Este año el déficit financiero de la Nación superará al rojo de 2015

Recién en 2019 el resultado mostrará avances en comparación al heredado. Por la sequía, el salto del dólar y el rebrote inflacionario de los últimos meses, el crecimiento de este año sería menor al presupuestado.

El frente fiscal fue una de las “herencias más pesadas” que recibió Cambiemos. Según estima Ecolatina, durante la segunda parte de la gestión de Mauricio Macri se repetirá la película de la primera mitad: el déficit primario se achicará como porcentaje del Producto, pero el pago de intereses continuará en crecimiento.
Recién en 2019 –según las proyecciones de la consultora- el rojo financiero mostrará un avance respecto de la situación heredada, cuando represente alrededor del 5% del PBI (en 2015 había alcanzado el 5,2% del Producto). Sin embargo, este año sí se podrán observar mejoras en el déficit primario.
La dinámica de menor déficit primario y mayor pago de intereses tiene implicancias económicas. Mientras que al momento de asumir Cambiemos las principales urgencias se posaban sobre los gastos en pesos, en 2019 las demandas más apremiantes responderán a compromisos en dólares. Por lo tanto, los shocks internacionales tendrán mayor impacto en el plano local, incrementando el grado de fragilidad externa de nuestra economía.
En sus primeros dos años de gestión, el Gobierno dirigió sus esfuerzos a reducir el déficit fiscal primario. Sin embargo, no logró achicarlo sustancialmente: el rojo operativo de 3,8% del PBI de 2015 fue prácticamente igual al 3,9% de 2017 (que incluye a los ingresos extraordinarios del blanqueo). Recién este año, cuando el bache primario se ubique en torno a 3,2% del PBI, se podrán mostrar avances concretos en la materia.
Sin embargo, pese a que el resultado agregado fue similar, sí hubo cambios en su composición. Aquí resaltan los ajustes en los subsidios económicos y en los gastos de capital. Mientras que las erogaciones corrientes agregadas crecieron 80% entre 2015 y 2017 (aumento de 3% en términos reales, según las estimaciones del IPC Nacional), el gasto de capital trepó menos de 30% interanual en términos nominales (contracción de 25% deflactado).
Por su parte, los subsidios se redujeron alrededor de un 10% en Pesos corrientes, producto del programa de corrección gradual de tarifas de servicios públicos encarado, marcando una fuerte contracción en términos reales.
Esta dinámica se repitió en el resultado del Sector Público Nacional No Financiero de enero, en donde los subsidios económicos treparon sólo 2% interanual en términos nominales y los gastos de capital cayeron 40%. Por los aumentos en las tarifas de servicios públicos que tuvieron lugar en febrero y se repetirán en abril y la potencial puesta en marcha del esquema de participación público-privada, que posibilitará reducir los desembolsos del Estado sin golpear la obra pública, esta tendencia se profundizará en los próximos meses.
A contramano, la reducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y mineras y de la alícuota de bienes personales y la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, relajaron la presión impositiva. De este modo, se explica cómo, pese a los esfuerzos realizados por el lado del gasto, no mejoró el resultado primario.
El “gradualismo” entonces representa la forma de conciliar el saneamiento de las cuentas públicas (necesidades económicas) en plazos socialmente tolerables (necesidades políticas). Por lo tanto, las posibilidades de mostrar avances en la materia están demandando mayores tiempos a los augurados al momento del cambio de gestión.
Por su parte, el pago de intereses más que se duplicó en los últimos dos años. En consecuencia, el déficit financiero trepó del 5,2% del PBI en 2015 al 6,1% en 2017 (sin excluir del cálculo a los ingresos extraordinarios del blanqueo). Por lo tanto, como rasgo característico de la nueva época, sobresale un déficit primario que se achica en conjunto con un pago de intereses que se agranda.
A la par que el saldo primario muestra los gastos corrientes, que suele ser recomendable afrontarlos con ingresos tributarios ordinarios, el financiero puede cumplirse, o bien con nuevos compromisos, o bien con la recaudación impositiva, ya que los pagos de intereses poseen fuertes componentes estacionales. En consecuencia, en este punto parecería haberse fortalecido la salud de las cuentas fiscales.