La CGT pone fecha al paro con aval del PJ Federal

Por Salvador Santos

El “dream team” del peronismo federal parece no estar dispuesto a bajar el perfil luego del complicado proceso que derivó en el veto presidencial de su proyecto de tarifas. Por el contrario, el grupo que comanda Miguel Pichetto pretende seguir marcando la agenda política.
El cónclave que mantuvieron el grupo de senadores que encabeza el rionegrino y la cúpula de la CGT el pasado martes hubiera sido habitual en otro momento político del país. En estos días, donde se dirime el perfil que cultivará el peronismo de cara a las elecciones del 2019, adquiere un indudable voltaje político.
La convocatoria estuvo a cargo del triunvirato que conduce la central obrera. La excusa fue una “ronda de consultas” que diagramaron los jefes sindicales para analizar la coyuntura y la posibilidad de convocar a una medida de fuerza de alcance nacional.
Por la CGT concurrieron Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer, miembros de una dirección que, en paralelo, empieza tramitar el proceso de sustitución. Por el bloque Argentina Federal asistieron, además de Pichetto, el cordobés Carlos Caserio, el correntino Carlos Espínola, el entrerriano Pedro Guastavino y Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador de la provincia de Salta.
“Seguramente habrá un paro general”, afirmó Daer a la salida del encuentro. El triunviro justificó la medida con un argumento político neto: “Hace dos años nos dijeron que cambiábamos de presidente y mejoraban las cosas, llovían los dólares. Un jueves nos dijeron que tenían todo el dinero para financiarse y el martes siguiente anunciaron que íbamos al FMI”, sostuvo.
Por el lado de los senadores peronistas, Pichetto aseguró que habrá “un marco de solidaridad” con lo que decida la central sindical. Además, bosquejaron un diagnóstico crítico de la situación del país ante la dirigencia gremial.
Tranquilizó a sus interlocutores con un tema que les resulta particularmente sensible. El jefe parlamentario les aseguró que no se tratarán leyes que tengan que ver con la cuestión laboral sin el aval explícito de la central obrera. Cada uno de los temas va a ser conversado con ellos. “Seguiremos muy de cerca la problemática social e inquietudes de los trabajadores por la pérdida de empleo y el poder adquisitivo y la suba de tarifas”, aseguró Pichetto.
La actitud de endurecimiento que viene sosteniendo el peronismo legislativo tiene como mar de fondo la resolución final del tema de las tarifas. Sin embargo, el posicionamiento político del PJ Federal en la interna que mantiene con el kirchnerismo es un factor que también incide en la estrategia del sector.

Protagonismo
A partir del tratamiento del proyecto de tarifas, los armadores del peronismo consiguieron ocupar el espacio opositor al gobierno nacional. Lógicamente, la ofensiva significó un desplazamiento de los sectores kirchneristas del centro de la escena.
Durante la batalla de las tarifas, el protagonismo recayó en los líderes parlamentarios que responden a los gobernadores provinciales. Incluso lograron mantener la unidad de los bloques a pesar de la toma de distancia pública de referentes indiscutibles como Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey del texto de la iniciativa que impulsaban.
Los estrategas del justicialismo federal no piensan abandonar el territorio conquistado y, en ese sentido, la alianza con la conducción de la CGT es un activo político importante.
La necesidad también guía el accionar del triunvirato cegetista. En pleno proceso de renovación de autoridades y con un panorama interno incierto, el bloque de senadores que conduce Pichetto les ofrece un paraguas político importante para resistir los cuestionamientos de los sectores mas combativos.
El clan Moyano, que mantiene un enfrentamiento total con el gobierno nacional, y los sectores enrolados con la CTA presionan a la dirigencia de la CGT para que convoque a una medida de fuerza y rompa lanzas con el Ejecutivo. La central que orienta el kirchnerista Hugo Yasky definió convocar a una medida de fuerza “sin fecha” para esperar la decisión de la central que conduce el triunvirato.
En medio de estas tensiones, hoy se reunirá el consejo directivo de la CGT. La decisión de llamar a un paro general parece no tener retorno. La principal duda es la fecha, mientras los sectores más duros prefieren que sea la semana que viene, algunos dirigentes de gremios importantes piensan en un plazo de 15 días.
La otra incógnita es la actitud que tomarán los mandatarios peronistas. La mayoría de ellos optó por lanzar mensajes de reconciliación con el gobierno nacional luego del debate de las tarifas. Una huelga general apoyada por el sector político que les responde implicaría un nuevo enfriamiento de relaciones. Durante esta semana se aclarará el mapa de posicionamientos al interior el justicialismo.