Por Alejandro Moreno
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El ex gobernador Eduardo Angeloz recibirá esta mañana, desde las 11, en el Panal un funeral de estado, tal como le ofreció Juan Schiaretti a la familia del radical para honrarlo por su paso por la vida política de la provincia de Córdoba. Angeloz falleció ayer después de soportar complicaciones como consecuencia de una operación de cadera.
Schiaretti lo definió como “un hombre de la democracia y la Constitución”, mientras que Ramón Mestre sostuvo que “nos dejó un militante incansable”. A su vez, el Comité Central, que preside el mestrista Alberto Zapiola, destacó que el ex gobernador fue un “político honesto y republicano, hombre de diálogo respetuoso y respetado por correligionarios y adversarios”, y que “honró a la política de Córdoba”. “Sus gobiernos –continuó- se caracterizaron por la acción del estado al servicio de la educación y la asistencia social con claro sentido progresista. Su militancia incansable con la bandera y los principios de la UCR lo convirtieron en figura cardinal de la política de los últimos 50 años”.
Anoche, el ex gobernador fue despedido por una multitud de correligionarios en la Casa Radical, consolidando el vínculo entre el último caudillo partidario y la militancia.
Angeloz fue tres veces gobernador de Córdoba, entre 1983 y 1995, convirtiéndose en uno de los máximos referentes de su partido en toda la historia, junto con Amadeo Sabattini y Arturo Illia. El primer cargo partidario que obtuvo fue el de presidente del Comité de la Juventud de la UCR de la ciudad de Córdoba, al ganar una interna en 1953. Diez años después accedió a una banca en la Cámara de Senadores de la provincia por el departamento Capital, la que mantuvo hasta el golpe de 1963. En 1973, fue electo senador nacional por primera vez, ya que lo sería nuevamente entre 1995 y 2001.
Además, condujo la UCR provincial entre 1972 y 1982, y entre 1990 y 1992. En 2016 fue distinguido como presidente honorario del Comité Central de la UCR.
La renuncia a la Gobernación en su tercer mandato, y el juicio que se le realizó acusado de enriquecimiento ilícito (del cual salió absuelto), además de una fuerte campaña en su contra de los medios de comunicación que habían sido sus aliados en los años dorados, dañaron su imagen pública. Tanto, que algunos dirigentes radicales llegaron a pedirle que se vaya de la Casa Radical. Otros, candidatos a diversos cargos, lo esquivaban por considerarlo nocivo para sus posibilidades. En cambio, el vínculo con el militante radical siempre se mantuvo sólido.
Con el paso del tiempo, la situación se fue revirtiendo. Angeloz volvió a participar de los actos en la Casa Radical y siempre recibía una mención de alguno de los oradores, la que iba acompañada de una larga ovación.
El reconocimiento partidario se extendió luego al peronismo, que lo había combatido durante los doce años en el poder. En 2014, el entonces gobernador José Manuel de la Sota lo homenajeó al cumplirse 30 años del lanzamiento del Paicor, el programa alimentario que caracterizó a la administración de Angeloz. En una entrevista que le realizó Alfil en 2011, al cumplir el radical 80 años, Angeloz dijo que “si por alguna cosa me gustaría que me conozcan es como ‘el gobernador del Paicor’”.
En 2016, el actual mandatario, Juan Schiaretti, le entregó la distinción Brigadier Juan Bautista Bustos. En aquella ocasión, Schiaretti reivindicó su figura: “Llegó a una provincia lacerada por la dictadura genocida y fue capaz de entender la situación social, buscar los consensos y actuar desde su impronta radical junto a todas las fuerzas políticas. Él le devolvió a Córdoba el autoestima que la dictadura le quitó”.
En aquella entrevista de Alfil en 2011, a Angeloz le preguntamos si la política lo había hecho feliz. Contestó así: “Sí, sí, muy feliz, porque en cada pelea que dí, en cada tarea que me impuse por alcanzar un determinado objetivo, lo he logrado. No pude ser presidente de la República, pero en el partido nuestro no se mide si sos presidente o no; sí, si sos candidato a presidente de la República”.