Por Alejandro Moreno
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Mientras la campaña de los candidatos a diputados nacionales transcurre entre las burbujas del festejo que presumen para la noche del 22 de octubre, los radicales van aceitando los aceros para la batalla interna que se desencadenará, ya sin los disimulos actuales, por el 2019.
El campo de lucha es, por ahora, la designación de los delegados al Comité Nacional de la UCR, que increíblemente no están confirmados por la Junta Electoral partidaria pese a que el acuerdo interno se firmó en mayo del año pasado.
Los cuatro delegados son Oscar Aguad, Mario Negri, Soledad Carrizo y Carlos Becerra, según surgió del entendimiento entre los diferentes núcleos internos del partido, cuyos apoderados suscribieron en un acta.
Sin embargo, la Junta Electoral, bajo control mestrista, nunca proclamó los delegados, por lo que el radicalismo de Córdoba está ausente de la UCR nacional y ninguno de sus representantes puede ocupar un cargo en el Comité de calle Alsina. Esto podría ser particularmente sensible para Mario Negri, quien suena como una de las dos principales opciones para asumir a fin de año como presidente del Comité Nacional (la otra es el bonaerense Federico Storani) aunque desde su entorno aseguren que ese cargo no le quita el sueño al actual diputado, como sí la candidatura a gobernador 2019.
Justamente la máxima candidatura provincial es el desvelo de Ramón Mestre, por lo que cada movimiento en el tablero interno, cuando involucra a ambas piezas, es interpretado como parte de esa batalla.
Los negristas sostienen que Mestre demora la designación de los delegados para tensar la situación interna con el objetivo de romper Cambiemos, si finalmente no es el favorito de Mauricio Macri para llevar la candidatura a gobernador de Cambiemos en 2019. También argumentan que si bien la Presidencia del Comité Nacional no es un objetivo, tampoco lo descartan, pero aclaran que si apuran al mestrismo a tomar una decisión con los delegados es porque pretenden impedir que el oficialismo partidario repita maniobras como la del último Congreso Provincial; se refieren, claro está, a cuando la mayoría de Confluencia elaboró una lista de candidatos a diputados nacionales encabezada por Diego Mestre sin el apoyo de varios grupos internos, entre ellos dos clave: Morena, de Mario Negri y Marea Radical, de Oscar Aguad.
El planteo negrista
El negrismo elevará a la Junta Electoral en los próximos días un pedido para que resuelva proclamando los delegados elegidos, advirtiendo que podría recurrir a la Justicia Federal. La Junta, en los últimos días, corrió vista a los núcleos internos para que digan si están de acuerdo con lo firmado hace un año y medio, lo que se observa como una maniobra dilatoria. El punto de la objeción es que la Carta Orgánica Nacional establece que “nadie podrá ser reelegido por más de dos períodos sucesivos en el mismo cargo partidario interno”, lo que sí sucede con Negri y con Aguad. Pero los negristas subrayan que el de delegado no es un cargo, sino precisamente una delegación para elegir a quienes ocuparán cargos en el Comité Nacional.
Para Morena, el planteo de la Junta Electoral partidaria “resulta improcedente, un evidente abuso de autoridad” y “nula de nulidad absoluta, cuando han pasado todos los plazos procesales electorales, y no ha existido por parte de ningún núcleo en su momento impugnación a dichos acuerdos”.
“Es evidente -continúa- que la Junta ha ejercido facultades que no le corresponde, prácticamente abriendo nuevamente el acto eleccionario, pretendiendo revisar acuerdos cerrados, firmes, consentidos, donde no han existido impugnaciones, menos aún planteos de requisitos e incompatibilidades del la CON (por la Carta Orgánica Nacional), por lo que no se requiere ratificación y menos aún rectificación alguna, pero además resulta absolutamente improcedente que pretenda ingresar a verificar requisitos o incompatibilidades, donde los acuerdos de los núcleos han llevado a conformar una lista única, que debe ser proclamada”.