Fassi, refundador de AFA

El presidente de Talleres hizo polémicas declaraciones con relación a la necesidad de montar un viraje en la estructura del fútbol argentino, generando atención.

Por Federico Jelic

Talleres y Boca Juniors han fortalecido sus vínculos comerciales de manera exponencial en los últimos tiempos, desde la venta de Cristian Pavón hasta otras operaciones que por el momento no se han conocido los alcances y beneficios en forma cualificada. De todas formas, lo de Andrés Fassi junto a Daniel Angelici, el titular del “Xeneize”, marca un precedente de una relación no imaginada, puesto que el hombre fuerte de Pachuca mantiene su postura de clubes con inversión y aporte privado, con sociedades anónimas o no (Gestión), mientras que el “Tano” apuesta (quizás por conveniencia política o por no dar pasos incorrectos en tiempos de campaña) a las Asociaciones Civiles sin fines de lucro.
Angelici es vice segundo de AFA, y Fassi por el momento se mantiene lejos de algunas apetencias en la conducción del ente madre del fútbol argentino, a pesar  de que fue tentado a ser candidato por algunos sectores. De todas formas, el mandamás de Talleres pretende imponer una refundación del fútbol vernáculo, en busca de progreso  y crecimiento, denostando el sistema actual. “En AFA se tiene que ir hasta el portero”, supo declarar en medios porteños, despertando cierta alerta de aquellos dirigentes que buscan reciclarse en el ciclo de Claudio Tapia, después del interregno que quedó tras la muerte de Julio Grondona y las consecuencias posteriores. ¿Qué papel juega Fassi en esto?

El caso Palacios
Hasta el día de hoy, no es fácil explicar con palabras y porcentajes cómo se llevaron a cabo las negociaciones por el traspaso del delantero Sebastián Palacios a barrio Jardín y a colación la transferencia a Pachuca de México. Haremos un intento para que el lector empiece a entender cómo viene la mano.
Talleres adquirió el 50 por ciento del pase del tucumano en algo así como 2 millones de dólares. Según advierten algunas fuentes, se trató de un acuerdo por la futura venta de Cristian Pavón a Europa (el albiazul conservaba el 20 por ciento del pase, después que lo vendiera al “Xeneize” en 14 millones de pesos la parte restante), dinero fresco con el cual pudo levantar la quiebra de la institución en 2014.
Bien. Hasta ahí, algo de claridad. En teoría cedió también un porcentaje de ese saldo, más los derechos por Mecanismo de Solidaridad para completar parte de la otra mitad y también parte de los derechos económicos del defensor Juan Cruz Komar (tasado en 750 mil dólares). Y además ingresa en la mesa de conversación el volante Nazareno Solís, quien en principio quedó libre de Talleres y después firmó en Boca. Este último le habría cedido algunos porcentajes de esta discusión, más algunos juveniles para la Reserva  (Maciel, por ejemplo).
El tema es que se anuncia desde México que Talleres vendió la totalidad de Palacios a Pachuca (que también pertenece a Fassi) en 5.600.000 millones de dólares. ¿La mitad de ese monto va para Boca? En teoría sí, pero ocurre que hay un trascendido que indica que el albiazul le compró la otra mitad a Boca en 1.700.000 dólares. Es decir, que las reuniones existentes entre Fassi y Angelici no fueron tanto por la posibilidad de que el enganche Emanuel Reynoso pase a vestir la camiseta azul y oro, con intercambio de otros jugadores, sino que sirvió para cerrar el acuerdo con el delantero goleador de la campaña que acaba de terminar. Todo un menjunje poco claro.
Encima el representante de Palacios tampoco aporta nitidez. Se trata de Carlos Granero, quien fuera gerenciador de Talleres, con la empresa Ateliers, de 2005 a 2008. Todos juntos en un mismo lodo, todos manoseados, diría Discépolo, en su Cambalache del Siglo XX.
Lo cierto es que Pachuca lo compra a Palacios y lo otorga a préstamo a Talleres por seis meses. Una gestión trascendente y con frutos evidentes para la institución.  Arreglo que hizo Fassi representando a los mexicanos, con…Fassi, también presidente del conjunto de barrio Jardín. ¿De los dos lados del mostrador? Eso al menos genera alguna suspicacia.

Con Angelici y Tapia
Está claro que Fassi se ubicó siempre del lado de Marcelo Tinelli. El vice de San Lorenzo fue candidato a presidente en AFA, empató en la compulsa electoral contra Luis Segura (oprobioso escrutinio con empate en 38 sufragios con 75 asambleístas) y el titular de Talleres fue algo así como su jefe de campaña. Al punto que el vice del albiazul Rodrigo Escribano fue fiscalizador y escrutador de mesa por el partido del conductor de Televisión.
Alejado Tinelli  de la arena política por el momento, Fassi no quedó expuesto. Esa fue su gran virtud. Una gran capacidad de acomodarse pero sin traicionar su ideología ni sus pretensiones en el fútbol argentino. Por eso ahora luce como un restaurador, cuestionando acciones vetustas y buscando una renovación en una idiosincrasia que parece haber llegado al límite.
La cuestión es que Talleres negocia a la par, y le pone condiciones  a Boca. Muy distinto cuando en los ’90 el “Xeneize” le adquirió al albiazul en ese entonces presidido por el extinto Miguel Srur al volante Antonio Apud en una cifra bastante menor  a lo que pudiera haber valido. Fassi se sentó en la misma mesa que Angelici, sin verticalidades, ni cediendo un centímetro. Eso es para destacarlo también. Y sobre todo, ganándose su respeto, a pesar de que estuvieron en veredas opuestas en la compulsa del poder en AFA, con espacios antagónicos.

Restaurador federal
Fassi tiró no menos de 10 o 15 frases polémicas en esa entrevista, enfatizando en un cambio consular en el fútbol argentino. Que no puede ascender a Primera División un club sin un estadio para no menos de 25 mil personas, que cualquier equipo que pretenda subir deba cumplir requisitos excluyentes en gestión y cantera, sobre todo, apuntando a las divisiones inferiores.
Y en eso tiene razón: Argentina viene haciendo papelones en los últimos certámenes mundiales Sub 20 (lejos quedaron los tiempos de gloria con Pekerman y compañía). Ni hablar del bochorno en los juegos Olímpicos de Río 2016 (eliminado por Honduras en primera ronda). Desde las “Fuerzas básicas” como dicen en México, para dotar de elementos al plantel superior.
Ahí les tira la pelota a los dirigentes, con blanco a Hugo Moyano, vice de AFA y presidente de Independiente,  que no consiguió prestar a su jugador Barco para el mundial Sub 20. Un ridículo total.  Y es cierto que para algunos directivos Fassi representa una amenaza, de modificar el status quo y una refundación general que se puede llevar puesto a varios, pero mientras siga mostrando argumentos, será respetado y considerado. Se lo ha ganado.