
El dirigente mestrista no descansó ni en Navidad. Ayer al mediodía llamó al periodista para contarle una noticia que le alegró los últimos días, y que parece llevarlo por el camino de la exageración.
Mestrista: El mestrismo crece en todo el país.
Periodista: ¿Qué está diciendo? ¿No debería conformarse con que se afianza en Córdoba? Digo, si el objetivo sigue siendo la candidatura a gobernador de Ramón Mestre en 2019.
M.: Claro que el objetivo es ése. Y lo seguirá siendo. Le aseguro que las encuestas mejoran cada vez.
P.: Bueno, cuénteme aquello por lo que me llamó.
M.: Resulta que la Juventud Radical de la Ciudad de Buenos Aires eligió sus nuevas autoridades.
P.: ¿Y?
M.: ¿A qué no sabe quién es el nuevo presidente?
P.: Si yo lo supiera, probablemente usted no me llamaría. Déjese de vueltas que todavía estoy sufriendo los efectos de la cena de Navidad.
M.: Tomás Mestre Olmedo.
P.: ¿Qué es de Ramón?
M.: Hermano, por parte de su padre. A diferencia de lo que algunos dicen, la relación entre los dos es muy buena. Tanto, que en privado y en público Ramón celebró la designación de Tomás al frente del radicalismo juvenil porteño, y lo invitó a “seguir renovando el partido y aportando nuevas ideas para la construcción colectiva”.
P.: Y usted, se entusiasmó.
M.: Y, claro. Imagínese que en acto de asunción, los jóvenes radicales cantaban “se ve, se siente, Mestre presidente”.
P.: Pare un poco. Primero asegúrese de que Ramón va a ser candidato a gobernador.