Por Yanina Passero
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¿Qué representa “Córdoba” para Mauricio Macri? Una pregunta con respuesta sencilla, por supuesto. “En la provincia comenzó el cambio”, responderá el macrista entusiasta, mientras rememora el triunfo de la incipiente alianza en Marcos Juárez en 2014, el 71% de los votos que el fundador del PRO obtuvo en el balotaje presidencial de 2015 o los casi 49 puntos que Cambiemos cosechó en la reciente elección legislativa nacional.
El titular del Poder central sabe que los números no mienten. La urbe mediterránea fue clave para que tocara la cúspide de su carrera política. Correspondió. Impera una buena relación institucional entre la Provincia y la Nación, más allá de los fuegos cruzados producto de la puja por las nueve bancas que se renovaron en la Cámara de Diputados. Atrás quedó la década “perdida” en la que Córdoba se disponía a vivir con recursos propios.
Si el distrito es crucial en el entramado político del macrismo, ¿por qué sería descabellado pensar que un cordobés podría tener un lugar destacado en la carrera electoral de 2019? Tal sería el interrogante que se realiza el ex árbitro internacional, Héctor “La Coneja” Baldassi, a días de haber revalidado su título de diputado nacional.
El famoso al que Macri le inoculó el interés en la política “para cambiarle la vida a la gente” –slogan que se escuchó de boca del golfista Eduardo “El Gato” Romero o el presidente de Atenas, Felipe Lábaque- se encuentra apuntado en la lista de probables candidatos a gobernador. Baldassi comparte espacio con dos radicales de peso. Enlistados por orden de “estima amarilla”, se sabe que se refiere a Mario Negri y Ramón Mestre.
Las encuestas (o las interpretaciones los dirigentes hacen circular de ellas) indicarían que Baldassi es bien considerado por el votante en comicios legislativos, pero la cosecha se reduce cuando se lo proyecta para el máximo puesto ejecutivo cordobés. Todo puede suceder; Macri es el dueño de la lapicera y alguna vez abonó la candidatura del Midachi, Miguel del Sel, para gobernar la productiva Santa Fe. Aunque el contexto era bastante diferente. El PRO buscaba su expansión fuera de Capital Federal.
Baldassi intentará mostrarse sólido si el Presidente, su amigo, le encomienda semejante desafío: romper con dos décadas de gobierno peronista. Es por eso que sus asesores trabajan a destajo para mostrar que su jefe tiene equipos para exhibir, militancia propia dentro del PRO Córdoba y, sobre todo, “banca” de los más influyentes ministros nacionales.
¿Pero si no es él? Hay plan B. Sí y comenzará a desarrollarse esta semana.
Fuera de la frontera
El réferi de fútbol saldrá de la frontera cordobesa buscando elevar su estatus de referente macrista, ahora en el orden nacional. Aprovechará invitaciones de algunos municipios del interior para comenzar a delinear la hoja de ruta alternativa que le debería reportar vigencia política, pese a que ya tiene asegurados cuatro años en la Cámara baja.
El viernes 24 desembarcará en Mendoza. El 8 de diciembre pasará por Chepes, La Rioja, para celebrar el aniversario de un importante informativo de deportes de la región. El 15 del mismo mes, será el turno de la ciudad de Santiago del Estero. La agenda complementaria se irá precisando con proximidad al evento que justifica la visita. El propósito es mantener constante la rutina de actividades en el interior del país, en especial durante la temporada de fiestas tradicionales y festivales.
Baldassi entiende que él es uno de los pocos “macristas puros y populares” en los que puede confiar Macri para una competencia electoral. Si la provincia es tan importante para el presidente, como se supone, crece la ilusión del diputado en compartir el escaparate de la boleta para la eventual reelección de 2019. Desde su entorno no lo desmentirán.
Baldassi se ilusiona con suceder a Gabriela Michetti o, más ajustado a la realidad, recalar en una banca en el Senado después de la puja de 2021. Falta resto. Queda claro que el mimado del mandatario nacional no quiere ser segundo de nadie en Córdoba. Segundo del candidato a presidente, es otra cosa.