipables, es decir, que aunque sea una parte del reclamo podría ser correspondido.