El periodista despertaba de su siesta dominguera, cuando recibió la llamada de su informante justicialista.
Periodista: ¿A qué debo el gusto, estimado?
Informante Justicialista: En esta oportunidad, tengo que reafirmar que el gusto es mío, y no sólo por hablar con usted…
P.: ¿A qué se refiere?
I.J.: Usted no sabe el locro que acabo de degustar… Mejor dicho, ¡un locrazo!
P.: ¿No me estará exagerando un poco?
I.J.: Para nada, si se trata del “locro más grande del mundo”.
P.: Ahora voy entendiendo, usted anda por Villa María.
I.J.: Así es, compartiendo la tradicional comida patria con compañeros del movimiento nacional justicialista, como corresponde.
P.: Bueno, ya que estamos tengo dos pedidos para usted.
I.J.: Adelante.
P.: En primer lugar, cuénteme qué figuras destacadas están presentes.
I.J.: El vicegobernador, nuestro candidato, Martín Llaryora y el compañero intendente Martín Gill son las principales figuras; es más, hasta se animaron a cantar a dúo un par de canciones folclóricas en el escenario.
P.: Todo muy distendido parece.
I.J.: Tal cual. ¿Y el segundo pedido?
P.: Bueno, ya que estamos, si es el más grande del mundo, algo habrá sobrado, ¿no? ¿Por qué no me trae una porcioncita hasta Córdoba?
I.J.: Antojadizo como usted sólo. Bueno, haré el intento, lo llamo mañana.