Por Gabriel Osman
El peronismo de Córdoba no ha sido precisamente un portento electoral en las elecciones para legisladores nacionales. Fue regularmente segundo mientras imperó en la provincia un sistema bipartidista (fines de siglo) y su cosecha menguó sensiblemente cuando la irrupción de Luis Juez terció en la disputa entre el justicialismo y la UCR.
En 2003 no sólo irrumpió el juecismo –ya sea como Partido Nuevo o Frente Cívico- sino que un año antes había quebrado la alianza con la Ucedé que, por entonces, lideraba Germán Kammerath. El resto de los socios de lo que se llamó Unión Por Córdoba, eran poco más que sellos que tenían el efecto cosmético de exhibir un arco de coincidencias más amplio que la simple expresión partidaria o, en todo caso, de replicar la vocación frentista que desde su origen tuvo el peronismo.
Aquella caída del bipartidismo –que el sistema periodístico elogió o criticó alternativamente- no sacó al peronismo como primera fuerza electoral en 2003 y 2005, aunque sí con una primacia más atemperada: con el 33,90%, en el primer caso, y con el 37,76%, en el segundo. Pero desde 2007 en adelante sus performances perforaron el piso del 30%, con la sola excepción de lo sucedido el domingo pasado, cuando llegó al 30,52%. Cierto que con ese porcentaje recibió una paliza a manos de Cambiemos (48,47%) y con mucho menos le alcanzó en 2013 (26,60%) para recuperar fugazmente la punta.
Conste que esa merma sostenida de votos y de lugar en el podio –del que inclusive se cayó cuando bajó su lista luego de las primeras PASO de 2011- coincidió casi puntualmente con el ciclo virtuoso de cinco mandatos consecutivos en la Gobernación, tres de José Manuel de la Sota y dos de Juan Schiaretti. Esta marca mejora al período de éxitos del radicalismo, con los tres triunfos de Eduardo Angeloz y el único de Ramón Bautista Mestre. La diferencia cualitativa con el PJ es que la UCR sí fue un portento electoral también en los comicios legislativos, no cediendo nunca su primer puesto ni en los comicios, intermedios o no, y llevando siempre al Congreso cinco o cuatro legisladores por turno.
Al margen de esta casi invariable del peronismo cordobés en las elecciones legislativas nacionales, hay casos extremos de sacudones entre sus triunfos para la Gobernación y sus azarosos resultados en comicios para otras contiendas. El caso más paradigmático de estos zigzag electorales se registró en 2003. Luis Juez, el fiscal Anticorrupción que había designado De la Sota, comenzó con el revoleó de denuncias que sepultaron las primeras aspiraciones presidenciales del entonces gobernador, al punto de debió bajar su precandidatura porque no ganaba en las encuestas ni siquiera en su propia provincia, como irónicamente le señalaba Adolfo Rodríguez Sáa desde feudo puntano.
El propio Eduardo Duhalde reconoció esta falencia. No calificaba ni en Córdoba y debió bajarse de las presidenciales del 27 de abril. Sin embargo, dos meses después –el 8 de junio- le ganaba por casi 10 puntos al radical Oscar Aguad, para otros cuatro meses después –el 5 de octubre- su delfín, Alfredo Keegan, perdiera por 40 puntos la Municipalidad a manos de Luis Juez, pese a su fervoroso respaldo.
Elecciones 2003
PJ 33,90%
Frente Nuevo 32,22%
UCR 20,22%
Elecciones 2005
PJ 37,76%
Frente Nuevo 24,84%
UCR 18,50%
Elecciones 2007
UCR 22,80%
ARI 17,94%
PJ 16,43%
Acción Republicana 7,8%
Frente Grande 4,44%
Elecciones 2009
UCR 29,03%
Frente Cívico 28,60%
PJ 25,66%
FPV 9,08%
Elecciones 2011 (*)
FPV 29,42%
UCR 19,28%
Frente Amplio 13,46%
Compromiso Federal 12,42%
Elecciones 2013
PJ 26,60%
UCR 22,67%
FPV 15,27%
Unión PRO 14,41%
Elecciones 2015
Cambiemos 49,83%
PJ 21,12%
FPV 18,10%
Elecciones 2017
Cambiemos 48,47%
PJ 30,52%
Córdoba Ciudadana 9,72%