Aguad sobre Fadea: “No vamos a vender nada pero hay que ser eficientes”

Dijo que el Estado no tiene presupuesto para fabricar aviones; sin una sociedad no se pueden hacer.

Por Gabriela Origlia

Fadea-aguadCon la posibilidad latente de avanzar en negocios por fuera del Estado para garantizarse su financiamiento, la Fábrica de Aviones Brigadier San Martín celebró sus 90 años.
Oscar Aguad, ministro de Defensa, adelantó que se buscará asociar capitales para producir el Pampa y para ser competitivos. Enfatizó que es la única forma de fabricarlo en serie y no sacarlo de la línea de montaje. “No podemos ser Fuerza Aérea dependientes, no hay ninguna intención de vender nada pero sí de ser eficientes”, remarcó.
Después de rendir homenaje a los pioneros y visionarios que fundaron la fábrica, apuntó que países que se sumaron después a la tendencia hoy son “líderes mundiales”.
“La idea es que esta fábrica vuelva a tener el brillo que tuvo pero sin hipotecar a las generaciones futuras”, dijo. Después, en contacto con la prensa, insistió en que el Pampa es un “excelente producto para entrenamiento avanzado” que podría, incluso, hacerse como avión artillado. En ese marco, reiteró que se necesita un socio para desarrollarlo pero “Fadea no abandona su idea de producir aviones”.
También se refirió a la reestructuración de las Fuerzas Armadas, describió que antes de resolver su equipamiento, se debe definir el rol que tendrán en la sociedad. “Cambiaron las hipótesis de conflicto y hay que adaptarlas –señaló-. Hay que trabajar en la vigilancia del Atlántico Sur, en el escudo norte, en el terrorismo y en los ciber ataques”.
También dijo que las reformas incluyen “restablecer salarialmente a los efectivos” que presentan atrasos sustanciales en sus ingresos. Respecto del reequipamiento, precisó que la iniciativa contempla equipamiento de “armas de otro tiempo, desplegadas para otro tiempo”
Eso sí, descartó terminantemente que vayan a participar en la lucha contra el narcotráfico: “No; las experiencias existentes no han sido buenas, así que no es lo conveniente”.
El presidente de Fadea, Ercole Felippa, subrayó el “significado especial” de la fábrica y ratificó su compromiso con el objetivo de que vuelva a desarrollarse. “Sabíamos que el desafío por delante era tremendo, nos encontramos con una empresa quebrada”.
Aseguró que era “un paciente con respirador artificial; sólo restaba la decisión de desconectarlo”. En esa línea rescató el acompañamiento del personal, incluso en decisiones difíciles. Eficiencia, transparencia y sustentabilidad -dijo- son los focos del plan en marcha.
El primer año de gestión fue para encarar el saneamiento financiero y, señaló, fue clave reconstruir la confianza; demostrar que se podía cumplir en tiempo y forma con los compromisos.
Destacó que en lo que llevan al frente a la fábrica pusieron a volar el Pampa 3 (se producen tres más que estarán el año que viene), terminaron el primer avión de material compuesto diseñado en Fadea, el IA 100; completaron la modernización del Hércules TCS 61 en “tiempo récord” y hay avances en la provisión de piezas a Embraer, además de exportar dos Puelches.
“Hay mucho por hacer, el camino es sinuoso pero transitamos por la senda correcta -agregó-. Debemos seguir trabajando en la búsqueda de la eficiencia y la competitividad”.
En ese contexto planteó que para tener sustentabilidad hay que generar negocios por fuera del Estado. Felippa citó que hay avances importantes para vender el Pampa a otros países, sumar nuevos clientes de partes y ser centro de mantenimiento de aviones civiles en una coyuntura de crecimiento del mercado aéreo nacional.
Por supuesto, indicó, seguirá la alianza estratégica con las fuerzas armadas argentinas.
En su discurso repasó la historia de los “mitos” fabricados en el establecimiento como el Rastrojero, el tractor Pampa y la moto Puma. Además de los aviones Pulqui, Pucará y Pampa. Recordó especialmente al fundador, Francisco de Arteaga y al brigadier Juan San Martín como dos de los impulsores claves de la fábrica.
Para Felippa se abre una oportunidad de “saldar una deuda” con el pasado, con producción y generación de empleo genuino.