Por Gabriela Origlia
El subsidio para el transporte urbano volvió a tener un lugar importante en la agenda de las grandes ciudades del interior. Es que, a pesar de algunos cambios en el último año, la diferencia sigue siendo amplia respecto de la ciudad de Buenos Aires. Hay menos partidas y la tarifa llega a duplicar la porteña.
Capital Federal y La Plata son los centros urbanos con pasaje de colectivo más barato. En ambas ciudades, el boleto mínimo está en seis pesos; además de que la primera cuenta con la alternativa del subte, a 7,50 pesos.
ALFIL publicó la semana pasada la ofensiva de Fetap sobre el intendente Ramón Mestre para subir el boleto del transporte urbano; los empresarios ya saben que el Ejecutivo resolvió que no haya una actualización en el corto plazo, sería después de las elecciones. Los empresarios ya presentaron en la Secretaría de Transporte de la Nación un pedido para renegociar el precio del gasoil subsidiado y un anticipo de las partidas para cubrir los problemas que implicó el largo paro de la UTA en esta ciudad.
En Córdoba, un ómnibus recibe 36% menos de subsidios que uno porteño a lo que hay que agregar que en CABA también los subtes y los trenes cuentan con asistencia del estado; es por eso que en la ecuación total, el 80% de los recursos que aportan todos los habitantes del país quedan en el AMBA.
A Mestre lo condiciona su pertenencia a Cambiemos para hacer lobby por más fondos, por eso –aunque con perfil bajo- se asocia a la intendenta rosarina Mónica Fein para conseguir más subsidios nacionales para el transporte. Para ella es incierta la “sustentabilidad” del sistema porque al mejorarlo con más unidades y con renovación de las más antiguas, se necesitarían más recursos. En Rosario el boleto cuesta 9,70 pesos.
Una nota del diario LA NACION dio cuenta de que el ranking del boleto lo encabeza Rio Gallegos, capital de Santa Cruz, con 15,90 pesos; Neuquén es la segunda ciudad con más precio, 13,90 pesos seguida por San Carlos de Bariloche, a 12,80 pesos.
Una de las claves de los reclamos es que no se modificó una resolución nacional de 2012 (tiempos de Florencio Randazzo como ministro) que establece que las unidades que se incorporan a partir de esa fecha no cuentan con subsidios. Es cierto que afecta por igual a todo el país, pero lo que se pide es que haya un instrumento que tenga en cuenta las mejoras de los servicios.
Desde Transporte insisten en que este año habrá un aumento de los subsidios al transporte y que alcanzará a las provincias; ratificaron que la totalidad del aumento salarial de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional lo cubren ellos. El gremio firmó el 21% en tres cuotas y cláusula gatillo.
En 2016, el transporte consumió subsidios por 35.400 millones de pesos, 21% más contra 2015. El presupuesto de este año establecía una ayuda financiera de 116.000 millones de pesos para el sector. Un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) señala que durante el primer cuatrimestre los subsidios al transporte automotor fueron 12.454 millones de pesos.
En el caso de Rosario cuenta con un subsidio propio con un fondo especial; el año pasado aportó 400 millones de pesos al sistema que corta un promedio de 400.000 boletos diarios y cuenta con 735 unidades.
El esquema nacional cubre tres empleados por colectivo y Córdoba tiene 3,7, por lo que ese es otro punto a resolver; hay un acta firmada en ese sentido. Según cifras nacionales, este año los colectivos cordobeses recibirán 997 millones de pesos de subsidios, el 20,5% más que en 2016.
Pero la clave del debate no está en el monto transferido sino en la porción de los costos que cubre; mientras para AMBA se calcula en 55 o 60%, en el interior ronda el 35%.
Para el AMBA el Gobierno nacional negoció con las empresas una suba del boleto del colectivo al menos 33%, por lo que la mínima (hasta 2 km) se incrementaría de los 6 pesos actuales a 8 pesos, mientras las distancias más largas (más de 12 km) pasarían de 6,75 a 9 pesos. Pero la actualización sería recién en noviembre.