Fassi y Angelici, un solo corazón

La relación entre los presidentes de Talleres y de Boca se fortalece minuto a minuto, en base a transacciones comerciales e intercambio de futbolistas. Historia de un idilio en la nueva Superliga.

Por Federico Jelic

Si la relación entre Talleres y Boca Juniors ya venía avanzando a paso firme, ahora están -prácticamente- disfrutando de una luna de miel. En los últimos tiempos existió una suerte de idilio entre ambas instituciones, que se fortaleció en los últimos mercados de pases, al punto que ya parecen socios comerciales dentro del fútbol argentino. O aliados estratégicos. Fiel al dogma y a las condiciones que aplica es Andrés Fassi desde que se convirtió en presidente del club albiazul. De confirmarse los arribos del delantero Marcelo Torres y del volante Víctor Ayala a barrio Jardín, no habrá necesidad de más pruebas de esta hermandad repentina y eficaz. Boca encontró en Córdoba a un compinche fiel, un adlátere de lujo o un compañero de fierro, porque han concretado operaciones más que trascendentes. De esta forma, Talleres se reposiciona en el tablero nacional, con acuerdos a la par de los grandes comandantes de la Superliga, y con una estrategia política que podría hacer valer sus intereses futuros.

Desde Pavón en adelante
Talleres pudo levantar la parte final de su proceso de quiebra con la venta del delantero Cristian Pavón a Boca, transferencia que reportó 14 millones de pesos por el 80 por ciento del pase, allá por 2014. Con esos recursos el juez Saúl Silvestre dispuso del final del proceso de quebranto, dando lugar a los socios como propietarios naturales de la entidad. Tiempos en donde el club estaba conducido por el Fondo de Inversión, compuesto por algunos notables, encabezados por Rodrigo Escribano, hoy vice de la institución. Ese fue quizás el primer esbozo, la primera conexión de una relación que después fue convirtiéndose en una sociedad. Después en la asunción de Fassi la fluidez entre ambos clubes fue más regular, más constante, al punto que andan juntos a la par.
El nexo comenzó siendo el defensor Juan Cruz Komar. Llegó en la B Nacional, Talleres lo adquirió en 750 mil dólares apenas ascendió a Primera División, mientras que a su vez compraban, en barrio Jardín, a Sebastián Palacios a Boca. Se habló de un millón de dólares o dos, pero al final, nadie sabe a ciencia cierta cómo se dio ese convenio.
Después Nazareno Solís quedó en libertad de acción del albiazul y arribó a Boca. Hubo intercambios de porcentajes, incluido Pavón, más algunos recursos futuros por Derechos de Formación en caso de que sea vendido al exterior. Condiciones comerciales no conocidas. Además, se hizo de los servicios del juvenil Alejandro Maciel, hoy una de las figuras de la Reserva campeona.
Y si encima ahora le sumamos al “Chelo” Torres (un millón de dólares el préstamo más tres millones de la misma moneda por la mitad de su ficha) la sesión de Ayala por seis meses, queda claro que entre ambos hay una confianza especial, no habitual en el fútbol argentino. Y a Talleres le sirve.
Vale aclarar que ambos equipos compartían en proporciones iguales a Palacios, a quien luego venderían al Pachuca de México. Se habló de cinco millones de dólares pero después en solo tres, según declaró el club. Nadie aclaró para no oscurecer tanto.
Hay números desconocidos que provocan gran desconcierto entre aquellos que pretenden entender estas operaciones. Negociaciones que solo Daniel Angelici y Fassi conocen en profundidad y con detalles.

Un tándem especial
Lo curioso es que Angelici y Fassi no estuvieron en la misma vereda en tiempos de compulsa electoral, en ese interregno que invadió a AFA después de la muerte de Julio Grondona. Angelici apoyaba a Luis Segura, mientras que Fassi se ubicaba en la trinchera de Marcelo Tinelli. No olvidar que su vice Escribano fiscalizó los escrutinios en el bochornoso 38 a 38, en las elecciones más penosas de los últimos años (con 75 asambleístas). Consumada la renuncia de Luis Segura, a pesar de que en su momento Angelici le dio su aval a Armando Pérez en pos de su aspiración de candidato, cuando el titular de Belgrano estuvo al frente de la Comisión Normalizadora, el hombre fuerte de Boca apoyó a Claudio Tapia, hoy presidente de AFA. Angelici es el actual vice del fútbol argentino y, sin rencores políticos, mantiene una relación armoniosa con Fassi y Talleres, con operaciones comerciales y otros negocios. Es que el “zorro” fue inteligente en esa puja de poderes, esperando su tiempo para actuar.
Esta es sin duda la mayor virtud de Fassi. Estar en un color político opuesto y conversar a la par con el vice del grupo que fuera adversario. Tapia fue ungido sin votación, el mandamás de Talleres no se opuso a pesar de contar con otra ideología de manejo para el fútbol (más empresarial) y lejos de ser un opositor férreo apostó a la crítica constructiva y a la gobernabilidad.
Ahora llegan tiempos de negociación de contratos por los derechos de televisación para la transmisión de los partidos. En la Superliga, con todo su brillo y esplendor, será cuestión de ver en donde se ubica Talleres en esa compulsa, sabiendo que no son generosos los vientos unitarios desde AFA. Al menos cerca de Angelici quizás pueda conseguir una mejor porción de la torta a repartir, haciendo valer sus intereses al lado de un vice que le tiene confianza y sobre todo respeto. Pavón, Komar, Palacios, Solís, Maciel, Torres y quizás Ayala son muestra de esto.