Ingresos Brutos: cómo impacta el impuesto que está de moda

Las provincias tienen anticipos de este tributo equivalentes a cinco meses de recaudación del impuesto, unos 10.000 millones de dólares. Es un préstamo a tasa cero que toman de los contribuyentes.

Por Gabriela Origlia

En el seminario de la Cámara de Comercio de esta semana, el economista Nadín Argañaraz analizó el impacto de Ingresos Brutos (IIBB) en los distintos sectores. El impuesto, que es de jurisdicción de las provincias, es una de las claves de la reforma tributaria que analiza Cambiemos. “Los distritos grandes subieron el peso de ese tributo y los chicos los siguieron; es una cadena insostenible”.
Señaló que la presión “efectiva” de IIBB subió por los aumentos legales en el impuesto y por los mecanismos de percepción y retención. Estimó que las provincias tienen anticipos equivalentes a cinco meses de recaudación del impuesto, unos 10.000 millones de dólares (cifra que equivale al 37% del stock de deuda provincial de 2015).
“Esa cifra corresponde al endeudamiento de las provincias con los contribuyentes, lo hacen a tasa cero. Si le aplicáramos la tasa que rige hoy, ascendería a 43.000 millones de pesos. Hay que empezar a trabajar ya en estos cambios”.
Además, tomando como base una rentabilidad del 5% para el comercio minorista en blanco calculó que si una cadena de alimentos oculta el 20% de sus ventas aumentaría esa ganancia en un 164%. En el precio final de esos productos la carga tributaria es del 44% (con IVA del 21%; con el 10,5%, del 38,5%).
En el caso de las gaseosas, los impuestos alcanzan al 49,7%; es este ítem “negrear” el 20% de las ventas implica que la rentabilidad tenga un alza del 202%.
“La consecuencia de la alta tasa tributaria es la competencia desleal, la informalidad”, sostuvo y apuntó que la Nación debe dar señales claras de las reformas en estudio. Por ejemplo, avanzar en el impuesto al Cheque; tomarlo a cuenta de Ganancias sería una vía.
Precisamente así lo incluiría el borrador que ya tiene el presidente Mauricio Macri y que, descartan empresarios y economistas, sea muy ambiciosa. Seguirá el gradualismo que, en este caso, lo impone el déficit fiscal. Si no baja abruptamente el gasto no puede hacerlo la carga tributaria.
La iniciativa que ingresará al Congreso después de las elecciones de octubre tiene un plazo de cinco años, por lo que los efectos se irán notando a cuentagotas.
En el impuesto al Cheque, sobre el que hay consenso de que es uno de los más distorsivos que tiene la economía, no habrá eliminación. La intención es que pueda tomarse a cuenta de Ganancias, como ya lo prevé la Ley de Pymes; el descuento también será escalonado.

Avance
Argañaraz indicó que desde hasta 2015, cinco provincias aumentaron dos puntos el peso de Ingresos Brutos sobre la facturación neta de IVA del comercio por el incremento de las alícuotas; son los casos de Córdoba, CABA, Buenos Aires, Neuquén y Tucumán.
En ese período, en Servicios, por la suba de la alícuota la presión avanzó 1,4% sobre la facturación neta de IVA. Mendoza, Misiones, Buenos Aires, Santa Fe, Jujuy y Córdoba registraron una variación de alícuotas.
También entre el año pasado y este, el peso del tributo siguió creciendo hasta representar
36% más sobre ventas totales netas de IVA en industria; uno por ciento más en industria de extraña; dos por ciento más en construcción; uno por ciento más en comercio, tres por ciento en bancos y uno por ciento más es servicios generales.
Por supuesto esta dinámica se vincula con el alza del gasto público, en especial por el incremento del empleo público. En el caso de las provincias, creció 40% más que la población entre 2003 y 2015. Pasó de tener 36 agentes cada 1000 habitantes a 51.
El año pasado la presión tributaria global cayó de 34,7% a 33% del PBI, financiado tanto por la Nación como por las provincias, pero esa baja debe ser más significativa para ganar más competitividad.
Para el economista se debe avanzar en cuatro reformas básicas: la de la ley de Responsabilidad Fiscal para achicar el peso gasto público sobre el sector privado (la norma nunca se cumplió y las exenciones se van prolongando); las tributarias nacional y provincial y la de la ley de Coparticipación. Estimó que Córdoba cede 15.000 millones de pesos anuales a la Nación, cifra equivalente al 50% de su recaudación de IIBB o de su gasto de capital.